Esta táctica consiste en falsamente convertir el tema en algo presuntamente difícil o imposible de esclarecer, para así dejar al público con un sentimiento vago de que estas cosas hay que dejarlas a la decisión personal, v.gr. “En realidad nadie sabe cuándo comienza la vida humana, ni los mejores científicos se han puesto de acuerdo, por tanto es irrazonable insistir en que la ley penalice un procedimiento [el aborto] que debe ser dejado a la conciencia personal.”

 

Respuesta provida: La mejor manera de refutar este tipo de falacia es mostrar la deshonestidad implícita en ellas. “Si de verdad nadie sabe cuándo comienza la vida humana, entonces no se le podría tampoco dejar la decisión a la mujer embarazada, ya que ella, al igual que los demás, estaría en duda sobre cuándo lo que lleva en su seno se convierte en una vida humana o si ya lo es, y la duda debe ir siempre en favor de la vida, si no, se está actuando con conciencia criminal.”

 

El activista provida puede ilustrar su argumento con el ejemplo del cazador en el bosque: “Supongamos que estoy cazando venados en el bosque. Estoy listo para disparar mi escopeta hacia unos matorrales, pero de pronto veo que se mueve algo que me parece (no estoy seguro) que es una persona. ¿Debo disparar? Claro que no. Hasta que no esté plenamente seguro no debo disparar, pues estaría corriendo el riesgo, aunque sea mínimo, de matar a un ser humano.”

 

“Además los abortistas sí saben cuándo comienza la vida humana. Para algunos comienza en el nacimiento. Para otros comienza en la implantación o un poco después. Pero esas decisiones son arbitrarias y no se ajustan a los datos científicos, los cuales nos muestran que la vida del ser humano comienza en la concepción. Ningún científico serio pone en duda esto (dar resumidamente las fuentes correspondientes).

 

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