Aviso: Este artículo contiene información sobre la sexualidad humana no apta para menores de edad u otras personas moralmente vulnerables a este tema.

Es preocupante saber que los inspectores de la agencia del gobierno de EEUU que se encarga de la regulación de la comercialización y venta de fármacos y alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) escogen una muestra de mil condones de un enorme depósito y realizan una prueba de agua. Si 996 condones de esos mil pasan la prueba, entonces aprueban la comercialización del resto de los condones del depósito. En el caso de los fabricantes, la aprobación de condones es peor, porque la prueba del agua la realizan al azar. La FDA alerta a los usuarios de condones de que las pruebas que realiza el gobierno no garantizan que los condones siempre van a impedir la transmisión de las ETS [1].

Evidentemente estas pruebas demuestran que el látex puede tener poros microscópicos. Los virus (incluyendo el del SIDA) y las bacterias causantes de las ETS son mucho más pequeñas que el espermatozoide. Ello implica que estos organismos pueden pasar por los poros con más facilidad que el espermatozoide.

Sin embargo, la principal causa de fallo del condón no son los poros, sino las roturas y los resbalones. Aproximadamente uno de cada 100 condones falla debido a que se resbalan durante o después de la relación sexual. Otros dos de cada 100 se rompen debido a la degradación del látex a causa del uso después de la fecha de expiración, el almacenamiento inapropiado (en un ambiente muy caliente o muy frío) o el haber sido expuestos a ciertos lubricantes, como los espermicidas. Otros dos de cada 100 no muestran roturas o goteos, sin embargo, se ha detectado semen en la mujer [2]. A este tipo de fracasos se les conoce como “fallos catastróficos”.

También hay que tener en cuenta la tasa de fallo del condón correspondiente al uso real. La tasa de fallo del 15% corresponde a un uso teórico. Es muy difícil dar una tasa de fallo del uso real, pero los siguientes datos nos pueden dar una idea. Varios estudios a nivel mundial muestran la baja consistencia en el uso de los condones según la manera que sus promotores recomiendan: del 4, al 16, al 40 al 60% [3].

Es evidente también que, sobre todo en el caso de adolescentes, cuyos encuentros sexuales son menos anticipados y quienes pueden estar bajo la influencia de las drogas, el alcohol o la presión de sus pares, la pasión del momento y su propia vulnerabilidad juvenil, pueden hacerles incapaces de realizar todos y cada uno de los pasos que se recomiendan para el uso de condones.

Notas:

[1]. “¿Son seguras las relaciones sexuales? Un vistazo a las enfermedades de transmisión sexual (ETSs)”, Heritage House, 1 de mayo de 2013, http://www.hh76.org/details.aspx?prod_id=3739.

[2]. Citados en “Condoms. What You Should Know,” Heritage House, 15 de abril de 2014. http://hh76.org/details.aspx?prod_id=1409.

[3]. “Pregnancy and STDs. Disease Information”, Heritage House, 1 de mayo de 2014, http://www.hh76.org/details.aspx?prod_id=1410.

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