¿Quién es mi hermana necesitada?

 

Padre Shenan J. Boquet

Presidente

Vida Humana Internacional

 

Publicado originalmente en inglés el 19 de agosto del 2024 en: https://www.hli.org/2024/08/who-is-my-sister-in-need/.

 

Vida Humana Internacional agradece a José A. Zunino la traducción de este artículo.

 

 

Nota del Editor: Como hacemos cada vez que abordamos el tema del aborto, queremos aclarar que nuestra intención no es condenar a ninguna mujer o a cualquier otra persona que de alguna manera haya caído en este grave pecado. Condenamos el aborto, no a las personas. A las personas las invitamos con urgencia, pero con mucho amor, al arrepentimiento y a la conversión a través del absolutamente necesario recurso al Sacramento de la Confesión, donde Dios les espera con los brazos abiertos para derramar sobre ti Su infinita misericordia. La Iglesia también cuenta con ministerios de reconciliación y sanación postaborto. Visita www.vidahumana.org para obtener más información o llámanos al 305-260-0525 (Miami, Florida, USA).

 

Una y otra vez en los Evangelios, cuando sus seguidores le preguntan a Cristo qué deben hacer para ser salvos, Él les da una respuesta directa: primero que todo, ama a Dios y luego, ama a tu prójimo. Como Él deja claro tantas veces, el amor al prójimo no es una emoción abstracta que nos haga sentir bien. Más bien, el amor auténtico se expresa a través de una asistencia concreta destinada a promover y proteger el bienestar físico y espiritual del otro.

 

Cristo reitera repetidamente un mensaje casi austero en su sencillez. ¿Deseas seguir los mandamientos de Dios? ¿Quieres ser contado entre los discípulos de Cristo? ¿Quieres ser salvo? Pues bien, alimenta a los hambrientos, viste al desnudo, da techo al desamparado, visita a los encarcelados, visita a los enfermos, etc. Como Cristo les dice a sus seguidores en Mateo 25, cuando realizan estos simples actos de amor por los necesitados, los están realizando para Cristo mismo. Y cuando se enfrenten a Dios en el juicio, es a causa de estos actos de amor que Él los reconocerá como uno de sus seguidores y les dará la bienvenida a Su reino.

 

 

Las casas de maternidad están al servicio de las mujeres

 

Estos pensamientos han sido provocados por un artículo reciente de Associated Press (AP) que me ha hecho sentir aún más orgulloso de ser parte de este gran movimiento llamado movimiento provida.

 

El artículo destaca el crecimiento del número de hogares de maternidad en los Estados Unidos, en particular, desde la anulación de Roe v. Wade, el fallo del Tribunal Supremo de EEUU en 1973 que legalizó el aborto en todo el país.

 

Un líder de una red de hogares de maternidad dijo a AP que desde la decisión Dobbs vs. Jackson en 2022 (que anuló Roe vs. Wade), el número de hogares en su red se ha disparado en un 23%. Valerie Harkins dijo a la AP que actualmente hay alrededor de 450 hogares de maternidad en todo Estados Unidos.

 

[¡La generosidad de los donantes de Vida Humana Internacional hizo posible un gran logro! Yvette tenía una gran necesidad y los misioneros de HLI pudieron regalarle una máquina de coser y capacitación para ayudarla a desarrollar habilidades para mantenerse a sí misma y a su bebé.]

 

Vale la pena señalar que las casas de maternidad no son lo mismo que los centros de atención al embarazo. Los hogares de maternidad están destinados específicamente a proporcionar un lugar para que las mujeres embarazadas que lo necesiten puedan permanecer durante el embarazo e inmediatamente después del mismo. Proporcionan alojamiento y comida además de los numerosos otros servicios que los miles de centros de atención al embarazo en todo Estados Unidos brindan a las mujeres necesitadas.

 

Los centros de atención al embarazo son un elemento fundamental de los esfuerzos del movimiento provida para brindar apoyo tangible a las mujeres que enfrentan dificultades debido a un embarazo no planificado. Pero las casas de maternidad brindan un servicio particularmente importante y eficaz: satisfacer las necesidades de las mujeres en las circunstancias más extremas, como la falta de vivienda, la drogadicción, la pobreza extrema, las relaciones abusivas, etc.

