En el 2010, la IPPF/Región del Hemisferio Occidental (RHO), que abarca todas Las Américas, publicó su “Plan Estratégico 2010-2015”. En ese documento, la IPPF comienza refiriéndose a los adolescentes como una de sus “prioridades”: “Hace cinco años la IPPF/RHO adoptó el conjunto de prioridades programáticas establecidas en el Marco Estratégico Global de la IPPF, conocidas como las 5 Aes. Estas prioridades abarcan las áreas de Acceso, Adolescentes, ITS/VIH/SIDA, Aborto Seguro y Advocacy [promoción]” [1]. (IPPF son las siglas en inglés que se refieren al gigante abortista Federación Internacional de Planificación de la Familia.)

 

Ello significa que los menores de edad constituyen uno de los blancos preferidos de ataque de esta federación por medio de la “educación” sexual, la anticoncepción, el aborto, el homosexualismo y otros males utilizando para ello los eufemismos de “salud reproductiva” y sus derivados: “El marco de las 5 Aes ha puesto un énfasis renovado en las áreas de advocacy y aborto, fortaleciendo los servicios a adolescentes, permitiendo responder a las infecciones de transmisión sexual y el VIH/SIDA y facilitando el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de alta calidad” [2].

 

La IPPF promueve las relaciones sexuales entre los jóvenes sin referencia alguna a sus padres, a los valores morales o al matrimonio, sino priorizando el placer y despreciando la castidad: “Defender el derecho de las personas jóvenes a disfrutar su vida sexual, libre de enfermedades, embarazos no deseados, violencia y discriminación” [3]. “Uno de los desafíos más urgentes que enfrentan los derechos sexuales en América Latina y el Caribe tiene que ver con la falta de reconocimiento de los jóvenes como seres sexuales y de su derecho a tener una vida sexual saludable y placentera. En toda la región se observa una ausencia generalizada de programas de educación integral en sexualidad para las personas jóvenes. Los programas existentes suelen centrarse en los aspectos biológicos de la reproducción y en la abstinencia” [4].

 

Astutamente, la IPPF utiliza también el problema de la pobreza en Latinoamérica, para promover su agenda antivida entre los jóvenes, en vez de promover verdaderas soluciones: “América Latina y el Caribe presentan los más altos niveles de desigualdad de ingresos en el mundo y las desigualdades en materia de salud sexual y reproductiva son todavía más pronunciadas que las del ingreso. En varios países las necesidades insatisfechas de planificación familiar [anticonceptivos, incluyendo los que son abortivos] entre los sectores más pobres son cinco veces más altas que entre los sectores más ricos. Además, la maternidad en las adolescentes que viven en condiciones de pobreza está aumentando en muchos países de la región. Esta tendencia contribuye a ampliar la brecha entre las clases sociales a través de la transmisión” [5].

 

La “solución” que propone la IPPF es la “educación” sexual, sin mencionar a los padres ni el matrimonio, considerando a los menores como individuos poseedores de una concepción “moral” totalmente autónoma y el recurso a la anticoncepción y el aborto como “derechos” fundamentales y como fuente de poder: “La IPPF/RHO cree que todos los y las adolescentes y los y las jóvenes tienen derecho a recibir información y servicios y deben tener acceso a una educación integral de calidad sobre temas de sexualidad que incorpore conceptos de género, derechos y una sexualidad entendida de manera positiva, que enseñe habilidades concretas para prevenir las ITS, el VIH y los embarazos, y que fomente la capacidad de tomar decisiones informadas y empoderadas” [6]. “Desarrollar la capacidad de las Asociaciones Miembros [de la IPPF] para proporcionar servicios de aborto amigables para jóvenes” [7].

 

La IPPF siempre intenta justificar su promoción de peligrosos anticonceptivos, incluyendo los que son abortivos, diciendo que hay una “neceasidad insastifecha” de los mismos por parte de adolescentes y jóvenes: “Por lo menos 20 países en la región demuestran una mejora por lo menos en uno de los siguientes indicadores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM): tasa de uso de anticonceptivos, tasa de nacimientos en adolescentes y necesidades insatisfechas de planificación familiar” [8].

 

Notas:

[1]. IPPF/Región del Hemisferio Occidental, Plan Estratégico 2010-2015, pág. 3, 2010, https://www.ippfwhr.org/es/publicaciones/plan-estrat%C3%A9gico-2010-2015. El énfasis es nuestro.

[2]. Ibíd., págs. 3 y 4. El énfasis es nuestro.

[3]. Ibíd., pág. 5. El énfasis es nuestro.

[4]. Ibíd., pág. 8. El énfasis es nuestro.

[5]. Ibíd., pág. 6. El énfasis es nuestro.

[6]. Ibíd., págs. 8 y 9. El énfasis es nuestro.

[7]. Ibíd., pág. 14. El énfasis es nuestro.

[8]. Ibíd., pág. 15. El énfasis es nuestro. El tema de los ODM lo trataremos más adelante.

 

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