¿Qué sucede cuando se prohíbe el aborto?
Padre Shenan J. Boquet
Presidente
Vida Humana Internacional.
Publicado originalmente en inglés el 20 de marzo de 2023 en: https://www.hli.org/2023/03/what-happens-when-abortion-is-banned/
Vida Humana Internacional agradece a José A. Zunino la traducción de este artículo.
Este artículo fue publicado en español en el Boletín Electrónico “Espíritu y Vida” de Vida Humana Internacional, el
23 de marzo de 2023.
Vol. 07.
No. 15.
También fue publicado en www.vidahumana.org en Temas/Cultura de la Vida/Avances de la cultura de la vida.
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“Cualquier país que acepta el aborto no le está enseñando a su gente a amar, sino a usar la violencia para conseguir lo que quiere”. ― Santa Teresa de Calcuta
Nota de VHI: Una vez más aclaramos que no estamos condenando a nadie que se haya involucrado en un aborto. Condenamos el aborto, no a las personas. A las personas que han caído en este grave pecado respetuosamente las urgimos a reconciliarse con Dios, consigo mismas y con los demás. La Iglesia ofrece el Sacramento de la Reconciliación por medio del cual Dios, infinitamente misericordioso, perdona todos los pecados por muy graves que sean con tal de que haya un sincero arrepentimiento. Este sacramento es absolutamente necesario para recibir el amoroso perdón de Dios y poder comulgar y obtener la salvación después de esta vida. La Iglesia también ofrece los ministerios de sanación y reconciliación postaborto, como el Proyecto Raquel y los Viñedos de Raquel, entre otros.
Recientemente, dos autores de la publicación The Wire se propusieron responder a la pregunta: “¿Qué sucede cuando se prohíbe el aborto?”
Dado que Nita Bhalla y Anastasia Moloney están virulentamente a favor del aborto, no te sorprenderá saber que su respuesta es que cada vez que se prohíbe el aborto, sucede una larga lista de cosas horribles. Probablemente tampoco te sorprenda que el artículo de Bhalla y Moloney ignore por completo el hecho más importante del asunto, es decir, la existencia del niño por nacer.
La realidad biológica es que cada aborto resulta en un niño muerto. Tenga en cuenta que esto no es una afirmación moral. Es simplemente una declaración de hecho. El niño por nacer en el útero de su madre es un organismo vivo genéticamente distinto que pertenece a la especie Homo sapiens. Ningún biólogo que se precie lo negaría. Para cuando termina el aborto, este ser humano vivo, genéticamente distinto, está muerto.
Sin embargo, en ninguna parte de su artículo Bhalla y Moloney mencionan esto. En cambio, dan por sentado que el aborto es simplemente un procedimiento médico perfectamente ordinario e intrascendente que algunas naciones han prohibido arbitraria y cruelmente sin una buena razón. Por lo tanto, cualquier dificultad que surja porque el aborto es ilegal es, en su opinión, una parodia imperdonable.
Sin embargo, el panorama cambia radicalmente en el momento en que se toma en serio el hecho de que el aborto acaba con la vida de un niño por nacer y daña espiritual, psicológica y hasta físicamente a la madre.
Lo que realmente sucede…
Con este hecho en mente, lo que realmente sucede cuando se prohíbe el aborto es que algunos de los seres humanos más vulnerables del planeta son tratados con la igualdad que merecen, con sus derechos humanos respetados y protegidos por la ley.
Lo que realmente sucede cuando se prohíbe el aborto es que las tasas de aborto caen en picada, y se les da a innumerables niños no nacidos la oportunidad de vivir sus vidas sin ser asesinados arbitraria y sumariamente en contra de su voluntad.
Lo que realmente sucede cuando se prohíbe el aborto es que estos niños van a cambiar el mundo de una manera que ningún otro ser humano podría haber hecho. Muchos de ellos, a su vez, continúan dando la bienvenida a sus propios hijos, produciendo innumerables generaciones que nunca habrían nacido si los gobiernos hubieran pretendido que el aborto es solo cualquier otro procedimiento médico.
