El Centro de Derechos Reproductivos (CRR, por sus siglas en inglés), cuya sede está en Nueva York, tiene la misión de utilizar la ley para promover la “salud reproductiva” (aborto encubierto), como si ello fuese un “derecho fundamental” que todos los gobiernos están legalmente “obligados” a tutelar [1].

 

El CRR publicó un documento en septiembre del 2008, en el cual dice que los estándares de derechos internacionales “exigen” a los gobiernos garantizar el derecho de los niños a la salud, la vida, la educación y la no discriminación, por medio de una amplia “educación” en “salud sexual y reproductiva” en las escuelas primarias y secundarias: “Es imperativa una comprensión de la salud sexual y reproductiva para lograr que el individuo desarrolle su capacidad para proteger su propia salud y pueda tomar decisiones informadas acerca de la sexualidad y la reproducción” [2].

 

El CRR también alega que los programas existentes “no proporcionan” una información precisa y tienen una “motivación ideológica”. La organización abortista dice que dichos programas dan una información “parcializada” acerca de la anticoncepción, el aborto, el VIH/SIDA, y la orientación sexual (homosexualismo) [2].

 

El CRR también se queja de que estos programas se basan en la abstinencia, desaconsejan el uso de condones y “se fundan en estereotipos acerca del sexo, la sexualidad y la identidad de género” [2]. Según el CRR, los programas de abstinencia son “ineficaces” en cuando a posponer la actividad sexual. Y basó esta aseveración en las “conclusiones” de un “estudio” efectuado en EEUU en el 2007 [3].

 

Sin embargo, estas “conclusiones” del “estudio” de EEUU, que el CRR ha aceptado, son absolutamente falsas. Se estrellan estrepitosamente contra los datos proporcionados por una docena de estudios serios que se han publicado en EEUU [4]. Además, el “estudio” del 2007 está desacreditado.

 

El CRR concluyó su documento afirmando que, bajo el derecho humano internacional, los estados están “obligados” a proporcionar una amplia “educación” sexual en las escuelas [2].

 

Esta última aseveración del CRR también es completamente falsa. Ningún país del mundo, aunque haya firmado documentos de la ONU, está legalmente obligado a implantar la “educación” sexual que esos documentos recomiendan, sencillamente porque esos tratados internacionales no son legalmente vinculantes.

 

Además, los países tienen derecho a reservarse la interpretación de los términos usados en dichos tratados. Por ejemplo, en el documento final de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, que la ONU llevó a cabo en El Cairo en 1994, un número significativo de países, incluyendo países latinoamericanos, se reservaron el derecho de interpretar el término “salud reproductiva” dejando el aborto fuera de la definición del mismo [5].

 

Notas:

[1]. Véase: “El Centro de Derechos Reproductivos”, http://www.vidahumana.org/vidafam/muerte/cdr_index.html.

[2]. An International Human Right: Sexuality Education for Adolescents in Schools. CRR, http://reproductiverights.org/sites/crr.civicactions. En cuanto a que la frase “orientación sexual” significa homosexualismo para las organizaciones antivida, véase: http://www.vidahumana.org/vidafam/homosex/orientacion-cultura-norteamericana.html y http://www.vidahumana.org/vidafam/homosex/intolerancia.html.

[3]. Mathematica Policy Research, Inc., Impacts of Four Title V Abstinence Education Programs: Final Report 59 (2007), http://mathematica-mpr.com/publications/PDFs/impactabstinence.pdf.
[4]. Véanse: Jonathan Imbody, “Two contrasting ‘Washington Post’ Views”, citado en News & Views, 1 de abril de 2010, ‘att.net Mail’ y Robert Rector, “The President’s New Sex Ed”, National Review, 5 de abril del 2010, www.nationalreview.com, p. 24.

[5]. Véase: UNFPA, Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, Segunda Parte: Declaraciones y Reservas del Programa de Acción, 1994, http://www.unfpa.org/spanish/icpd_poa.htm.

 

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