Kirsten Andersen

30 de septiembre de 2014

 

La Academia de Pediatría de EEUU (AAP, por sus siglas en inglés) ha actualizado sus lineamientos en relación con los anticonceptivos para menores de 18 años y ha recomendado que la primera línea de “defensa” ante el embarazo para las adolescentes sean los anticonceptivos implantables, como el dispositivo intrauterino (DIU o IUD), o los implantes sub-dérmicos hormonales.

 

La AAP dice que debido a que no se puede confiar en que las adolescentes se van a abstener de relaciones sexuales, ingerir habitualmente la píldora anticonceptiva o lograr que sus compañeros sexuales usen condones, que entonces la mejor manera de asegurar que no queden embarazadas es colocarles un “anticonceptivo reversible de larga duración” – un dispositivo que, una vez instalado, suministrará continuamente una dosis de hormonas que impiden la ovulación o que impiden que un óvulo fecundado se implante, causando así un aborto temprano. El grupo dice que aún a las niñas muy jóvenes que todavía no se han involucrado en la actividad sexual se les pueden colocar estos dispositivos, como una medida preventiva.

 

Gina Sucato, miembro de Physicians for Choice (“Médicos a favor de la Opción”, traducción libre) fue una de las autoras de estas recomendaciones. Apenas publicadas el pasado 29 de septiembre, las recomendaciones enfrentaron una mezcla de reacciones.

 

“Me siento muy contenta”, dijo Ana Radovic, una médica del Center for Adolescents and Young Adult Health (“Centro para la Salud de los Adolescentes y Jóvenes Adultos”, traducción libre), una “clínica” sexual para niños y jóvenes adultos entre las edades de 12 a 21 años. Su organización suministra DIUs y otros anticonceptivos a menores de edad de hasta solamente 12 años, sin ni siquiera exigir que se notifique a sus padres ni se obtenga su consentimiento. También remite a una similar “atención confidencial” en un hospital cercano en el cual se cometen abortos.

 

Radovic dijo al rotativo “Pittsburgh Post-Gazette” que ansiaba ver a más médicos implantarles el DIU a jovencitas. “Ello les dará a los médicos de cabecera y a los pediatras la información que tanto necesitan de que se trata de un procedimiento seguro, aún para chicas muy jóvenes que nunca han tenido relaciones sexuales”, dijo.

 

Por su parte, Hearther Boonstra, directora de políticas públicas del Instituto Alan Guttmacher, dijo que “las recomendaciones de la AAP serán de gran ayuda. Se trata de intentar cambiar la mentalidad de los que proporcionan [servicios de salud], quienes cada vez más reconocen que las adolescentes son usuarias apropiadas del DIU”. El Instituto Alan Guttmacher se dedica a la investigación proaborto y tiene vínculos con [la abortista] Planned Parenthood (“Paternidad Planificada”, traducción libre).

 

Sin embargo, los que defienden la seguridad de los menores de edad y observadores provida dijeron que las recomendaciones de la AAP envían un peligroso mensaje y hasta podrían causar problemas de salud de por vida.

 

“Como padre de familia que soy, me siento particularmente horrorizado que esta recomendación venga de un grupo de médicos”, dijo Eric Scheidler, director ejecutivo de la Pro-Life Action League (“Liga para la Acción Provida”, traducción libre), en una entrevista concedida a LifeSiteNews. “Todo el mundo sabe que las relaciones sexuales entre los adolescentes es una mala idea, y una recomendación como esta envía un doble mensaje. Por un lado, están intentando animar a los adolescentes de que se abstengan de relaciones sexuales, pero, por el otro, les están dando las herramientas para no abstenerse”.

 

“Sabemos que la preocupación más grande que tienen los adolescentes, en cuanto a las relaciones sexuales, no son las enfermedades de transmisión sexual, ni los corazones rotos que resultan de ellas, ni el daño que las mismas causan a la capacidad de establecer vínculos duraderos más adelante en la vida, sino los embarazos. Al quitar esa preocupación, los adolescentes inevitablemente tomarán decisiones irresponsables”.

 

Scheidler dijo que también estaba preocupado por el énfasis tan grande que la AAP le daba a la “confidencialidad”, lo cual, aseguró, se trata en realidad de “darles la espalda a los padres” en cuanto a las actividades en que sus hijas se puedan involucrar o están ya involucradas.

 

“La recomendación de la AAP sugiere de una manera no tan oblicua que aún en aquellos estados donde a los médicos no se les prohíbe hablar con los padres, que no lo hagan de todas maneras”, añadió.