Lo que realmente sucede cuando se prohíbe el aborto es que innumerables mujeres se ahorran el dolor y el arrepentimiento de haber tomado la peor decisión de sus vidas y, en cambio, se les da la oportunidad y la ayuda práctica que hará que logren encontrar la fuerza interior para cultivar el amor y el valor que les permitirá dar la bienvenida a su niño al mundo.
Lo que realmente sucede es que los hombres, padres de estos niños, son desafiados a cumplir con el papel que Dios les ha dado como protectores y proveedores, y a tratar a las mujeres con el cuidado y el respeto que se merecen. No todos los hombres estarán a la altura del desafío, pero con la falsa y cruel “salida fácil” del aborto legal eliminada de la situación, más se enfrentarán a los desafíos de ser padres, en lugar de ceder a la tentación de la cobardía.
Lo que realmente sucede es que las leyes, las estructuras sociales y las normas de una nación comienzan a remodelarse de innumerables maneras para proteger la vida humana antes de nacer: la sexualidad se trata más a menudo con el respeto que merece; se fortalecen las estructuras familiares; se crean organizaciones benéficas para apoyar a las mujeres con embarazos difíciles, etc., etc.
Lo que realmente sucede es que una nación da un paso gigantesco para instaurar la “civilización de la vida y el amor” sobre la cual el Papa San Juan Pablo II escribió tan conmovedoramente en su Encíclica Evangelium Vitae. Y esa nación da también un paso de gigantesco para alejarse de lo que ese santo Papa describió como el “estado de barbarie que uno esperaba había quedado atrás para siempre” (n. 14), pero que tantas naciones han abrazado perversamente en nombre de un falso y cruel “progreso”.
Lo que realmente sucede es que el corazón de Jesucristo salta de alegría al vernos a nosotros, sus discípulos, tratando a “los más pequeños” con el amor que nos mandó mostrar a los débiles, a los vulnerables, a los marginados y a los oprimidos.
Mentiras a favor del aborto
Esto no quiere decir que ilegalizar el aborto no genere algunas dificultades para algunas personas. No hay duda de que lo hace. Sin embargo, independientemente de estas situaciones, el aborto directo, es decir, el aborto querido como un fin o como un medio es un acto intrínseca y gravemente malo que nunca puede ser moralmente correcto.
En su Encíclica Sollicitudo Rei Socialis, el Papa San Juan Pablo II habla de un mundo que está afectado por las consecuencias del pecado original, viendo los “pecados sociales” como el comportamiento colectivo de ciertos grupos, grandes o pequeños, o incluso de naciones y bloques de naciones que proceden de la acumulación de pecados personales: “se trata de un mal moral, fruto de muchos pecados que generan ‘estructuras de pecado’” (Nro. 37). Dado que la fuente del “pecado social” o de las “estructuras de pecado” es el pecado personal – “los actos concretos de los individuos que causan la existencia de estas estructuras, las consolidan y las hacen difíciles de retirar”, la solución para la transformación de la sociedad está en nuestras acciones, nuestro crecimiento en santidad y virtud. En otras palabras, debemos cambiar nosotros mismos. De lo contrario, estas “estructuras de pecado se fortalecerán, se extenderán y se convertirán en la fuente de otros pecados, y así influirán en el comportamiento de las personas” (Nro. 36).
Sería maravilloso que cada niño recién concebido fuera recibido con la alegría que es la única respuesta adecuada a la magnificencia de toda vida humana. Sin embargo, hay casos, por ejemplo, mujeres que viven en la pobreza extrema o en relaciones gravemente abusivas, en los que abortar puede parecer atractivo, como una falsa “salida fácil”.
Por supuesto, una vez que uno comprende y toma en serio la realidad de la humanidad del niño por nacer, ninguna cantidad de dificultades reales puede justificar recurrir al aborto, el asesinato directo de un niño inocente. Por un lado está la vida de un ser humano con su dignidad inherente que debe ser tratado con el respeto debido a una persona humana. Por otro lado, existen diversas dificultades que pueden, temporalmente, ser exacerbadas por el nacimiento de ese niño.
