Cómo el aborto afecta a la mujer en su relación con su esposo o novio, sus padres y sus otros hijos

Fuente original: William Lawyer, 10 de diciembre de 2021. Relationship after Abortion: Will Abortion Help? (hli.org)

Notas del Editor: Si bien es cierto que el aborto es un acto muy grave, la Iglesia y el auténtico movimiento provida deben siempre estar dispuestos a ayudar a las parejas y a las mujeres que sufren las secuelas de un aborto. Al final de este artículo ofrecemos información sobre ayuda para las personas que sufren por un aborto y a las mujeres embarazadas tentadas por el aborto.

Al hablar de los “compañeros” o “novios” de las mujeres que han abortado, ni el autor original de este artículo ni VHI estamos aprobando moralmente esas relaciones. Simplemente estamos constando una realidad, ya de por sí moralmente mala, que se ve agravada por el aborto.

Muchas mujeres que deciden abortar temen que su hijo por nacer vaya a interferir en sus relaciones con sus esposos o novios. Algunas veces el esposo o compañero de la mujer, así como sus padres o amigos la presionan para que aborte o desaprueban su decisión de seguir con el embarazo. Debido a todo ello, a menudo las mujeres temen que si no abortan a sus hijos sus relaciones con los demás van a sufrir.

Si bien es cierto que este temor es comprensible, el aborto no tiende a estrechar los vínculos con los demás. Al contrario, la mayor de las veces tiene aspectos muy negativos en las relaciones de la mujer con los demás – no solamente con su esposo o compañero, sino también con otros miembros de la familia, incluyendo sus otros hijos.

De manera que uno de los motivos más frecuentes que inducen a una mujer a abortar es su preocupación de que sus relaciones interpersonales se vayan a dañar en caso de que decidiera no abortar. Según algunos estudios, casi el 30% de las mujeres que aborta teme perder a su esposo o compañero. Este temor es comprensible, especialmente debido a que casi el 75% de las mujeres encuestadas dijo que experimentó algún tipo de presión para que abortara.[1]

El tener un aborto está relacionado con un aumento significativo de problemas interpersonales. La investigación ha demostrado que las mujeres que han abortado y que han permanecido en la relación que ya tenían con su esposo o novio han sufrido mucho más en su relaciones con su compañero que antes del aborto. Corren un riesgo más elevado de sufrir conflictos por causa del dinero, o son doblemente propensas a tener conflictos con los familiares de él. Además, las mujeres que han abortado son significativamente más propensas a sufrir disfunción sexual, incluyendo un 182% de aumento de sufrir dolor en sus relaciones sexuales.[2]

También la propensión a tener peleas verbales con sus esposos o compañeros acerca de tener hijos en el futuro aumenta en casi un 200% luego del aborto. Los hombres cuyas esposas o compañeras abortaron son doblemente propensos a sentir celos y a experimentar un aumento de casi el 400% en las discusiones o peleas acerca del uso de drogas.

Tanto hombres como mujeres son más propensos a reportar el haber experimentado violencia en sus relaciones con sus compañeros o compañeras. Además, las dificultades persisten aun después de romper la actual relación y comenzar una nueva. Al comenzar una nueva relación el daño emocional del aborto no desaparece, sino que por el contrario continúa el aumento del riesgo a sufrir problemas interpersonales e incluso aumenta también el sentimiento de que su calidad de vida mejoraría si terminase con esa nueva relación.

El tener un aborto aumenta significativamente la propensión a romper una relación, usualmente casi inmediatamente después del procedimiento abortivo. Sin embargo, es más difícil percibir si el aborto fue la causa del fin de la relación o si fue simplemente un síntoma de una relación que ya de por sí era problemática desde sus comienzos.

Podemos suponer que esas relaciones eran, para empezar, solamente temporales y que el aborto fue solamente el detonante del fin de las mismas. Es posible que esto último sea cierto. Algunos estudios han sugerido que el aborto simplemente acelera el rompimiento de una relación y que no cambia la posibilidad de que la relación eventualmente iba a tener fin.[3]

En todo caso, otros estudios han demostrado que aún en las relaciones donde media un compromiso formal, el aborto está vinculado a rompimientos más frecuentes. Entre las parejas casadas, el aborto aumenta muy significativamente la probabilidad de divorcio. [4]

 

De manera que en la inmensa mayoría de los casos, el aborto no mejora la relación de una mujer con su esposo o novio. En vez de ello, las mujeres estadounidenses son entre 20 y 25 veces más propensas a informar que el aborto dañó o incluso puso fin a sus relaciones que a informar que el aborto las mejoró. Ya sea que esas relaciones iban a terminar de todas maneras o no, el aborto ejerció una influencia negativa e incluso destructiva en las mismas.

