Dos tratados amenazan con exigir el aborto a nivel internacional
Padre Shenan J. Boquet
Presidente de Vida Humana Internacional
Publicado en inglés el 27 de Noviembre de 2023 en: https://www.hli.org/2023/11/2-treaties-threaten-to-mandate-abortion-international/.
Publicado en español en el boletín electrónico “Espíritu y Vida” de Vida Humana Internacional, el 1 de diciembre de 2023.
Vol. 07.
No. 45.
Y también vidahumana.org en Temas/Cultura de la muerte/Control demográfico.
Vida Humana Internacional agradece a José A. Zunino la traducción de este artículo.
Los expertos provida están dando la alarma sobre dos importantes tratados internacionales que, según dicen, podrían usarse para obligar a Estados Unidos y a muchas otras naciones a reconocer el aborto a petición hasta las 40 semanas, es decir, hasta el final del embarazo.
Recordemos que el aborto, además de destruir la vida de niños y niñas que no han nacido todavía, también daña física, psicológica y espiritualmente a la mujer que ha caído en este grave error y también afecta a todo su entorno sociofamiliar. Vida Humana Internacional invita urgentemente a todas la personas que de una forma u otra se han involucrado en un aborto a que se arrepientan sinceramente y acepten en sus corazones la infinita misericordia de Dios, especialmente en el siempre necesario Sacramento de la Confesión. La Iglesia Católica también cuenta con muchos ministerios de reconciliación postaborto, como el Proyecto Raquel, Los Viñedos de Raquel y Entrando en Canaán, entre otros. ¡No pierdas la esperanza!
El primero de estos documentos es una propuesta de “tratado pandémico”, que está siendo defendido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), organización estridentemente proaborto. Aunque el tratado se encuentra apenas en la etapa de redacción, ya hay indicios claros de que sus planificadores tienen la intención de utilizarlo para promover la idea de que el acceso al aborto es un servicio “necesario” durante las pandemias.
El segundo tratado problemático es el Acuerdo UE-ACP (también conocido como Acuerdo de Samoa), que es un tratado con duración de 20 años que abarcaría unos setenta y nueve países de África, el Caribe y el Pacífico, y la Unión Europea. Como se ha vuelto estándar en las negociaciones internacionales, las naciones poderosas del primer mundo están utilizando este tratado para imponer su visión inmoral y corrupta del mundo a naciones menos poderosas, pero a menudo provida y familia.
Tratado contra la pandemia
Desde que comenzó la pandemia de Covid-19, la OMS y otras agencias internacionales han estado presionando para lograr el llamado “tratado contra la pandemia”. El propósito aparente del tratado es delinear formas para que los países cooperen, agilicen y coordinen su respuesta a cualquier futura pandemia.
Sin embargo, los críticos del tratado han argumentado que éste anularía fatalmente la soberanía nacional, entregando su autoridad sobre asuntos nacionales cruciales a una burocracia internacional no elegida y que no rinde cuentas.
Desde la perspectiva provida, es muy relevante que la OMS y la mayoría de las otras agencias internacionales estén firmemente comprometidas con una agenda proaborto. Por lo tanto, no debería sorprender que desde el principio los defensores del tratado estén encontrando formas de utilizarlo para promover el aborto, o como ellos le llama eufemísticamente “derechos reproductivos”.
En septiembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución no vinculante que aparentemente esboza enfoques para una mejor colaboración entre los estados nacionales para “prevenir, prepararse y responder mejor a las pandemias”.
Sin embargo, como advirtieron los observadores provida ante la ONU, en el documento se esconde un lenguaje insidioso a favor del aborto. En el párrafo número 52 del documento, los Estados miembros acuerdan: “Garantizar, para el año 2030, el acceso universal a los servicios de atención de la salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación familiar, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y programas nacionales, que es fundamental para el logro de la cobertura sanitaria universal, al tiempo que reafirma los compromisos para garantizar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y a los derechos reproductivos…”
No es ningún secreto que en el derecho internacional los términos “servicios de atención de salud sexual y reproductiva” frecuentemente se entienden en el sentido de que abarcan el acceso al aborto y a la anticoncepción. Como era de esperar, como informa la organización C-Fam (Centro para la Familia y los Derechos Humanos), la administración Biden ha pedido que el tratado nombre la “salud sexual y reproductiva” como atención médica “esencial” durante una pandemia.