Sin embargo, en ningún otro caso permitimos el asesinato directo de un ser humano inocente para resolver nuestros problemas. Por lo tanto, la única respuesta adecuada a tales circunstancias es poner todo nuestro ingenio y recursos en encontrar soluciones creativas a las dificultades.
De hecho, una de las muchas consecuencias positivas de ilegalizar el aborto es que obliga a una sociedad a priorizar el esfuerzo por encontrar soluciones reales a problemas reales. Soluciones que no implican el asesinato de niños y niñas inocentes.
Ya estamos viendo este efecto aquí en los Estados Unidos. En los meses transcurridos desde que se anuló el caso proaborto Roe vs. Wade, ha habido una explosión de bondad en el discurso público sobre la mejor manera de ayudar a las mujeres con embarazos en situaciones difíciles. Hace unas semanas, por ejemplo, les hablé de una declaración que firmé, pidiendo medidas razonables para ayudar a los matrimonios a acoger la vida sin miedo. “Construyendo un Futuro Post-Roe” fue firmado por cientos de líderes provida. Exige cosas como atención médica prenatal y posnatal asequible, el aumento de créditos fiscales por cada hijo, licencia parental pagada y la aplicación de las leyes de manutención infantil.
Mientras tanto, Americans United For Life, una de las organizaciones provida más grandes de los Estados Unidos, ha elaborado un documento técnico que aboga por que los políticos “hagan que los nacimientos sean libres de costos”. Esa política ha recibido el apoyo entusiasta de muchas otras organizaciones, líderes y políticos provida, y tiene una probabilidad razonable de recibir apoyo bipartidista.
Desafortunadamente, vivimos en una nación en la que los anticonceptivos y el aborto a menudo están cubiertos por el seguro médico, mientras que el parto suele costar miles de dólares de su bolsillo, incluso para quienes tienen un seguro médico privado.
Para quienes carecen de un seguro de salud privado, los costos del parto pueden ser devastadores, especialmente si algo sale mal durante el parto o si el niño sufre algún problema de salud grave. ¡Eliminar el miedo al embarazo y al parto es una forma de inclinar los incentivos hacia la vida!
Mientras tanto, los activistas provida de todo el país han estado organizando grandes conferencias para intercambiar ideas sobre otras formas de incentivar la vida en una situación posterior a Roe vs. Wade. Durante las últimas décadas, los defensores de la vida han establecido miles de centros de embarazo provida en todo el país y los han financiado con millones de nuestros propios dólares.
Pero ahora existe la sensación de que, después de haber derrotado con éxito a Roe vs. Wade, hay una necesidad más urgente que nunca de garantizar que ninguna mujer tenga que sentir que debe matar a su hijo no nacido para evitar un resultado catastrófico. Siento una sensación de optimismo, que con el aborto fuera de escena, encontraremos nuevas formas de apoyar y fomentar una Cultura de la Vida en nuestras leyes, reglamentos y prioridades de gasto.
Esto es lo que hace ilegalizar el aborto: centra la atención de una nación en la búsqueda de soluciones creativas y que afirmen la vida a problemas difíciles. Mantener el aborto legal, sin embargo, le indica a cada padre holgazán y político perezoso antivida que no tienen que hacer ninguna labor que les cueste esfuerzo.
Estos políticos antivida y perezosos en lugar de encontrar soluciones a la pobreza o el abuso, se limitan simplemente a indicar a las mujeres dónde se encuentra el centro de abortos más cercano, para que se aprovechen de la única mal llamada “solución” que ha hecho más para subyugar a las mujeres a los deseos y la negligencia de los hombres que cualquier otra cosa.
Como dijo Santa Teresa de Calcuta:
El llamado “derecho” al aborto ha enfrentado a las madres contra sus hijos y a las mujeres contra los hombres. Ha sembrado violencia y discordia en el seno de las relaciones humanas más íntimas. Ha agravado la derogación del papel del padre en una sociedad cada vez más sin padre. Ha retratado al mayor de los dones, un niño, como un competidor, una intrusión y un inconveniente. Ha otorgado nominalmente a las madres un dominio ilimitado sobre las vidas de sus hijos e hijas físicamente dependientes. Y, al otorgar este poder desmesurado, ha expuesto a muchas mujeres a exigencias injustas y egoístas de sus maridos u otras parejas sexuales (National Prayer Breakfast, Washington, D.C., febrero de 1994).