 

A Scheidler le preocupa que darles a las chicas que no tienen todavía la edad del consentimiento un acceso sin barreras a los anticonceptivos, facilitará a los violadores esconder el abuso sexual de ellas.

 

“Se trata de otro ejemplo más del doble mensaje y de la contradicción inherentes a todo esto”, dijo Scheidler. “La primera contradicción es decir que no quieren que los adolescentes se involucren en relaciones sexuales, que deben animarles a que se abstengan de ellas, pero entonces los desaniman de la abstinencia sexual dándoles anticonceptivos. Asimismo, les dicen a los médicos que la ley les exige reportar los casos de abuso sexual de menores, pero también les exigen no decirles nada a los padres acerca de la actividad sexual en que sus hijas menores de edad están involucradas – actividad que, en muchos casos, puede ser, por definición legal, una actividad criminal”.

 

Aparte de las implicaciones morales de colocarles anticonceptivos de larga duración a chicas menores de edad, Scheidler dijo que también le preocupaba mucho la seguridad de estas jovencitas.

 

Hay dos tipos de DIUs actualmente en el mercado de EEUU: hormonales y de cobre. El DIU hormonal, que se comercializa con los nombres de marca Mirena y Skyla, suelta una dosis constante de hormonas que engañan al organismo femenino haciéndole creer que hay un embarazo, para que así no suelte un óvulo. Si ese mecanismo no funciona, entonces el dispositivo hace que el útero se vuelva hostil a la nueva vida humana que se desarrolla en él, causando un aborto temprano. Mirena tiene unan duración de 4 a 5 años; mientras que la de Skyla, que se utiliza en niñas más jóvenes, es de 3. Skyla es nuevo en el mercado, pero su hermano mayor, Mirena, ha sido el blanco de miles de demandas por parte de las usuarias, quienes han sufrido complicaciones catastróficas. Actualmente, Mirena es objeto de una demanda grupal.

 

Los efectos dañinos del DIU Mirena son numerosos. Pero el principal es la perforación de la pared uterina. Ello puede ocurrir en hasta 1 de cada 1,000 colocaciones, según su fabricante, Bayer. La perforación uterina puede causar daños en los intestinos, la vejiga u otros órganos. También puede causar infecciones, cicatrices, infertilidad y aún la muerte por septicemia. Además, las sustancias químicas que suelta este dispositivo han sido clasificadas por la Organización Mundial de la Salud [que nos es una organización provida] como carcinógenos clase 1, es decir, agentes causantes de cáncer.

 

En cuanto al DIU de cobre, este comporta los mismos riesgos de perforación uterina que tienen sus homólogos hormonales, pero sin el mismo elevado riesgo de cáncer y otros efectos causados por el componente químico. Sin embargo, la desventaja es que no funciona hasta que la mujer o la jovencita no esté ya embarazada. Por ello es que, en efecto, funciona como una diminuta “máquina de abortos”, asegurando que ningún óvulo fecundado (un nuevo ser humano) se adhiera a la pared uterina.

 

Ninguno de los implantes anticonceptivos que la AAP promueve ofrece protección alguna ante las enfermedades de transmisión sexual.

 

“Yo mismo tengo tres hijas”, dijo Scheidler a LifeSiteNews. “Pensar que las pueda aconsejar un médico diciéndoles que consideren usar el DIU o uno de los implantes anticonceptivos es bastante chocante.”

 

Hace algunos años, el DIU carecía de aceptación popular debido a su costo (entre $800 y $1,000 cada uno). Sin embargo, desde que el Obamacare (la ley de “salud” de Obama) se hizo vigente, todos los proveedores de seguros están legalmente obligados a proporcionar el DIU gratuitamente a petición de sus pacientes del sexo femenino.

 

Además, las clínicas que son financiadas por el gobierno federal proporcionan estos dispositivos gratuitamente a chicas menores de 18 años, aún en el caso de que la cobertura sea dada por parte del seguro de salud de sus padres, para de esa manera ayudarlas a evitar darles a conocer a sus padres las actividades sexuales en las que están involucradas.

 

Fuente: Kirsten Andersen, “IUD best choice for underage girls: American Academy of Pediatrics,” LifeSiteNews.com, 30 de septiembre de 2014. https://www.lifesitenews.com/news/iud-best-choice-for-underage-girls-american-academy-of-pediatrics?utm_source=LifeSiteNews.com+Daily+Newsletter&utm_campaign=b4b760a53b-LifeSiteNews_com_US_Headlines_06_19_2013&utm_medium=email&utm_term=0_0caba610ac-b4b760a53b-326205922.