 

El impacto del aborto en la relación con los padres

 

La investigación sobre el impacto que ha tenido el aborto en las relaciones de la mujer con sus padres es escasa. Por lo tanto, es difícil establecer conclusiones.

 

Sin embargo, sí existe un poco de información que nos permite especular sobre este problema. Algunas mujeres que abortan lo hacen por temor a que el continuar con sus embarazos pudiesen dañar sus relaciones con sus padres. Los padres de algunas jovencitas que han quedado embarazadas las amenazan con el ostracismo o el abandono si deciden no abortar.[5]

 

Mi mamá me dijo que si yo iba a tener al bebé que no podía permanecer en casa ni ver a mis hermanos y hermanas… la mamá de él vino a casa e intentó convencerlos a ellos [a mis padres] de que yo no tuviese el aborto, pero ellos no quisieron escucharla… mi madre continuó diciéndome que yo les había costado $800.

 

Tomando en consideración que la mayoría de las mujeres adultas informan que fueron objeto de algún tipo de presión para abortar, es probable que las menores de edad sufran más presión aun. De hecho, los estudios han hallado que alrededor del 8% de las jovencitas que informaron a sus padres que estaban embarazadas y el 18% de los padres que lograron enterarse fueron forzadas a abortar.[6]

 

Para muchas de estas jovencitas, puede ser que el aborto preserve temporalmente la relación que tenían con sus padres, haya sido ésta negativa o positiva. Pero en última instancia es probable que el aborto tenga graves consecuencias para la salud mental de la muchacha y para el vínculo con sus padres.

 

El aborto de por sí ya conlleva graves consecuencias para la salud mental de muchas mujeres.[7] Cuando se ejerce presión sobre las jovencitas para que aborten, también experimentan que la confianza en sus padres ha sido gravemente traicionada. La coerción viola la confianza de una mujer en las personas en las que más apoyo encontraba. Ello puede hacer que surjan resentimientos e ira. Las amenazas de abandono u ostracismo también destruyen su creencia de que puede depender de sus padres para que la atiendan.

 

Las jovencitas cuyos padres se han involucrado en su decisión de abortar a menudo sienten que lo que han hecho no han creado sino problemas para sus padres. La presión de los padres para que sus hijas aborten les trasmiten el sentimiento de que ellas no tienen la suficiente madurez para asumir la responsabilidad por sus propias acciones o de que ellas mismas son un problema. Para las jovencitas cuyos padres no se han involucrado en la decisión de abortar puede ser que el esconder el aborto sea difícil y dañino para la relación con sus padres. Ese secretismo produce sentimientos de que ellas no puede confiar en sus padres y pueden causar sentimientos de culpa y vergüenza a largo plazo.

El impacto del aborto en la relación con sus otros hijos

Las relaciones de una mujer que se ven más afectadas por haber decidido abortar son quizás las relaciones con sus otros hijos.

Para los hijos, el aborto es algo inherentemente difícil con lo cual lidiar, ya sea que éste haya sido cometido antes o después de ellos haber nacido. En general, a los niños pequeños les cuesta distinguir entre cómo entienden la existencia de un hermanito que no ha nacido todavía de otro que ya ha nacido. Como la distinción entre los dos es más una construcción social que una diferencia concreta, para ellos es difícil entender qué es un aborto.[8]

Cuando un hermanito ha sido eliminado de la familia, a los niños les puede costar el racionalizar esa pérdida. El saber que ellos mismos fueron deseados pero que el hermanito no lo fue puede causarles vergüenza e incertidumbre. Los niños pueden llegar a temer que el haber sido deseados puede terminar y hasta pueden llegar a percibir a sus padres como unos asesinos. A los niños también les puede costar el lidiar con sentimientos de hostilidad que no pueden expresar debido a su anhelo de permanecer siendo deseados. Ese anhelo o deseo puede causar inseguridad emocional, falta de confianza y temor.[9]

La investigación ha mostrado que a los niños les cuesta entender por qué un hermanito ha sido abortado por motivos genéticos. Cuando son parcial o plenamente conscientes de lo que ha ocurrido, tienden a entristecerse y a sentirse defraudados, y al mismo tiempo sufren culpabilidad. Algunos niños describen el aborto como lo peor que les ha podido ocurrir. Aun cuando los niños no son conscientes del aborto, puede que la dinámica familiar cambie.[10]