 

 

Llevar esperanza a situaciones de crisis

 

Otro artículo reciente, publicado en el boletín de la Radio Nacional Pública de EEUU (NPR, por sus siglas en inglés), destaca uno de esos hogares de maternidad. The Nesting Place (“El Lugar del Nido”, traducción libre) es una casa de maternidad ubicada en Nampa, Idaho. La casa fue fundada por Robin Watters, una mujer cristiana.

 

Watters cuenta cómo la idea de fundar The Nesting Place surgió de una pregunta que leyó en una publicación cristiana. “¿Qué haría su estado si Roe v. Wade fuese revocado? Eso hizo que las ruedas giraran. Y pensó: “¿No sería un hogar de maternidad la respuesta perfecta?”

 

Aunque Roe aún no había sido anulado, Watters puso manos a la obra. Ella y su organización compraron y renovaron un edificio que podría albergar a mujeres. Sorprendentemente, el trabajo en la casa apenas estaba terminando cuando se supo que Roe v. Wade había sido anulado. The Nesting Place estaba listo para ayudar a las mujeres que de otro modo habrían elegido el aborto en lugar de traer a sus hijos al mundo con valor y esperanza.

 

Lo más extraordinario del crecimiento del número de hogares maternos en todo Estados Unidos es la inmensa tarea que supone administrar un hogar así. Según Watters, mantener The Nesting Place en funcionamiento cuesta alrededor de medio millón de dólares al año. El hogar cuenta con personal las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y además de proporcionar comida y alojamiento, también brinda capacitación relacionada con el trabajo y varias otras formas de capacitación para ayudar a las mujeres a aprender las habilidades necesarias para tener una vida mejor.

 

Es un apostolado asombrosamente amplio, especialmente si se tiene en cuenta que la casa se financia íntegramente con donaciones privadas. A diferencia de organizaciones proaborto como Planned Parenthood, hogares como The Nesting Place no reciben generosas subvenciones gubernamentales. Y, sin embargo, cientos de ellos se mantienen en funcionamiento gracias a la generosidad de personas comunes y corrientes provida que se sintieron inspiradas a responder al llamado de Cristo en el Evangelio de servir a los necesitados.

 

Si bien administrar una casa de maternidad requiere muchos recursos y esfuerzos, es difícil expresar con palabras cuán impactante puede ser un apostolado de este tipo. Auna, de dieciocho años, dijo a NPR que había decidido hacerse un aborto. Sin embargo, la habían educado para considerar el aborto como algo incorrecto. Ahora con 25 semanas de embarazo, finalmente encontró The Nesting Place. Y ahora dice que está emocionada por lo que viene después. Ella y su hijo no nacido estarán a salvo.

 

Varias otras mujeres contaron a AP su alivio al descubrir la existencia de hogares de maternidad provida. “Todo estaba muy limpio. La sala estaba ya preparada. Fue realmente un soplo de aire fresco”, dijo una mujer a la AP, mientras su recién nacido dormía en sus brazos. Para ella, sirvió como un verdadero hogar, poniéndola en comunión de amistad con otras mujeres y dándole el espacio para descubrir qué sigue en su vida.

 

Gracias a estas casas de maternidad, miles de mujeres están encontrando esperanza y dignidad, han sido ayudadas a elegir la vida y, a menudo, reciben capacitación y apoyo que les permitirá salir de la casa de maternidad y construir una vida mejor, confiadas en su capacidad para sostener a sus hijos y a ellas mismas.

 

[Hay una gran demanda de suministros de todo tipo. Vida Humana Internacional continúa apoyando a los centros de atención al embarazo en todo el mundo para ayudar a las mujeres y familias necesitadas.]

 

 

El combustible provida detrás del apoyo a las mujeres en crisis

 

El movimiento provida no es ingenuo. Los activistas provida saben, quizás mejor que nadie, cuán desafiante puede ser para una mujer tener un embarazo no planeado o en una situación difícil. Después de todo, muchos activistas provida han dedicado enormes cantidades de tiempo brindando asesoramiento a mujeres fuera de los centros de aborto. Han escuchado historias desgarradoras de negligencia, abuso, drogadicción, pobreza, desempleo y mucho más.

 

Sin embargo, los provida también saben que matar a un ser humano inocente nunca puede ser la respuesta a ningún problema. Lo que parece una solución fácil no sólo es moralmente indefendible, sino que a menudo también produce mayor dolor y angustia a largo plazo. Son estos activistas provida los que están mejor equipados para saber cuán grande puede ser este dolor, porque es el movimiento provida el que proporciona los servicios de asesoramiento a los que posteriormente recurren las mujeres devastadas cuando buscan sanación y perdón después de un aborto que las dejó traumatizadas y llenas de pesar.

