La ideología transgénero y la lucha por la libertad religiosa
Padre Shenan J. Boquet
Presidente de Vida Humana Internacional
Publicado originalmente en inglés el 22 de septiembre del 2025 en: https://www.hli.org/2025/09/transgender-ideology-and-the-fight-for-religious-liberty/
Vida Humana Internacional agradece a José A. Zunino la traducción de este artículo.
Imagina por un momento que un día, mientras estás ocupado con tus asuntos, recibes un mensaje en Instagram de un periodista. El periodista te pregunta: ¿Cómo te sientes al ser acusado de un delito que podría llevarte a prisión de 10 a 25 años?
Imagina que es la primera vez que oyes hablar de estos cargos. Y luego, imagina que el delito por el que te acusan es haber llamado a un hombre, hombre.
Esta es la situación orwelliana, pero muy real, en la que se encontró una mujer brasileña hace tres años.
Acusada por “equivocar el género” de un hombre
Isabella Cêpa es una diseñadora gráfica y especialista en marketing brasileña.
En 2020, la política Erika Hilton ganó un puesto municipal en la ciudad brasileña de São Paulo. Aunque el cargo en sí no era particularmente poderoso, la elección de Hilton fue un momento decisivo para Brasil, ya que Hilton, que es un hombre biológico, se identifica como una mujer “transgénero”.
La activista por los derechos de la mujer Isabella Cepa está enfrentando una condena de 25 años de prisión por malinterpretar el género de un hombre político que se identifica como mujer.
Después de tres años, el tribunal desestimó oficialmente la demanda en contra de Cêpa. Si bien esto representa una victoria, pasaron tres años mientras Cêpa tenía la demanda pendiente.
Cêpa fue investigada penalmente por primera vez tras publicar en redes sociales sobre Erika Hilton, un político que se identifica como mujer. Hilton fue elegida para el gobierno municipal de São Paulo en noviembre de 2020, obteniendo su escaño por una mayoría aplastante que le otorgó el título de la mujer más votada de Brasil.
Cêpa comentó su decepción al enterarse de que la mujer más votada en São Paulo era en realidad un hombre. Posteriormente, fue difamada en línea por miles de personas y recibió numerosas amenazas violentas.
“Es oficial: mi caso ha alcanzado la calidad judicial de asunto para ser juzgado en Brasil.
“A partir de hoy, 9 de septiembre de 2025, se sienta un precedente vinculante: el intento de criminalizar el discurso feminista radical ha fracasado.
“Lo enmarcaré.”
En aquel entonces, Cêpa, quien se autodenominaba feminista radical, tenía una página de Instagram donde hablaba sobre la violencia contra las mujeres. Tras la elección de Hilton, recurrió a su página para desahogar su frustración.
“En ese momento ni siquiera sabía quién era esa persona”, declaró al sitio web Reduxx en 2022. “Solo vi un titular en una página de Instagram que celebraba que ‘la mujer más votada en São Paulo es una mujer trans’.
“Entonces, compartí un video con mis seguidores diciendo que me decepcionó saber que la mujer más votada en São Paulo (y luego descubrí que era la más votada en todo el país) era un hombre”.
En aquel entonces, Cêpa era una figura relativamente prominente en los círculos feministas de Brasil. Su publicación llamó la atención de Hilton, quien la denunció por haberlo “malinterpretado”.
La ley por la que se acusó a Cêpa prohíbe el “racismo”. Sin embargo, en 2019 una mayoría de jueces de la Corte Suprema de Brasil amplió las definiciones de esta ley para cubrir la “transfobia”, prohibiendo así la llamada “conversión de género” de una persona que afirma ser de un género particular.
Comentario del Editor: Los países comunistas siempre se han destacado por prohibir todo tipo de libertad de expresión. Pero ahora resulta que hay países cuyos Estados dicen que son “democráticos” pero que buscan cualquier pretexto para hacer lo mismo.
Una huida de Brasil
En 2024, Cêpa seguía esperando la audiencia de su caso. En ese momento, decidió volar a España. En una entrevista reciente con The European Conservative, describe lo que sucedió después.
Antes de embarcar, relata, la detuvieron en inmigración en el aeropuerto de Brasil. Su pasaporte había sido marcado debido a los cargos pendientes. Mientras estaba allí, el oficial de inmigración comenzó a leer los expedientes del caso en su computadora. “Esto no tiene sentido”, recuerda Cêpa que le dijo el oficial.