Arielle Del Turco, directora del Centro para la Libertad Religiosa del Family Research Council, dijo al Washington Stand que el propósito del lenguaje en el documento es claro.
“Las fuerzas [mal llamadas] progresistas que aman el aborto utilizarán todos los medios para promover su causa mortal”, dijo. “Los activistas están utilizando una declaración sobre la preparación para una pandemia para promover el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, lo que sabemos significa expansionismo del aborto universal. Es peligroso y abusivo presionar a los países para que amplíen el aborto con el pretexto de responder a futuras pandemias”.
La agenda abiertamente proaborto de la OMS
La idea de que la OMS y otros organismos internacionales puedan utilizar un tratado sobre pandemias para impulsar un aumento del aborto, incluso si eso requiere irse por encima de las soberanías nacionales, está lejos de ser una teoría de la conspiración.
En primer lugar, la OMS es extremadamente abierta respecto de su estridente agenda proaborto. El sitio web de la OMS afirma abiertamente: “La falta de acceso a servicios de abortos seguros, oportunos, asequibles y respetuosos es una cuestión crítica de salud pública y derechos humanos”. La OMS añade: “Se necesitan múltiples acciones a nivel legal, del sistema de salud y de la comunidad para que todas las personas que necesitan servicios de aborto tengan acceso a ellos”.
Después de que la Corte Suprema de Estados Unidos anulara la sentencia proaborto Roe vs. Wade el año pasado (2022), el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunció la decisión. En un tuit, argumentó que el aborto “salva vidas”. En otras declaraciones, calificó la decisión como un paso “hacia atrás” y dijo: “Realmente no esperábamos esto de Estados Unidos”.
En segundo lugar, ya tenemos pruebas concretas más que suficientes de que esto es lo que haría la OMS durante una pandemia, porque es lo que hizo durante el COVID-19. En un comunicado emitido en 2021, la organización utilizó el “Día Internacional del Aborto Seguro” como excusa para resaltar la supuesta “necesidad” de salvaguardar el acceso al aborto durante el COVID-19.
En particular, la OMS elogió a varios países que liberalizaron sus prácticas de aborto en respuesta al COVID, haciendo mucho más fácil para las madres obtener fármacos abortivos a través de la práctica de la “telemedicina”, es decir, cuando un médico se reúne con una mujer embarazada de forma remota y luego le envía los fármaco abortivos por correo. Como he comentado en el pasado, numerosas organizaciones proaborto, incluida Planned Parenthood, utilizaron descaradamente la pandemia para promover su agenda de larga data de facilitar el acceso remoto a los fármacos abortivos. La OMS fue su aliado más poderoso en ese esfuerzo.
Hay muchas razones para creer que quienes dentro de la OMS utilizarían cualquier tratado pandémico propuesto como una forma de normalizar, e incluso exigir, tales prácticas, incluyendo descaradamente el asesinato institucional dentro de un documento aparentemente destinado a salvar vidas durante una emergencia de salud pública internacional.
El Acuerdo de Samoa
Mientras tanto, los expertos provida están dando la alarma sobre el tratado entre la organización africana conocida como ACP y la Unión Europea. Este tratado legalmente vinculante entre la Unión Europea y varias naciones de África, el Caribe y el Pacífico incluye todo tipo de lenguaje siniestro que promueve los peores aspectos de la “cultura” de la muerte.
Por ejemplo, el artículo 36.2 del Acuerdo entre la UE-ACP exige que los estados africanos implementen lo denominado como: “la salud y los derechos sexuales y reproductivos” (SDSR por sus siglas en español). Una resolución de la Unión Europea de 2022 definió a la SDSR de forma tal que incluye la “educación” sexual inmoral, la orientación sexual, el aborto y la identidad de género. El artículo 40.6 del acuerdo exige que los gobiernos miembros de la ACP brinden acceso a como ellos la denominan: información y “educación” integrales sobre salud sexual y reproductiva (RSCSR, por sus siglas en español).
