Padre Shenan J. Boquet

Presidente

Human Life International

Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 9 de Mayo del 2022 en: https://www.hli.org/2022/05/a-route-to-a-post-roe-state/.

Este artículo fue publicado en español en el Boletín Electrónico “Espíritu y Vida” de Vida Humana Internacional.Vol. 6.No. 22.El 25 de mayo de 2022.

Es casi seguro que ya ha escuchado las buenas noticias: la semana pasada, se filtró a la prensa un borrador de una opinión mayoritaria de la Corte Suprema de los Estados Unidos sobre un caso crucial de aborto. Si este borrador realmente representa la decisión final de la Corte, entonces parece que uno de los sueños más fervientes de generaciones de activistas provida está a punto de hacerse realidad: la Corte Suprema de los Estados Unidos está a punto de revocar por completo y sin ambigüedades la sentencia de Roe vs. Wade. Roe vs. Wade es, por supuesto, la atroz decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de 1973 en la que siete jueces de alguna manera descubrieron un “derecho” constitucional al aborto casi doscientos años después de que se ratificara la Constitución.

 

Desde Roe vs. Wade, unos 63 millones de niños por nacer han sido asesinados por aborto en los Estados Unidos, un número tan grande que es increíble para ser asimilado. Toda una generación perdida. Millones de madres y padres heridos emocional, espiritual y físicamente y familias destrozadas a quienes ni la Iglesia Católica ni el auténtico movimiento provida deben abandonar, sino ofrecerles reconciliación y sanación. Un profundo mal moral inscrito en el tejido mismo de nuestra nación, pervirtiendo todos los aspectos de nuestro sistema político y de nuestra cultura. La Marcha por la Vida anual en Washington D.C. coincide con el aniversario de la decisión de Roe vs. Wade, el 22 de enero. Todos los años, durante décadas, los participantes en la Marcha han escuchado a orador tras orador pedir y predecir la eventual desaparición de Roe. Y año tras año, la multitud de decenas de miles de personas que defienden la vida han clamado por su revocación, anhelando el momento en que nuestros hermanos y hermanas indefensos en el útero puedan volver a estar protegidos por la ley.

 

Pero con el paso de los años, ha habido desánimo y una creciente tentación hacia la desesperación. Durante décadas, los estrategas republicanos han asegurado a los estadounidenses provida que si votaran por un presidente republicano (y por los congresistas y senadores republicanos de los Estados Unidos), ese presidente electo nombraría a los jueces de la Corte Suprema de los Estados Unidos que clavarían la proverbial estaca en el corazón de Roe vs. Wade. Y década tras década nos han decepcionado desgarradoramente. En 1992, por ejemplo, la Corte Suprema de los Estados Unidos tuvo la oportunidad ideal de anular Roe vs. Wade, en el caso Planned Parenthood vs. Casey. Sin embargo, en lugar de anular a Roe, el juez designado por Reagan, Anthony Kennedy, se unió a la mayoría pro-aborto para defender a Roe.

 

En su disidencia en el caso Casey, el juez provida Antonin Scalia se lamentó en ese momento, “al impedir toda salida democrática a las profundas pasiones que despierta este tema, al desterrar el tema del foro político que brinda a todos los participantes, incluso a los perdedores, la satisfacción de un juicio justo y una lucha honesta, al continuar con la imposición de una regla nacional rígida en lugar de permitir diferencias regionales, la Corte no hace más que prolongar e intensificar la angustia”.

 

Esas palabras fueron proféticas. A pesar de las repetidas decisiones de la Corte Suprema de los Estados Unidos que han reafirmado ocasión tras ocasión a Roe, el tema del aborto nunca ha sido “resuelto”, en la forma en que los jueces a favor del aborto esperaban que fuera. En cambio, se ha enconado. Y ahora, en un momento de inmensa agitación política y social, todo aparentemente se ha unido milagrosamente de la manera correcta en el momento preciso, creando las condiciones para que todas esas décadas de oración, ayuno y activismo provida finalmente tengan el fruto que esperábamos.

Un cambio legal y radical por la vida

La opinión filtrada se relaciona con el caso Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization, del Estado de Mississippi, que implica un desafío a la prohibición del aborto a partir de las 15 semanas de gestación. Roe exigió que los estados permitieran el aborto hasta el punto de la viabilidad, alrededor de las 24 semanas de gestación. La ley de Mississippi fue elaborada por analistas legales provida precisamente para rechazar el marco de Roe, lo que le dio a la Corte una rara oportunidad de revisar Roe.

Al hablar sobre la filtración esta opinión, que fue escrita por el juez Samuel Alito, debemos tener en cuenta que esta opinión es solo un borrador. En teoría, cualquiera de los jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos podría cambiar su voto hasta el mismo momento antes de que la Corte emita su fallo oficial, una decisión que se espera que ocurra en algún momento antes de fines de junio de 2022.

