Abby Johnson

Aproximadamente una semana después de recibir la primera inyección, comencé a tener dolores de cabeza debilitantes. Y enfatizo que eran bastante fuertes.

Por un buen tiempo había estado tratando de posponer esta visita. En verdad lo que quería era no pensar en ello y convencerme por mí misma de que a lo mejor si la ignoraba, desaparecería de mi mente. Lamentablemente, esa no fue la realidad.

Así que me senté en la mesa de examen contestando preguntas sobre nuestros presidentes, leyendo las letras en una tarjeta para chequear mi visión, y listando mi historia clínica de los cinco últimos años (esa fue la última vez que vi a un neurólogo).

Me casé con Doug en el 2005. Yo sabía que por un tiempo queríamos posponer un embarazo, así que usaba todos los métodos anticonceptivos hormonales existentes bajo el sol. Sin embargo, la inyección anticonceptiva Depo Provera aún no me la había aplicado. Aunque consideraba que era un método bastante libre de preocupación, ya que solo necesitas inyectarte una vez cada tres meses y la mayoría de las mujeres dejan de menstruar durante ese tiempo. Esto me sonaba muy bueno. En consecuencia, un poco antes de nuestra fecha de boda me la hice aplicar.

Aproximadamente una semana después de recibir la primera inyección, comencé a tener dolores de cabeza debilitantes. Y enfatizo que eran bastante fuertes. No podía casi trabajar. Esto estaba interfiriendo con mi trabajo, mi sueño, en una palabra con mi vida en general. Después de una semana de sentirme así, hice una cita con mi médico primario. Le hablé de mis síntomas y ella me dejó totalmente fría, diciendo: “Bueno, hay personas que solo les da dolores de cabeza”. Um, no… no como éste.

Mi madre me sugirió que podría ser algo relacionado con la vista, entonces hice una cita con mi oftalmólogo buscando una respuesta. De todas maneras era tiempo para mi chequeo anual y, además, me imaginé que mi visión podría estar cambiando. Apenas el doctor se sentó y colocó frente a mi cara su lujosa máquina óptica, se retiró de la misma, prendió la luz y me preguntó, “¿Ha estado teniendo dolores de cabeza realmente fuertes?” ¿Por qué?, sí, los he tenido”. Lo sabía. Mi madre había estado en lo correcto. Mi visión había cambiado.

A continuación les relato cómo el resto de la conversación se llevó a cabo:

Doctor: “Su nervio óptico no está pulsando. Necesita que la vea un neurólogo inmediatamente.”

Yo: “¿Un neurólogo? ¿Por qué? ¿Acaso con una nueva prescripción para mis lentes de contacto no es suficiente?”

Doctor: “No. Esto no tiene nada que ver con su visión en general, excepto que si continúan inactivos, puede quedar ciega. En la mayoría de los casos esto quiere decir que la presión de la columna vertebral es muy alta, lo que podría significar que hay un tumor en el cerebro.”

Yo: “¿Un tumor?”

Doctor: blah, blah, sonido emitido, blah, blah (y no escuché nada más después de que él pronunció la palabra “tumor”).

 

De inmediato, sentí un calor en mi cuerpo y malestar en el estómago. ¿Un tumor en el cerebro?  ¿Posiblemente una cirugía del cerebro? Tendrán que afeitar mi cabeza. Luciré terriblemente calva. ¿Acaso me voy a morir de esto?

Aproximadamente tres días después me encontraba sentada en la oficina del neurólogo. Un par de días después de eso, me estaban poniendo mi primera punción lumbar. Más o menos una semana después, me estaban haciendo mi primera imagen de resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés). Luego una nueva punción lumbar y otro MRI.

Los resultados estaban todos ahí y ya contaban con un diagnóstico: pseudo tumor cerebral, conocido también como hipertensión intracraneal. Básicamente, se había incrementado la presión fluido-espinal debido a la inflamación en mi cerebro. También el tamaño de mis venas se había reducido debido a la inflamación. Tendré que estar con medicamentos por el resto de mis días.  Y si no fuese diligente en tomar el medicamento, la presión espinal incrementaría y como resultado sufriría alto riesgo de dolores de cabeza debilitantes….y/o podría quedar ciega…o algo parecido.