El oficial la llevó a otra sala donde un grupo de ocho oficiales de inmigración leyeron los expedientes. Estaban tan estupefactos como el primer oficial. “El agente llamó a la tripulación de cabina y les dijo: ‘No cierren las puertas de este avión hasta que esta pasajera esté dentro'”, recuerda. “Luego, me acompañó hasta el avión. Mientras me acompañaba, me dijo: ‘Si tienes la oportunidad, no regreses. No es seguro para ti estar aquí'”.
Antes de esto, Cêpa sabía que la acusaban de seis cargos, pero no le habían informado de cuáles eran cuatro de ellos.
El agente de inmigración brasileño le entregó una copia del expediente, y ella lo leyó en el avión. Se enteró de que algunos de los cargos estaban relacionados con la publicación original de Instagram, pero que otros (de los que no le habían informado) se relacionaban con retuits: es decir, casos en los que simplemente republicó algo que otra persona había dicho.
Comentario del Editor: En los países verdaderamente democráticos, no es el Estado el que debe vigilar al pueblo; es el pueblo el que debe vigilar al Estado, para que no abuse de su autoridad, la cual está limitada por el bien común, exceptuando los casos de verdadera criminalidad.
Refugiada por ideología de género
Cêpa siguió el consejo de los agentes de inmigración y no regresó a Brasil. Durante más de un año viajó por España, esperando mientras sus amigos en Brasil intentaban que se retiraran los cargos. No solo no tuvieron éxito, sino que las autoridades brasileñas comenzaron a investigar a otras mujeres, incluyendo algunas de las que Cêpa había retuiteado.
Fue entonces cuando Cêpa se dio cuenta de que debía tomarse el asunto muy en serio. Solicitó el estatus de refugiada.
Según Cêpa, al principio ni siquiera los funcionarios de la Unión Europea (UE) creyeron su historia, ya que nunca se había dado un caso similar. Sin embargo, tras revisar los detalles del caso, aprobaron su solicitud de asilo. Desde entonces, Cêpa ha estado viviendo en un lugar no revelado, a la espera de que su caso se tramite en Brasil.
La única buena noticia en el caso de Cêpa es que el Tribunal Supremo brasileño decidió recientemente archivar su caso. Si bien esto significa que el caso en su contra no avanzará, no equivale a desestimarlo por completo. En teoría, el Tribunal Superior podría resucitar los cargos en su contra en cualquier momento. Y la decisión original, en la que el tribunal amplió la definición de racismo para incluir la “transfobia”, sigue vigente.
Cêpa aún no ha regresado a Brasil ni tiene planes de hacerlo. Dado que la ley bajo la que fue acusada, y la interpretación que el Tribunal Supremo brasileño ha hecho de ella, técnicamente sigue vigente, podría ser arrestada y acusada de nuevo por “malinterpretar” a alguien. Y esta vez, las autoridades brasileñas podrían no dejarla salir.
Declaró a The European Conservative que la terrible experiencia la ha llevado al borde de la desesperación. “No duermo. Tengo cita con el psiquiatra mañana. Estoy cambiando mi medicación constantemente”, dijo. “Es complicado, pero lo estoy intentando. He tenido pensamientos suicidas innumerables veces durante este proceso. Estuve muy cerca de lograrlo, pero tengo muy buenos amigos que me ayudaron a superar el problema.”
Brasil, un “campo de pruebas”
Es común que los activistas provida y profamilia sudamericanos se quejen de cómo las poderosas fuerzas globalistas, ricas y adineradas, manipulan cínicamente el sistema legal y judicial, así como los medios de comunicación en los países sudamericanos para sus nefastos fines. Sin embargo, lo más interesante del caso de Cêpa es que ella plantea precisamente las mismas acusaciones, pero desde una perspectiva marcadamente feminista e izquierdista.
Cêpa declaró a The European Conservative que Brasil se ha convertido en un “campo de pruebas” para que las fuerzas progresistas experimenten con estrategias legales que luego pueden exportarse a otros países. Señala que grupos de izquierda y medios de comunicación complacientes difunden estadísticas claramente inventadas sobre cuántas personas que se identifican como transgénero son asesinadas en Brasil cada año, con el objetivo de promover cambios legales radicales.
“Open Society Foundations”, del multimillonario antivida George Soros, la Fundación Ford y muchas organizaciones de todo el mundo invierten mucho dinero en los medios de comunicación”, se quejó, “y en todo tipo de organizaciones no gubernamentales (ONG) que difunden cifras falsas sobre la población trans en Brasil. Esto fue utilizado por la Corte Suprema para fabricar el fallo, y ahora este se utiliza para coaccionar y silenciar a las mujeres que se atreven a decir lo obvio”.