Además, el borrador filtrado circuló por la Corte en algún momento de febrero, lo que significa que ya tiene tres meses. Incluso si ninguno de los jueces cambia su voto, el texto de la opinión en sí podría cambiar significativamente. Dicho todo esto, el borrador es digno de mención por dos razones: 1) Está escrito claramente como una opinión mayoritaria, lo que significa que en el momento de su redacción, al menos cinco de los jueces (incluidos los tres designados por Trump) habían expresado su opinión y su apoyo para que Roe sea revocado. Por lo tanto, a menos que se produzcan cambios en la votación de última hora, parece que Roe realmente está a punto de ser anulado. 2) En lugar de buscar algún tipo de posición de “compromiso” (como algunos observadores de la Suprema Corte pensaron que la Corte podría hacer), el borrador repudia a Roe en los términos más enérgicos posibles.

“Sostenemos que Roe y Casey deben ser anulados”, escribe Alito en el borrador, y agrega que “Roe estaba terriblemente equivocado desde el principio”. “La Constitución no hace referencia al aborto, y ningún derecho de este tipo está protegido implícitamente por ninguna disposición constitucional, incluida aquella en la que ahora se basan principalmente los defensores de Roe y Casey: la cláusula del debido proceso de la Decimocuarta Enmienda”. El documento concluye que “es hora de hacer caso a la Constitución y devolver el tema del aborto a los representantes electos del pueblo”.

Muchos activistas y académicos provida están señalando con razón que derogar a Roe no significa que el aborto de repente se vuelva ilegal. En esencia, derogar a Roe simplemente significa que el tema del aborto se devuelve a los estados. Si un estado quiere legalizar el aborto, puede buscar este objetivo a través de su proceso legislativo. De manera similar, si un estado quiere prohibir el aborto, puede hacerlo a través del mismo proceso. En este sentido, la derogación de Roe en algunos aspectos solo marca el comienzo de la batalla para defender a los niños no nacidos en los Estados Unidos.

El campo de batalla por el derecho a la vida de los no nacidos ahora se trasladará a las legislaturas estatales, donde la lucha, en ocasiones, se volverá aún más feroz que antes. Sin embargo, dicho esto, los legisladores provida y los estados se han estado preparando para este día durante años. Muchos estados han aprobado las llamadas “leyes de activación” que prohibirán por completo el aborto en el momento en que se derogue Roe o han mantenido las prohibiciones anteriores a Roe en los libros. Esas leyes anteriores a Roe entrarán en vigor tan pronto como se dicte la decisión final del Tribunal.

En total, si se deroga Roe, el aborto se volverá ilegal de inmediato en al menos trece estados. Sin embargo, el Instituto Guttmacher (que es proaborto) estima que es probable que hasta 26 estados prohíban el aborto en su mayoría o por completo a raíz del fallo de revocar a Roe. Aunque el aborto seguirá siendo legal en muchos de los estados más liberales y poblados, incluidos Nueva York y California, la derogación de Roe marcará el comienzo de un cambio radical masivo en la ley del aborto en los Estados Unidos, poniendo el impulso firmemente en manos de los que apoyamos firmemente la causa de vida.

La mayoría de los estadounidense está a favor de revocar a Roe v. Wade

No debería sorprender que los activistas y los medios a favor del aborto hayan respondido al borrador filtrado con histeria y rabia.

“Esta opinión filtrada es aterradora y sin precedentes, y confirma nuestros peores temores”, dijo Alexis McGill Johnson, presidente y director ejecutivo de Planned Parenthood. “Aunque hemos visto las señales durante décadas, esta noticia no es menos devastadora y llega justo cuando los grupos de derechos contra el aborto revelan su plan final para prohibir el aborto en todo el país”.

Algunas protestas a favor del aborto ya se han convertido en violencia, mientras que los partidarios del aborto han comenzado a emitir amenazas dirigidas a los jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos que apoyan la derogación de Roe vs. Wade. Un usuario verificado de Twitter incluso sugirió públicamente que asesinar a los jueces Thomas y Alito podría “salvar la vida de muchas mujeres en el futuro”. Muchos activistas y legisladores a favor del aborto presentan la decisión como un ataque a la democracia, alegando que un pequeño número de jueces varones no elegidos o estadounidenses pro-vida motivados por la religión están “imponiendo su voluntad” al pueblo estadounidense que, según muestran las encuestas, generalmente apoya la decisión de Roe. La ironía aquí es enorme. Después de todo, Roe vs. Wade fue decidido originalmente por un pequeño grupo de jueces varones no elegidos, que impusieron el aborto legal en todo el país utilizando un razonamiento legal que incluso muchos analistas legales a favor del aborto han admitido que equivalía a poco más que una hoja de parra para cubrir un conclusión ya previamente ordenada.

Además, una mirada cercana a los datos de las encuestas también muestra que los datos sobre el apoyo público a Roe son muchos, mucho más matizados de lo que afirman los activistas a favor del aborto. Es cierto que cuando se le pregunta a la gente si Roe debe ser revocado, la mayoría de los estadounidenses dice que no. Sin embargo, cuando se cambia la pregunta y se les pregunta a las personas si apoyan el aborto legal en el segundo trimestre, un porcentaje abrumador de estadounidenses dice que no. ¡Roe, sin embargo, requiere que los estados legalicen el aborto en el segundo trimestre!