Mentiras a favor del aborto que han sido denunciadas
Inevitablemente, uno de los pilares del falso “argumento” de Bhalla y Moloney es que, incluso si los países deciden prohibir el aborto, las mujeres lo harán de todos modos. Pero los abortos que obtendrán, según ellos, serán “inseguros”, lo que provocará lesiones y muertes a gran escala.
Este es uno de los “argumentos” más antiguos en la bibliografía de trampas a favor del aborto. Sin embargo, sabemos que se basa en un montón de mentiras.
Sabemos esto en parte porque uno de los propagandistas a favor del aborto más prominentes del pasado nos dijo precisamente cuán descaradamente él y sus colegas mintieron sobre los abortos ilegales, para ganarse la simpatía del público para su macabra causa.
El Dr. Bernard Nathanson fue uno de los fundadores de la Liga Nacional de Acción por el Derecho al Aborto (NARAL) y realizó personalmente miles de abortos. Sin embargo, experimentó un cambio radical de opinión en la década de 1970 y se convirtió en un poderoso y eficaz defensor de la vida.
Su conocimiento interno del movimiento a favor del aborto fue invaluable para arrojar luz sobre las mentiras que se encuentran en la base misma de la causa a favor del aborto. Una mentira tenía que ver con la cantidad de abortos ilegales en Estados Unidos antes del fallo proaborto de Roe vs. Wade. Él mismo denunció que el número real era de alrededor de 100.000 por año, pero él y los otros activistas de NARAL les decían a los medios de comunicación que eran más de 1.000.000, ¡más de diez veces el número real! También exageraron enormemente la cantidad de mujeres que morían por abortos ilegales por año. Si bien dijo que había alrededor de 200 a 250 por año (en realidad, probablemente era incluso menos que eso), ¡les decía a los medios que había más de 10,000 de esas muertes cada año!
“Confieso que sabía que las cifras eran totalmente falsas”, escribió, “y supongo que los demás también lo sabían si se detenían a pensarlo. Pero en la falsa ‘moralidad’ de nuestra revolución, era una cifra útil, ampliamente aceptada, entonces, ¿por qué esforzarnos por corregirla con estadísticas honestas? La principal preocupación era eliminar las leyes [que prohibían el aborto], y todo lo que tenía que hacerse dentro de lo razonable era permisible”.
Los últimos meses desde el derrocamiento de Roe vs. Wade han demostrado cuán falsa es esta historia a favor del aborto. No es cierto que una vez que el aborto sea ilegal, las mujeres simplemente abortarán de todos modos. Muchas mujeres que podrían haberse hecho un aborto, en su lugar elegirán la vida. En los estados donde el aborto ahora es ilegal, gracias a la anulación de Roe vs. Wade, las tasas de aborto se han desplomado. Sí, es cierto que algunas mujeres en esos estados simplemente viajan a estados cercanos, donde el aborto es legal, para abortar.
Sin embargo, está claro que las tasas de aborto están cayendo. Ya se han salvado miles de vidas. Si Estados Unidos continúa su movimiento hacia la vida, nuestras leyes provida podrían resultar en la salvación de millones de vidas.
Los activistas a favor del aborto como Bhalla y Moloney no piensan ni por un momento en el niño por nacer. Pero sabemos que hay niños vivos, hoy, porque la Corte Suprema de los Estados Unidos hizo lo correcto y revocó Roe vs. Wade. Niños reales, con vidas reales: sonriendo, riendo, corriendo, haciendo amigos, desarrollando esperanzas y sueños para el futuro, trayendo luz y risas a las vidas de sus padres y hermanos. El mundo es mejor gracia a su existencia.
Eso es lo que sucede cuando el aborto se hace ilegal.
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