Por mucho tiempo pensé que mis dolores de cabeza eran efecto del uso del Depo Provera, pero esta confirmación no me llegó sino hasta que fui diagnosticada. Mi neurólogo me comentó que frecuentemente el veía este tipo de condición manifestada en mujeres que tomaban métodos hormonales de anticoncepción, particularmente aquellos anticonceptivos que contienen progestina. Entonces tuve que enfrentar las consecuencias de que debido a que desesperadamente no quería quedar embarazada, había colocado  dentro de mi cuerpo algo que me causó un desorden de por vida,  y que esto podría llevarme a la ceguera.

Me “mediqué” un “problema” que no existía dentro de mí (el embarazo) y en verdad ahora vivo con su consecuencia cada día.

Cuando hacemos uso de los anticonceptivos estamos tomando fármacos para “arreglar” algo que no está dañado. Eso fue lo que en ese entonces hice y hoy me encuentro tratando nuevamente de colocar las piezas en su sitio. Ahora sí que es cierto que tengo algo que arreglar, señal que no hubiese tenido que enfrentar si no hubiese sido por haber ingerido anticonceptivos hormonales.

Como parte de mi realidad diaria, es el saber que podría quedarme permanentemente ciega. Me enfrento a dolores de cabeza muy fuertes, aunque diariamente tomo el medicamento para ellos.  Un medicamento que me cuesta aproximadamente $500.00 al mes.

Lo más deprimente de todo esto es que yo no estoy sola. Conocemos el riesgo de los anticonceptivos, pero continuamos introduciéndolos dentro de nuestro sistema como si no existiera ninguna otra opción. A continuación, queridas damas, les voy a hacer unas cuantas preguntas:

¿Están dispuestas a perder la vista con tal de no quedar embarazadas? ¿Están dispuestas a desarrollar osteoporosis a sus veinte años debido a la “necesidad” de usar un anticonceptivo?  ¿Están dispuestas a exponerse a una trombosis a los 30 años? ¿Están dispuestas a incrementar el riesgo de cáncer en un 30 por ciento? ¿Están dispuestas a desarrollar coágulos de sangre tan solo porque no desean ser madres en ese momento?  ¿Están dispuestas a una histerectomía porque el tal dispositivo intrauterino (DIU) se ve muy apetitoso? ¿Están dispuestas a que les dé un ataque cardíaco tan solo porque quieren “remediar” su fertilidad ininterrumpida? ¿Si eres una mujer casada, estás dispuesta  a perder totalmente el deseo de poder tener relaciones sexuales con tu esposo?

¿Qué tanto estás dispuesta a arriesgar? La buena noticia es que no tienes que arriesgar nada para espaciar los hijos. Existen otros métodos, opciones naturales que están disponibles las cuales te brindan control sobre tu cuerpo. Los anticonceptivos hacen totalmente lo contrario a lo que su nombre implica. No controla la natalidad, ni controla nada.  Prácticamente lo que hace es quitarte el control de tu camino.

Si realmente quieres luchar por los derechos reproductivos de la mujer, entonces lucha en contra de los anticonceptivos. Porque no hay nada más que sea anti-mujer, que los métodos de contracepción. Cualquier droga que sea propulsada en una mujer con el fin de simplemente evitar una parte natural de su ciclo, es la que tiene que ser totalmente rechazada.

Para más información referente a otras opciones de fertilidad, visita

www.iusenfp.com or www.naturalwomanhood.org [1].

Si has sido diagnosticada con hipertensión intracraneal después de haber ingerido anticonceptivos y desearías hablar con un abogado a cerca de esta situación, visita www.schmidtlaw.com/pseudotumor-cerebri-lawsuit/ [1]. El sacar estas drogas peligrosas del mercado sería lo máximo que podrías hacer por la salud de la mujer. Miles de mujeres, incluyéndome yo misma, hemos dicho presente con la esperanza de que esto se pueda llevar a cabo.

Traducido por Marta Valencia, voluntaria de VHI.

 

Abby Johnson fue directora de una “clínica” de Planned Parenthood, la organización más abortista de EEUU, y luego se convirtió en defensora de la vida y en católica. Este artículo fue publicado originalmente en inglés por LifeSiteNews.com, el 6 de enero de 2015, en: https://www.lifesitenews.com/blogs/how-my-life-changed-forever-after-i-got-the-depo-provera-birth-control-inje.

 

[1]. Nota de VHI: No conocemos estos sitios en la Internet que la autora recomienda. Suponemos que no tengan ningún conflicto con la doctrina de la Iglesia. En todo caso, debemos siempre asegurarnos que sólo aceptemos aquello que esté en consonancia con dicha doctrina. En cuanto a la PNF, VHI recomienda visitar: http://vidahumana.org/planificacion-natural-de-la-familia.

__________________________________________