Los niños también pueden llegar a sentir que los abortos fueron cometidos por culpa de ellos o incluso para castigarlos. Pueden llegar a interiorizar el aborto sintiéndose mutilados por lo ocurrido. Otros niños pueden llegar a sentir tanto miedo de que los maten, ya sea consciente o inconscientemente, que puede que experimenten retraimiento y retroceso en su desarrollo. En algunos casos los padres ni siquiera se dan cuenta de que su hijo sabía que un aborto había tenido lugar.[11]

Los estudios también han mostrado que los niños cuyos hermanitos han sido abortados sienten que ellos, los sobrevivientes, no merecen vivir. Tienden a experimentar una creciente ansiedad y un sentimiento inminente de que van a ser condenados. A menudo enfrentan depresión y hospitalización psiquiátrica. Estos efectos contrastan claramente con el hecho de que los niños cuyos hermanitos han sido abortados espontáneamente se sienten felices de haber sobrevivido. Intentando describir cómo se sintieron los niños cuyos hermanitos fueron víctimas del aborto provocado, un paciente expresó:

¿Cómo ustedes [mis padres] pueden amarme y sin embargo haber matado a uno de mis hermanitos? Todavía es posible que hagan algo contra mí. No confío en ustedes. No confío en el enojo que siento hacia ustedes. A veces quiero matarlos. Sin embargo, los necesito. Me siento más seguro si puedo tenerlos a la vista y observarlos todo el tiempo. Eso es lo que haré hasta que tenga edad suficiente para escaparme.[12]

El efecto del aborto en los niños ha sido descrito como el Síndrome de Sobrevivientes Postaborto. Al mismo tiempo que sienten que no merecen vivir, los niños que sufren este síndrome a menudo tienen problemas con la ira, desconfían de sus padres y desean escapar. No se sienten valorados y temen que las personas cercanas a ellos no quieran cuidarlos de verdad.[13]

 

Las mujeres que han abortado a menudo sufren muchas dificultades psicológicas que a su vez hacen difícil la relación con sus otros hijos. Estas mujeres tienden a experimentar una creciente ansiedad y depresión en relación con futuros embarazos. De hecho, los estudios han hallado que alrededor del 25% de las mujeres estadounidenses que han abortado más tarde tienen dificultad para estar cerca de niños pequeños.[14]

 

Además, las mujeres que han abortado son mucho más propensas a tener relaciones empobrecidas con sus futuros hijos. Las mamás notan que son incapaces de formar vínculos con sus recién nacidos, se enojan cuando éstos las necesitan y se sienten ansiosas e incapaces de cuidarlos. Los niños también pueden causarles súbitos recuerdos del aborto, sentimientos de culpabilidad y otros síntomas del Síndrome de Estrés Postraumático, todo lo cual dificulta más aun el establecer vínculos maternos. En algunos casos, los padres hasta pueden llegar a descuidar o maltratar a sus hijos.[15]

 

Según muchos estudios, el aborto está relacionado con un aumento del maltrato infantil, incluyendo el maltrato emocional y mental, así como abofetear, pegar, patear, morder y apalear. Es probable que este tipo de violencia surja de relaciones deterioradas con los hijos por causa de un aborto y que al mismo tiempo contribuya a un creciente deterioro de esas relaciones. Además, el impacto psicológico del aborto en la madre probablemente desempeñe un papel significativo en cuanto al daño de su vínculo con su hijo.[16]

 

El daño que el aborto le hace a la relación de una madre con sus hijos es trágico. Todas las personas involucradas ha experimentado el trauma de alguna manera. Y el trauma puede interferir en las relaciones saludables. A menudo, ni los niños ni la madre saben cómo lidiar con las emociones postaborto. Por ello necesitan toda la ayuda posible que la Iglesia y la comunidad provida les puedan brindar.

 

El aborto no resuelve las relaciones llenas de tensión ni tampoco hace que los esposos se sientan más cercanos. El aborto no solo daña al bebé no nacido, sino también las vidas de todas las personas involucradas en esta tragedia. La verdad acerca de lo extensa que es la devastación que el aborto causa a las madres, los matrimonios, las parejas, los niños y la sociedad es difícil incluso de intuir debido al largo alcance de sus efectos. Pero no tiene por qué ser así.