En otras palabras, este tratado se está utilizando para imponer a las naciones africanas y a otras naciones, a menudo provida y familia, las ideologías extrañas y destructivas de la “educación” sexual gráfica y la ideología de género, incluidas todas las innovaciones recientes en relación con el transgenerismo, etc.
Además, el acuerdo requiere que las naciones firmantes implementen los documentos de varias conferencias de las Naciones Unidas, incluida la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) de 1994. Como señalan nuestros propios investigadores de Human Life International y Vida Humana Internacional, los documentos de la CIPD incluyen cinco referencias a “transgénero”, ocho referencias a “orientación sexual e identidad de género”, sesenta y cinco referencias a “aborto”, doce referencias a “trabajo sexual” (prostitución) y catorce referencias a la “educación sexual integral”.
Además de estos problemas morales, el acuerdo amenaza la soberanía individual de cada nación. Como establece el artículo 97, “Ningún tratado, convención, acuerdo o arreglo de cualquier tipo entre uno o más Estados miembros de la Unión Europea y uno o más de los miembros de la OEACP impedirá la implementación de este acuerdo”.
Lamentablemente, cuarenta y cuatro países lo han firmado, amenazando las vidas de millones de niños no nacidos e imponiendo ideologías mal llamadas “progresistas” a naciones soberanas cuyos pueblos se oponen a tales contravalores antivida y antifamilia.
Luchemos contra los arquitectos de la “cultura” de la muerte
Hannah Arendt describió una vez la burocracia como “el gobierno de nadie”. Es decir, debido a que las burocracias son tan grandes, y debido a que la autoridad está tan difusa, y debido a que a menudo existen tan alejadas de la vida cotidiana de las personas que gobiernan, hay una extraña impersonalidad en sus dictados.
Una burocracia puede cambiar poderosamente las realidades de nuestras vidas. Pero es difícil saber en un momento dado qué están haciendo, quién está a cargo o qué podemos hacer para cambiar la forma en que operan.
Éste es el gran poder de las grandes agencias internacionales como las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud. Lejos de nuestros hogares, burócratas no elegidos se reúnen alrededor de mesas de trabajo y negocian los detalles de acuerdos y tratados que pueden afectar las vidas de personas que viven a miles de kilómetros de distancia, y que con toda probabilidad nunca oirán hablar de los debates, y mucho menos participar en ellos.
Por eso es tan importante que las personas provida hagan todo lo posible para mantenerse informadas sobre lo que sucede en las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y otras instituciones antivida. En realidad, podemos marcar la diferencia aquí. Organizaciones provida como Human Life International y Vida Humana Internacional han demostrado una y otra vez que los esfuerzos concertados para unir a las naciones provida y a los cabilderos provida pueden alterar el lenguaje de documentos internacionales enormemente influyentes, eliminando referencias siniestras a cosas como la ideología de género y el aborto.
Mientras luchamos contra los contumaces y a menudo obscenamente ricos defensores de la “cultura” de la muerte, no podemos bajar la guardia ni debilitar nuestros esfuerzos. Debemos reunir tropas, unirnos y prepararnos para una batalla real, no de armas y bombas, sino de ideas claras y verídicas. Esto no es para los débiles de corazón. Es necesario defender el valor incomparable de la vida humana y el carácter sagrado del matrimonio y la vida familiar. Los males intrínsecos y el mal que promueven los defensores de la “cultura” de la muerte lograrán sus objetivos si flaqueamos en nuestros esfuerzos.
Esto es lo que los dedicados miembros de Human Life International y Vida Humana Internacional están haciendo todos los días, en todo el mundo: educar a activistas locales, capacitar a futuros líderes, mantener informados a los líderes políticos y de la Iglesia, y unir a expertos legales y de otro tipo para luchar contra las maquinaciones de los arquitectos de la “cultura” de la muerte.
__________________________________