Peter Cermak

Escritor Contribuyente

Human Life International

Matar a un bebé no nacido nunca es necesario para preservar la salud o vida de la madre. Si uno de los dos se enferma, deben ser atendidos y se debe realizar todo tipo de esfuerzo para salvar a ambos: madre e hijo. Debemos estar de acuerdo con la Asociación de Obstetras y Ginecólogos Provida de EEUU (AAPLOG, por sus siglas en inglés) de que el término “aborto para salvar la vida de la madre” es una terminología engañosa. Nunca se aborta a un bebé, sino que se tratan médicamente a ambos pacientes. Por ejemplo, si la madre está gravemente enferma se puede adelantar el parto, para salvarlos a ambos. (Ver https://aaplog.org/about-us/our-mission-statement/.)

¿Cuán frecuentes son estas situaciones?

Estas situaciones son tan infrecuentes que apenas causan un impacto estadístico. Naturalmente, este dato varía según el país. Pero según los testimonios de médicos e investigadores estos casos son extremadamente infrecuentes. Aun los médicos proaborto dan testimonio de que, si hay una emergencia, el procedimiento a seguir es dar a luz al bebé prematuramente cuando ya puede sobrevivir fuera del útero, porque las etapas que se realizarían para cometer un aborto en estos casos (laminaria, ensanchar la cérvix, etc.) causarían más daño, no menos, a la madre.

Salvar la vida de la madre nunca es una razón para abortar. Pero hay ciertos estados de salud que constituyen una amenaza para la salud o vida de la madre gestante, tanto física como mental. Los médicos proaborto erróneamente proponen que el aborto es “necesario” en estas situaciones.

El ex abortista Dr. Anthony Levatino convertido en provida ha afirmado oficialmente: “Durante mi estancia en el Centro Médico de Albany me encargué de cientos de estos casos ‘terminando’ embarazos para salvar la vida de la madre. Pero en todos esos casos el número de bebés no nacidos que maté deliberadamente fue de cero”. [Evidentemente, el Dr. Levatino se refería a adelantar el parto cuando no había ninguna otra manera de salvar a ambos: madre e hijo.] Ver: https://www.liveaction.org/news/former-abortionist-abortion-is-never-medically-necessary-to-save-the-life-of-the-mother/.

¿Cuáles son los embarazos de alto riesgo?

Según la Universidad de California en San Francisco (UCSF), una entidad proaborto, alrededor del 6 al 8% de los embarazos son de alto riesgo [1]. Sin embargo, las mujeres embarazadas de 35 o más años son inmediatamente catalogadas de “alto riesgo”, a pesar de que dan a luz de manera complemente segura. Los embarazos múltiples y otras circunstancias, que no son infrecuentes, son también considerados de “alto riesgo”. Esta terminología es utilizada como un método de clasificación por parte del establishment médico, para indicar que se debe prestar atención y tratar a estas mujeres con más cuidado – y uno esperaría que a los bebés también. (Ver: https://www.ucsfhealth.org/conditions/high-risk_pregnancy/.)

¿Qué hay de malo con el concepto de “médicamente necesario”?

Este concepto es una treta que la industria del aborto usa a menudo para intentar justificar el cometer abortos por conveniencia.

Como ya hemos explicado, estamos  de acuerdo con la AAPLOG de que la terminología que dice que el aborto a veces es “médicamente necesario” es un engaño. De hecho, cuando este término se incluye en un proyecto de ley se crean lagunas legales tan grandes que muchas veces permiten el aborto a demanda o en casos donde la definición se puede aplicar a todo tipo de situaciones para justificar el aborto por pura conveniencia.

Vemos ejemplos de este abuso terminológico todo el tiempo en las racionalizaciones que proporcionan los que están a favor del aborto. La Profesora Lucia A. Silecchia, de la Facultad de Derecho Columbus de la Universidad Católica de América, dijo a la Catholic News Agency que “no existe ningún requisito para que un médico ni siquiera considere que exista la alternativa del aborto para resolver una crisis médica”. La terminología de los estatutos legales ha sido claramente torcida para hacer que el aborto se convierta en algo de último recurso, y aún si fuera un  “último recurso”  tampoco sería aceptable [ni médica ni moralmente]. (Ver: https://www.catholicnewsagency.com/news/what-does-for-the-life-and-health-of-the-mother-mean-in-abortion-law-40718.)

En la década de los 1990 hubo un estudio que fue realizado en 27 países acerca del tema de los motivos que dan las mujeres para hacerse cometer un aborto [2]. El estudio fue publicado por el Instituto Alan Guttmacher (AGI, por sus siglas en inglés) en su revista International Family Plannning Perspectives: (https://www.jstor.org/stable/3038208?seq=1#page_scan_tab_contents.) Aunque el AGI está vinculado al gigante abortista Planned Parenthood, gran parte de su investigación acerca del aborto es considerada generalmente confiable. [Nota de VHI: el autor se está refiriendo a los datos estadísticos en general]. En este estudio el AGI demuestra que la “necesidad médica” ni siquiera fue considerada por la inmensa mayoría de las mujeres que tenían la intención de abortar. Aunque ese no era el objetivo principal del estudio, los datos claramente demostraron que en los países más desarrollados el motivo de la “necesidad médica” era mucho menos frecuente que en los países en vías de desarrollo. Por ejemplo, el 20% de las mujeres en Kenia dijo que ese era el motivo por el cual decidieron abortar; mientras que en Finlandia fue de solamente el 0.6%. De hecho, en EEUU, por ejemplo, los abortos son cometidos con mucha más frecuencia por motivos de conveniencia, como las finanzas, el estado de las relaciones interpersonales, la incapacidad del bebé, etc. A menudo, también las mujeres recurren al aborto porque les falló el anticonceptivo, en otras palabras, se utiliza como un método de control de la natalidad.

