Estimada familia de Human Life International:
¡Que la gracia y la paz de Nuestro Señor Jesús estén con todos ustedes!
Comienzo la reflexión de esta semana hablando de paz porque estoy preocupado acerca de un grave problema que nuestra amada nación enfrenta, tal como lo subrayó la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU por medio de un comunicado de prensa emitido el reciente 31 de agosto.
Esta enérgica declaración arroja luz sobre las nuevas directrices dadas a conocer por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), que obligan a las compañías privadas de salud a incluir la anticoncepción, incluyendo la que es abortiva, y la esterilización en sus planes de salud.
En su comunicado de prensa, el consejo general de los obispos le hizo un llamado al HHS a desistir de ese mandato, refiriéndose al mismo como “una ley federal sin precedentes y más radical que cualquier mandato estatal en relación con la anticoncepción”. Los comentarios también criticaron la estrechez de la excepción del “empleador religioso” en cuanto al cumplimiento de este mandato. Los obispos explicaron que el mismo “no protege de manera alguna a los particulares ni a los aseguradores por medio de una objeción moral o religiosa a la anticoncepción o la esterilización”. En vez de ello, prosiguen los pastores, la presunta excepción sólo protege a “un subconjunto muy pequeño de empleadores religiosos”.
La realidad de este mandato y su giro radical en cuanto a las normativas gubernamentales, exige de nosotros una pronta atención y una valiente respuesta. El número 1907 del Catecismo de la Iglesia Católica declara lo siguiente:
“En nombre del bien común, las autoridades están obligadas a respetar los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. La sociedad debe permitir a cada uno de sus miembros realizar su vocación. En particular, el bien común reside en las condiciones de ejercicio de las libertades naturales que son indispensables para el desarrollo de la vocación humana: ‘derecho a… actuar de acuerdo con la recta norma de su conciencia, a la protección de la vida privada y a la justa libertad, también en materia religiosa’”.
No podemos permanecer ociosos ante tan descarado atropello contra nuestros derechos fundamentales. Debemos, con el debido respeto, contrarrestar a aquellos que promueven la “cultura” de la muerte y su agenda. ¿Cómo? Escuchen las palabras del Papa Benedicto XVI durante su visita a Croacia en junio de 2011, cuando alentaba a la población, predominantemente católica, de ese país, a edificar su nación sobre el fundamento de los valores cristianos por medio del apoyo a la familia tradicional y a la santidad de la vida:
“Lamentablemente, nos vemos obligados a constatar el hecho de la difusión del secularismo que conduce a la exclusión de Dios de la vida diaria y a una creciente desintegración de la familia. El testimonio y el compromiso de la familia cristiana – vuestro testimonio concreto – es muy importante, especialmente cuando afirmáis el carácter inviolable de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, el valor singular e irremplazable de la familia fundada en el matrimonio y la necesidad de una legislación que apoye a las familias en su tarea de dar a luz a los hijos y de educarlos” (Homilía impartida el 5 de junio de 2011, Día Nacional de las Familias Croatas Católicas).
Aunque las palabras de aliento y desafío del Santo Padre fueron dirigidas a los croatas, también nos interpelan a nosotros. Nuestro país es uno de muchos cuyos líderes políticos están formulando leyes que ofenden gravemente los valores cristianos de sus ciudadanos. Estoy convencido de que es importante que comprendamos lo que está en juego. Nuestros obispos han hablado abierta y proféticamente en defensa de nuestra libertad religiosa y del derecho que tenemos a ejercer dicha libertad.
Tenemos que apoyar a nuestros pastores y hacer caso de la invitación que nos han hecho a involucrarnos en la defensa de nuestros valores. No podemos dejar este asunto solamente en manos de los obispos, ¡debemos unir nuestras propias voces a las suyas!
A continuación proporcionamos los enlaces (todos en inglés) al comunicado de prensa de los obispos y sus comentarios, así como los portales cibernéticos de nuestros representantes y senadores, y también un sitio a donde enviar sus comentarios al HHS:
Declaración de los obispos: http://www.usccb.org/news/2011/11-168.cfm
Comentarios de los obispos dirigidos al HHS: http://www.usccb.org/about/general-counsel/rulemaking/upload/comments-to-hhs-on-preventive-services-2011-08.pdf
Para someter sus comentarios al HHS: http://www.regulations.gov/#%21submitComment;D=HHS-OS-2011-0023-0002.
Para ponerse en contacto con su representante: https://www.capwiz.com/f2c/issues/alert/?alertid=52689501
Para ponerse en contacto con su senador: https://www.capwiz.com/f2c/issues/alert/?alertid=53227616.
La vida humana y nuestra libertad religiosa están en peligro. Estoy pidiéndole unirnos para que nuestras voces sean escuchadas y para obedecer el llamado de nuestros pastores.
En su mensaje del Día Mundial de la Paz de 2006, el Papa Benedicto XVI declaró lo siguiente: “La paz se funda en el respeto de los derechos de todos. Consciente de ello, la Iglesia promueve los derechos fundamentales de cada persona. En particular, promueve y defiende el respeto a la vida y a la libertad religiosa de cada uno” (8 de diciembre, 2006).
Agradezco su constante apoyo a la vida humana por medio de su oración, su testimonio y su generosidad.
Sepa que oro por usted, su parroquia, nuestro amado país y todos los que defienden la auténtica libertad, la paz y la vida. Usted será recordado en que cada Misa que yo ofrezca.
Santa Gianna Molla, ruega por nosotros.
Atentamente en Cristo,
Padre Shenan Boquet
Presidente
Human Life International
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