Muchas de estas mismas ONG llevan mucho tiempo utilizando la misma táctica para impulsar la legalización del aborto. Ellas, y sus aliados en los medios de comunicación, promueven estadísticas exageradamente infladas sobre cuestiones como los abortos clandestinos o el número de mujeres que mueren por abortos ilegales. Luego presionan a políticos o jueces para que simplemente legalicen el asesinato de niños no nacidos, aparentemente para “proteger” a las mujeres.
Pero en lugar de proteger a las mujeres, las leyes liberalizadas simplemente provocan la muerte de innumerables niños no nacidos y heridas emocionales y espirituales a sus madres, por quienes debemos sentir compasión e invitarlas a la conversión y sanación a través del siempre necesario Sacramento de la Confesión, donde recibirán la infinita misericordia de Dios. La Iglesia también cuenta con ministerios de reconciliación y sanación post aborto para mujeres e incluso hombres que se han arrepentido y que sufren el terrible síndrome postaborto.
Comentario del Editor: No es el Estado el que debe determinar qué es una expresión ilícita. Eso lo decide el pueblo, exceptuando los casos que manifiestamente y más allá de toda duda constituyen una verdadera amenaza al bien común y al orden público. Pero el peso de la prueba recae en el Estado, no en el pueblo
El Reino Unido criminaliza las opiniones “ofensivas”
Si bien la historia de Cêpa es sin duda el ejemplo más extremo de cómo las libertades civiles fundamentales están siendo demolidas por fuerzas de izquierda radical, en muchos sentidos es solo la punta del iceberg del ataque a las libertades fundamentales y la dignidad humana. En el Reino Unido, por ejemplo, numerosas personas han recibido visitas de la policía tras publicar contenido “objetable” en línea. Muchas de ellas han sido arrestadas y acusadas formalmente.
De hecho, según un artículo reciente, la policía del Reino Unido realiza 30 arrestos diarios de personas por publicaciones “ofensivas” en línea.
El caso más reciente involucró a un destacado comediante irlandés, quien fue arrestado en el aeropuerto de Heathrow por publicar en redes sociales en X (anteriormente Twitter) críticas contra el transgenerismo. Graham Linehan describió la experiencia orwelliana de ser interrogado sobre publicaciones en redes sociales. “El agente preguntó sobre cada una de las publicaciones, una por una, con la intensidad seria que suele reservarse para hablar de algo serio como… bueno, no sé… ¿un delito?” Linehan escribió sobre su experiencia.
“Usted no es una mujer, señor”.
La historia de Linehan acaparó titulares debido a su prominencia como creador de varios programas de comedia populares. Sin embargo, a la ciudadanía le sucede lo mismo a diario, cuyas vidas se ven convertidas en un infierno por el “delito” de expresar públicamente algo en lo que todos estaban de acuerdo hasta hace apenas unos años: que existe una diferencia entre hombres y mujeres y que una persona no puede cambiar de sexo. Incluso la policía se está frustrando por cómo se están utilizando sus recursos para vigilar el contenido en línea, en lugar de dedicarse a tareas más fundamentales como patrullar las calles y garantizar la seguridad.
Recientemente, Sir Mark Rowley, comisionado de la Policía Metropolitana, considerado el principal funcionario policial del país, declaró que presentaría propuestas para impedir que la policía intervenga en la vigilancia del contenido en línea cuando no hay pruebas de que alguien tenga la intención de causar daño en el mundo real.
Si bien este es un paso en la dirección correcta, cabe preguntarse cómo se llegó a tal extremo en primer lugar.
Comentario del Editor: El respeto a la libertad religiosa no se reduce a la libertad de culto. Abarca también el respeto a la actividad en la esfera pública por parte de las iglesias y otras comunidades de fe que contribuyen al bien común. La religión y la política son campos distintos de acción, pero las dos se necesitan mutuamente y deben colaborar en aras al bien de todos.
Prohibición de la oración pública
Mientras tanto, la marcha hacia la represión dirigida específicamente a las personas religiosas en Occidente está teniendo una de sus manifestaciones más extremas en la provincia canadiense de Quebec. Desde la llamada “Revolución Silenciosa”, que llevó a Quebec de ser una de las jurisdicciones más religiosas a la más laica del mundo, la provincia se ha enorgullecido de su abierto laicismo. Ahora, sin embargo, Quebec busca dar un paso más allá: una nueva ley prohibiría por completo la oración en lugares públicos.
