Ante la resolución del Tribunal Constitucional:
Si el no nacido no tiene derecho a vivir, tampoco lo tiene ninguno de nosotros
Recientemente, el Tribunal Constitucional de España ha emitido la decisión de avalar el aborto como el derecho a disponer de la vida humana hasta las 14 primeras semanas de gestación. A continuación, reproducimos la nota de prensa emitida por nuestra afiliada en España, Spei Mater, denunciando esta trágica decisión.
En esto ha quedado el Estado de Derecho, en esto ha quedado el supuesto “imperio de la ley”, en esto han quedado nuestros supuestos derechos humanos, en que por el interés económico de unos y el ideológico de otros, por la ceguera de muchos y la indiferencia de casi todos, el derecho a matar ha quedado consagrado por el Tribunal Constitucional. Además, esta decisión está articulada de tal forma que cualquier ley que derogue la ley del aborto, será inconstitucional, puesto que se considerará jurisprudencia consolidada.
Que un niño no nacido es un ser humano es evidente, tan evidente como lo es que cuando una mujer se queda embarazada lo está de un hijo y que cuando aborta pierde un hijo. Pero la historia ya nos ha demostrado que a pesar de la evidencia de la razón, de la ciencia y de los mismos sentidos, la ideología puede hacer que neguemos la realidad: se les negó la humanidad a los esclavos, se les negó la humanidad a las llamadas “razas inferiores” y ahora se les niega la humanidad a las personas antes de nacer. Pero no nos engañemos, está pendiente es muy resbaladiza, si podemos matar a una persona antes de nacer, ¿por qué no después? La eutanasia así lo demuestra, se empieza matando niños y se termina asesinando ancianos y enfermos, primero terminales, luego crónicos, luego enfermos mentales y discapacitados y más tarde a todo aquel al que Estado considere “descartable” por cualquier otra razón.
La Iglesia siempre ha defendido la vida y la dignidad de la persona. Cada persona tiene una dignidad inviolable, es un alguien, elegido y amado por Dios desde la eternidad, imagen de Dios mismo y la vida humana es siempre un bien sagrado.
Esta defensa de la vida implica por una parte ser testigos de la Verdad, proclamar la Verdad, aunque nos lleve a la persecución o hasta el martirio, hay que obedecer a Dios antes que los hombres.
Pero también implica por otra parte, tender la mano y acoger a todas las personas que por circunstancias diversas se ven tentadas de abortar, a todas aquellas que han recurrido al aborto y a todas aquellas engañadas y destruidas por esta cultura de mentira y de destrucción.
En Estados Unidos la terrible sentencia en 1973 de Roe vs Wade, del Tribunal Supremo de ese país, que ha supuesto la muerte de más de 65 millones de personas ha sido anulada y en cada vez más estados el aborto ya no es legal. No me cabe duda ninguna de que en España llegará el momento en que todas estas leyes antivida serán abolidas.
Mientras tanto, en Spei Mater como asociación de la Iglesia, no nos cansaremos de defender la vida desde su concepción hasta su muerte natural y de acoger a todas las víctimas de la “cultura” de la muerte. No nos cansaremos de anunciar el Evangelio de la Vida y de la Misericordia.
María José Mansilla
Presidenta de Spei Mater