 

Puede ser que la destrucción que el aborto ha causado no termine en poco tiempo, pero podemos y debemos ayudar a los que la sufren. Las mujeres tienen que saber que el aborto no les va a solucionar ningún problema, sino que los empeorará. Los embarazos no planeados pueden ser aterradores, y el aborto puede lucir como si fuese la única opción. Pero sí hay otras opciones.[17]

 

Alrededor del mundo, hay innumerables grupos de apoyo que atienden a las madres que tienen dificultados con embarazos no planeados.[18] Por medio de nuestro amor y apoyo podemos demostrarles a las mujeres embarazadas que sí tienen otras opciones. También, al mostrar compasión a los que sufren el trauma del aborto, podemos minimizar el daño que el aborto les ha hecho a la madre y a las personas de su entorno.

 

Para encontrar un centro de ayuda al embarazo en inglés o ayuda postaborto, diríjase a: Find a Pregnancy Center in your Area | Care Net Pregnancy Centers (care-net.org).

 

Para encontrar un centro de ayuda al embarazo en español en EEUU, diríjase a: https://optionline.org/?lang=es.

 

Para encontrar un centro de ayuda al embarazo en América Latina, diríjase a: Red Latinoamericana de Centros de Ayuda para la Mujer | CAM (camslatinoamerica.com). Línea de ayuda: 01 722 318 4574. Esta línea central se encuentra en México, pero le pueden poner en contacto con otros países.

 

Para encontrar ayuda al embarazo y también postaborto en España, diríjase a: SpeiMater:                    618 300 383; info@speimater.com

 

Para encontrar ayuda postaborto en español en EEUU y en otros lugares del mundo, diríjase a:

 

Proyecto Raquel | La respuesta al drama del post-aborto (proyecto-raquel.com).

 

El Vinedo de Raquel

 

Acompañamiento Despues Del Aborto -Proyecto Guadalupe – Home | Facebook.

 

También nos puede llamar a las oficinas de VHI en Miami: (305) 260-0525.

 

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[1] Ver coleman.pdf (jpands.org).

[2] Ver Induced abortion and intimate relationship quality in the Chicago Health and Social Life Survey – PubMed (nih.gov).

[3] Ver View of The Interplay of Having an Abortion, Relationship Satisfaction, and Union Dissolution (comparativepopulationstudies.de) y Effect of Abortion vs. Carrying to Term on a Woman’s Relationship with the Man Involved in the Pregnancy – Mauldon – 2015 – Perspectives on Sexual and Reproductive Health – Wiley Online Library.

[4] The influence of contraception, abortion, and natural family planning on divorce rates as found in the 2006–2010 National Survey of Family Growth (nih.gov) y Vol06No4May1994.pdf (nrlc.org).

[5] Ver Chap15.pdf (deveber.org).

[6] Ver coleman.pdf (jpands.org) y Parental involvement in minors’ abortion decisions – PubMed (nih.gov).

[7] Ver Parental involvement in minors’ abortion decisions – PubMed (nih.gov).

[8] Ver Chap12.pdf (deveber.org).

[9] Ver Chap15.pdf (deveber.org) y A consideration of abortion survivors – PubMed (nih.gov).

[10] Ver Pregnancy termination for genetic indications: the impact on families – PubMed (nih.gov).

[11] Ver Child’s reaction to mother’s abortion: case report – PubMed (nih.gov) y The aborted sibling factor: A case study | SpringerLink.

[12] Ver Microsoft Word – POST-ABORTION SURVIVOR SYNDROME v3.doc (k-istine.ru).

[13] Ver Post-Abortion_Survivor_Syndrome.pdf (heartbeatservices.org).

[14] Ver Post-Abortion Stress Syndrome (PASS): It’s Real (hli.org) y (PDF) Induced tion and traumatic stress: A preliminary comparison of American and Russian women (researchgate.net).

[15] Ver Relationship Between Induced Abortion and Child Abuse and Neglect: Four Studies – ProQuest y (PDF) ABORTION TRAUMA (researchgate.net).

[16] Ver Adolescenții și Avortul (rupetacerea.ro) y Post-Abortion Stress Syndrome (PASS): It’s Real (hli.org).

[17] Ver Post-Abortion Stress Syndrome (PASS): It’s Real (hli.org).

[18] Ver Find a Pregnancy Center in your Area | Care Net Pregnancy Centers (care-net.org).