Recientemente, el arzobispo de Montreal, Christian Lépine, escribió una carta condenando la nueva ley por considerarla un atentado contra las libertades fundamentales.
El arzobispo de Montreal, Christian Lépine, dijo que las propuestas de prohibir la oración pública en Quebec “plantean serias preocupaciones sobre el respeto de las libertades fundamentales en una sociedad democrática”.
Puede leer el artículo completo en el siguiente link:
“La oración, en su forma más simple, es un impulso interior”, escribió. “Es un pensamiento dirigido hacia Dios, que es bondad, una presencia en el mundo, una forma de buscar la paz. Sin embargo, algunas propuestas recientes para prohibir la oración pública plantean serias preocupaciones sobre el respeto a las libertades fundamentales en una sociedad democrática.
“¿Cómo podemos distinguir una oración de un momento de silencio o contemplación?”, preguntó. “¿Cómo podemos legislar sobre una intención, un murmullo, un pensamiento interior? Y, sobre todo, ¿quién decidiría qué es oración y qué no? Semejante prohibición solo podría aplicarse a costa de la arbitrariedad y alimentaría la desconfianza y los prejuicios.
“La ley propuesta”, señaló el arzobispo, “tendría el efecto de prohibir prácticas católicas apreciadas, como las procesiones anuales del Corpus Christi. Y esto, en un momento en que el mundo necesita la oración más que nunca.”
Comentario del Editor: ¡Ay de la política que no se deja influir por los verdaderos valores morales universales que se derivan de la religión! ¡Y hay de la religión que se desentiende de la política! Sin la libertad religiosa no se puede defender la vida y otros derechos en la esfera política.
La libertad religiosa protege a todos
Cada junio, en Estados Unidos, la Conferencia de Obispos Católicos (USCCB, por sus siglas en inglés) celebra y promueve la Semana de la Libertad Religiosa. El evento comienza el 22 de junio, festividades de Santo Tomás Moro y San Juan Fischer, ambos martirizados en Inglaterra por su postura de principios contra las afirmaciones del rey Enrique VIII de ser la cabeza de la Iglesia de Inglaterra.
Gran parte del enfoque de la USCCB se centra en las graves amenazas a la libertad religiosa en ciertas partes del mundo en desarrollo, donde los cristianos suelen ser objeto de violencia, tortura y muerte.
Sin embargo, cada vez más, las advertencias se relacionan con las crecientes amenazas a la libertad religiosa y la libertad de conciencia en Occidente. Si bien las amenazas actuales en Occidente no suelen afectar directamente a la vida de los cristianos (aunque hay excepciones, como en el reciente asesinato de Charlie Kirk), es indudable que existe una creciente persecución de los cristianos que de verdad son fieles a Cristo.
Al igual que en Quebec, Brasil o el Reino Unido, el poder coercitivo del Estado se está utilizando de forma cada vez más drástica para presionar a los cristianos y obligarlos a guardar silencio. De lo contrario, pueden encontrar a la policía en su puerta y terminar en una celda de prisión o experimentar una costosa y traumática batalla legal que durará años por algo publicado casualmente en un sitio web de redes sociales.
“La libertad religiosa es un derecho fundamental”, explica la USCCB. “Significa que el gobierno no puede obligar a las personas a actuar en contra de su conciencia. Esto es importante para todas las personas, no solo para las personas de fe. Un gobierno que obliga a un grupo a elegir la obediencia al Estado por encima de la obediencia a la fe y la conciencia puede obligar a cualquier grupo a someterse a las exigencias del Estado. La libertad religiosa protege a todos”.
Cêpa puede no estar de acuerdo con la Iglesia Católica en la gran mayoría de sus enseñanzas. Sin embargo, ha demostrado gran valentía al no ceder ante un ataque frontal a su libertad de conciencia. Espero que se unan a mí para orar por ella, para que triunfe en Brasil, tanto para que otros como ella puedan seguir diciendo la verdad sin temor a ser procesados, como para que ella misma pueda regresar a su país de origen, con su familia y amigos.
Y sigamos todos levantándonos con valentía y diciendo la verdad al poder, sin importar las consecuencias, con la convicción de que ser fieles a Cristo y a Su Evangelio nos otorga una libertad que es más profunda que cualquier cosa que cualquier estado pueda darnos o quitarnos.
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