El Dr. Bernard Nathanson, médico proaborto que luego se convirtió en provida, expresó una vez lo siguiente: “El uso de ‘necesidad médica’ como terminología legislativa, o violación o incesto, permite a los legisladores elaborar proyectos de ley que tienen grandes lagunas legales. Con ello intentan ‘tocar los corazones’ de los ciudadanos, creando el argumento de que no podemos dejar de ayudar a las mamás. Las organizaciones proaborto inflan muchísimo estas cifras (“necesidad médica”, violación e incesto) y mienten acerca de la tasa de la mortalidad materna, y básicamente utilizan esto como una manera de lograr la legalización del aborto a petición”. [Nota de VHI: Por supuesto, el aborto también  es un acto gravemente malo en todos estos otros casos y en todos los casos.] (Ver: https://www.amazon.com/dp/B00BE64MDU/ref=dp-kindle-redirect?_encoding=UTF8&btkr=1.)

Debemos tener la expectativa de que disminuya el porcentaje de embarazos de alto riesgo para la vida de la madre a medida que la medicina moderna continúa progresando en cuanto a salvar mamás de estas trágicas complicaciones. Por consiguiente, debemos encaminarnos hacia el desarrollo de aquellos procedimientos que tratan a ambos: madre e hijo no nacido, como siempre ha sido el caso. Es decir, debemos proporcionar todos los medios necesarios para mantener vivos a ambos: madre e hijo. Y a medida que la medicina progresa, estos medios se hacen más amplios. La clave para manejar estas situaciones es simplemente reconocer la humanidad de tanto la madre como la de su hijo.

¿Qué pasa con los casos de salud mental?

Hay evidencia sustancial de que el aborto en estos casos no resuelve estos problemas e incluso los agravan, aún en comparación con los problemas mentales que a veces surgen en los casos de abortos espontáneos y otros casos. Esta evidencia se encuentra en varias publicaciones, incluyendo las revistas de medicina Child Psychology and Psychiatry y BMC Medicine. (Ver, respectivamente: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/pdf/10.1111/j.1469-7610.2005.01538.x y https://bmcmedicine.biomedcentral.com/articles/10.1186/1741-7015-3-18.)

La evidencia que presenta la revista de medicina British Journal of Psychiatry [3] concluye que los problemas mentales a largo plazo aumentan a raíz de los abortos inducidos y la probabilidad de la depresión, la ansiedad y la culpabilidad, etc., aumenta en un 81% en comparación con  las mujeres embarazadas que dan a luz. Está claro que los síntomas de problemas de salud mental empeoran después de un aborto. (Ver: https://aaplog.org/huge-2011-study-abortion-and-mental-health-quantitative-synthesis-and-analysis-of-research-published-1995-2009/.)

¿Qué pasa cuando el bebé no nacido sufre de un estado de salud potencialmente mortal?

Matar a un bebé porque es probable que muera de una enfermedad nunca es justificable. Hacerlo está en el centro mismo de la ideología de la eugenesia [la perversa teoría de una “raza superior”].

Así como nunca es permisible matar a un paciente terminal,  abortar a un bebé que es probable que muera por causas naturales nunca es un “tratamiento” aceptable. No importa cuál sea la edad del paciente, éste tiene derecho a una atención paliativa adecuada. De ninguna manera se puede justificar la afirmación de que existe “una vida que no vale la pena ser vivida”. La respuesta correcta a este tipo de tragedia es hacer lo mejor que se pueda por atender física y espiritualmente a estos pacientes.

¿Cómo afecta el aborto de manera adversa la salud materna y física?

Este es un tema muy vasto. Referimos al lector a los estudios que hay sobre el síndrome postaborto. También referimos al lector a los casos que han sido documentados y que se encuentran en el sitio web de la organización provida Operation Rescue en EEUU. En esa página, el visitante encontrará casos de llamadas de centros de abortos a la línea de emergencia 911. Uno se pregunta cuántas mujeres han sido gravemente lesionadas a causa de abortos que organizaciones proaborto como Planned Parenthood alegan que son “médicamente necesarios”. Entre esas lesiones se encuentran úteros perforados, hemorragias profusas, la muerte del bebé (obviamente) y, a veces, la muerte de la madre.

Conclusión

El porcentaje de abortos a los cuales falsamente se les llama “médicamente necesarios” es extremadamente infrecuente. De ninguna manera justifican el aborto, como tampoco ningún otro caso.

A estos casos no se les debe llamar “abortos médicamente necesarios” porque el fin no debe ser matar al bebé, sino hacer todo lo posible por salvar a ambos: madre e hijo por nacer. Tenemos la esperanza de que, con el avance de la medicina, estos casos disminuirán en un futuro cercano, y que los beneficios de la medicina moderna se difundirán por todo el mundo.

Notas:

[1]. University of California, San Francisco on high risk pregnancies.

[2]. Akinrinola Bankole, Susheela Singh, and Taylor Haas. International Family Planning Perspectives, 24, No. 3 (Sep., 1998), pp. 117-127+152.

[3]. Priscilla K. Coleman, British Journal of Psychiatry, Volume 199, Issue 3, September 2011, pp. 180-186. Royal College of Psychiatrists, 201

Otras Fuentes utilizadas: Sitios web del Florida Department of Health, Louisiana Department of Health and Hospitals, Minnesota State Department of Health, Nebraska Department of Health & Human Services, South Dakota Department of Health, and Utah Department of Health.

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