La confusión, al parecer, surge del hecho de que muchas personas simplemente no entienden lo que hizo Roe, o lo que sucedería si fuera derogado. Muchos estadounidenses creen incorrectamente que si se deroga Roe, el aborto automáticamente se volverá ilegal en todo Estados Unidos.

La realidad es que el sentimiento público sobre el aborto ha sido una tendencia provida durante años, con tantas personas que se llaman a sí mismas “provida” como “pro-elección”. Además, cuando las encuestas profundizan en los detalles, encuentran que una sólida mayoría de estadounidenses se siente profundamente incómoda con el aborto, y solo lo apoyan al principio del embarazo y para casos difíciles específicos (los defensores de la vida deben continuar abordando estos problemas, ya que el aborto nunca debe ser una opción). Según una encuesta de Gallup, ¡solo el 28% de los estadounidenses apoya el aborto legal en el segundo trimestre! En otras palabras, ¡el 72 % de los estadounidenses no apoya la situación legal específica creada por Roe!

Hasta aquí el supuesto apoyo mayoritario a Roe. La derogación de Roe no solo está más en consonancia con las creencias reales de los estadounidenses sobre el aborto, sino que también es mucho más democrática en el sentido de que devuelve el tema del aborto a los funcionarios elegidos democráticamente por el pueblo en sus estados. Con la desaparición de Roe, los estados provida tendrán la libertad política para prohibir el aborto, mientras que los estados proaborto (lamentablemente) pueden mantenerlo legal.

En realidad, por supuesto, incluso esta situación es una plaga para la democracia, ya que legalizar el aborto equivale a la violación más atroz del derecho democrático más fundamental de todos: ¡el derecho a la vida! Pero estas estadísticas muestran que los argumentos que afirman que los estadounidenses se oponen a derogar Roe simplemente están equivocados.

Continuemos orando y ayunando

Si bien hay buenas razones para celebrar este posible dictamen de la Corte, también debemos mantenernos enfocados. En particular, debemos continuar ayunando y orando. De hecho, debemos orar y ayunar más concertadamente que antes.

Quién filtró la opinión mayoritaria no tramaba nada bueno. Es casi seguro que él o ella es un partidario del aborto que esperaba que la filtración temprana del borrador crearía suficiente indignación como para convencer a uno o más de los jueces de cambiar su voto, o para provocar una revuelta antirrepublicana en los centros de votación.

En definitiva, el aborto legal es el “becerro de oro”, el “sacramento” de la cultura de la muerte. El aborto legal es la base sobre la que se construyó la revolución sexual. Sin el sacrificio infantil institucionalizado, la “cultura” de la muerte comienza a tambalearse y a derrumbarse. Toda la furia del infierno está a punto de caer sobre los jueces que creen que Roe debe irse. Necesitan protección espiritual.

Roe v. Wade fue, sin lugar a duda, la peor decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos en la historia de este país. Bajo el régimen de Roe, decenas de millones de los más inocentes entre nosotros han sido masacrados en procedimientos que son demasiado espantosos para describirlos: succionados del útero de sus madres en una masa sangrienta; desgarrado miembro a miembro; asesinado con inyecciones letales; sacados parcialmente nacidos del útero de sus madres para luego succionarles el cerebro; nacidos vivos luego de un aborto y dejados morir.

Con el aborto legal elevado como un “derecho” constitucional, toda nuestra cultura ha sido reescrita en torno a la realidad del sacrificio de niños. Hemos normalizado e institucionalizado la objetivación del otro. La llamada “cultura de las citas” se ha convertido en poco más que un comercio de carne humana, con hombres y mujeres que usan el cuerpo del otro por placer egoísta, y luego, en el caso de que su unión sexual creara una nueva vida, esa carne también ha sido desechado en un consultorio “médico” estéril.

Derogar Roe es el primer paso en el camino hacia la sanación nacional. Es el primer paso para volver a poner nuestra cultura nacional sobre bases más firmes, una base construida sobre el respeto por toda vida humana, sobre la priorización de los valores fundamentales del amor, la responsabilidad, el respeto y la preocupación por el bien del otro.

Sí, incluso con la derogación de Roe, nuestro trabajo en el movimiento provida apenas comienza. Pero no debemos subestimar la importancia de rechazar la diabólica mentira de que el aborto legal es un “derecho” constitucional. Al derogar Roe, Estados Unidos volverá a liderar el camino, mostrando al mundo que la “cultura” de la muerte no es inevitable. Lo que se eligió puede no ser elegido. El aborto legal no es “progresista”. Es profundamente reaccionario. Fue un gran error histórico. Y tenemos la libertad de hacer retroceder el reloj. Para volver a abrazar la vida. Para corregir el mal. Para deshacer el error.

Y así, mientras nos preparamos para la batalla, alegrémonos de que, salvo cualquier desarrollo catastrófico de última hora, estamos en la cúspide del amanecer de una nueva era. Gracias a Dios por eso.

VHI agradece a José A. Zunino la traducción al español de este artículo.