 

Mientras que el movimiento abortista se centra en ampliar la financiación para el aborto y luchar contra todas las leyes provida, el movimiento provida está proporcionando con mucho esfuerzo los recursos necesarios para ayudar a las mujeres para que elijan darle la bienvenida a la vida. Y lo están haciendo sin el tipo de asistencia gubernamental que el movimiento abortista recibe con tanta abundancia.

 

Como informa AP, “A falta de una red de seguridad social sólida, las casas de maternidad están llenando un vacío con servicios necesarios para mujeres y niños. Si bien los residentes pueden utilizar asistencia pública, ni Mary’s Shelter ni Paul Stefan aceptan fondos estatales o federales para sus operaciones generales”. (Es probable que se nieguen a ello por posibles condiciones moralmente inaceptables.)

 

Ojalá eso empiece a cambiar. Como señala AP, por el momento cinco estados otorgan algunas subvenciones para hogares de maternidad provida. Con suerte, más lo harán pronto. ¡Imagínese cuán diferentes podrían ser las cosas si nuestra nación invirtiera en promover la vida y la esperanza en lugar de invertir miles de millones de dólares en las arcas de las organizaciones proaborto!

 

 

Los buenos samaritanos de hoy en día

 

Ninguna parábola resume mejor la urgencia de la enseñanza de Cristo sobre el amor al prójimo que la parábola del buen samaritano (Lucas 10:25-37).

 

Transcurridos 2,000 años, lamentablemente es demasiado fácil perder de vista lo difícil e impactante que esta parábola habría parecido a sus oyentes judíos. Después de todo, en la época de Cristo, los samaritanos eran considerados enemigos mortales de los judíos. Los judíos odiaban a los samaritanos y evitaban cualquier contacto con ellos (una mala voluntad que probablemente se remontaba a antes de la separación de los reinos judíos del norte y del sur alrededor del año 900 AC). Los samaritanos correspondieron a estos sentimientos. La enemistad era mutua, profunda y persistente.

 

Sin embargo, en la parábola, Cristo establece un paralelo entre un comerciante samaritano y dos hombres que habrían sido considerados modelos de la fe religiosa judía: un sacerdote y un levita. Pero, en un movimiento que debe haber dejado a sus oyentes judíos retorciéndose en sus puestos, ni el sacerdote ni el levita son los héroes de la historia. En cambio, es el odiado samaritano el que se presenta como el hombre que seguía más de cerca la ley de Dios, el que debe ser admirado y emulado.

 

¿Y por qué? Porque tuvo compasión de un prójimo. Dejando a un lado la enemistad que se suponía debía sentir por el hombre judío que había sido robado y dado por muerto, el samaritano lo cuidó con amor hasta que recuperara la salud. En este sentido, Cristo es claro: el samaritano es el modelo para los oyentes de Cristo. “Ve y haz lo mismo”, dice Cristo sobre el comportamiento del samaritano.

Así es como Cristo valora la atención compasiva hacia otro ser humano.

 

[Gracias a nuestros generosos donantes, Sarah recibió el apoyo que necesitaba. Verónica, misionera de Vida Humana Internacional, la ayudó a darle la bienvenida a su bebé Anenyasha.]

 

Aquellos que tienen el valor y la convicción de fundar un hogar de maternidad provida (o un centro de atención al embarazo), a pesar de los muchos obstáculos que enfrentan, son los buenos samaritanos de hoy en día. Han descubierto que no pueden pasar junto a los oprimidos sin mirarlos con compasión, tomarlos en sus brazos y satisfacer sus necesidades. Esta es la respuesta radical a la que todos estamos llamados como seguidores de Cristo.

 

Es sorprendente leer las numerosas historias de mujeres cuyas vidas han cambiado completamente gracias al amor cristiano derramado sobre ellas por estas casas de maternidad. Estoy orgulloso de esos hombres y mujeres valientes que han respondido al llamado de Cristo y se han embarcado mar adentro de esta manera.

 

Mi oración es que algunos de los que lean esta columna se sientan inspirados de manera similar para adentrarse en las profundidades de la compasión provida, ya sea encontrando su hogar de maternidad local y ofreciendo todo el apoyo que puedan, o iniciando un nuevo hogar de maternidad en su comunidad. Así transformaremos nuestra “cultura” de la muerte en una Cultura de la Vida: por medio de un acto generoso de amor tras otro.

 

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