La Iglesia corrige a Nancy Pelosi con la verdad y la caridad

 

Padre Shenan J. Boquet

Presidente

Human Life International

 

Publicado originalmente en inglés el 30 de Mayo del 2022 en: https://www.hli.org/2022/05/correcting-pelosi-with-truth-and-charity/.

 

Publicado en español en el Boletín Electrónico “Espíritu y Vida” de Vida Humana Internacional.

Vol. 6.

No. 23.

El 2 de junio de 2022.

 

“A la Iglesia pertenece siempre y en todo lugar el derecho de proclamar los principios morales, incluso los pertenecientes al orden social, y de emitir juicios sobre cualquier asunto humano en la medida en que lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la salvación de las almas.” ─ Catecismo de la Iglesia Católica, Nro. 2032.

 

En una carta sorpresa de hace unos días, el arzobispo Salvatore Cordileone de la Arquidiócesis de San Francisco informó a la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, quien reside en San Francisco, que estaba tomando una medida excepcional, la de prohibirle recibir la Sagrada Comunión. El arzobispo fue muy claro en que la razón por la que estaba dando este paso tan dramático era por el apoyo público, apasionado y sin disculpas que Pelosi da al aborto legal, lo cual la Iglesia Católica enseña que es el asesinato de un ser humano inocente.

 

[Nota del Editor: Al condenar el aborto como un asesinato la Iglesia no niega para nada la misericordia de Dios ni siquiera emite un juicio personal acerca del estado del alma de la persona que promueve este crimen o de cualquier otra persona que se haya involucrado en este grave mal. La Iglesia llama con urgencia al pecador para que se convierta y confiese su pecado en el Sacramento de la Confesión, el cual es absolutamente necesario para recibir el infinito amor misericordioso de Dios, poder comulgar e ir un día al Cielo. La Iglesia también ofrece a las mujeres y otras personas que sufren las secuelas emocionales y espirituales del aborto sus ministerios de reconciliación y sanación postaborto, como el Proyecto Raquel y los Viñedos de Raquel, entre otros. Nadie debe perder la esperanza. Nuestro Dios es un Dios de misericordia, que sólo está esperando el arrepentimiento sincero y el recurso a la Confesión para borrar todos nuestros pecados y darnos una vida nueva.]

 

En su carta, el arzobispo Cordileone explicó que en ocasiones anteriores le había comunicado sus preocupaciones a Pelosi por el apoyo que ella le da al aborto, incluso en una carta fechada el 7 de abril de 2022. En esa carta anterior, el arzobispo había advertido que si Pelosi continuaba apoyando el aborto en público al mismo tiempo que admitía su fe católica, no tendría “otra opción” que invocar el Canon 915, que establece que aquellos que obstinadamente persisten en el pecado grave y manifiesto no deben ser admitidos a la Sagrada Comunión.

 

Su carta más reciente continuaba diciendo:

 

Como usted no ha repudiado públicamente su posición sobre el aborto y continúa refiriéndose a su fe católica para justificar dicha posición y recibir la Sagrada Comunión, ese momento ha llegado. Por lo tanto, a la luz de mi responsabilidad como Arzobispo de San Francisco de estar “preocupado por todos los fieles cristianos confiados a mi cuidado” (Código de Derecho Canónico, can. 383, §1), por medio de este comunicado estoy notificándole que no debe presentarse para recibir la Sagrada Comunión y, si se presenta, no se le debe dar la Sagrada Comunión, hasta el momento en que repudie públicamente su defensa de la legitimidad del aborto y confiese y reciba la absolución de este pecado grave en el sacramento de la Penitencia.

 

Toda la carta del arzobispo (que les invito a leer) fue una explicación excepcionalmente lúcida de la responsabilidad que tienen los que han asumido cargos públicos de apoyar el bien común, sobre todo defendiendo los derechos fundamentales de los más vulnerables. Para ello, el arzobispo citó una declaración del Papa San Juan Pablo II de que los legisladores “tienen la obligación grave y clara de oponerse a cualquier ley que atente contra la vida humana. Para ellos, como para todo católico, es imposible promover tales leyes o votar por ellas”.

 

Un acto de amor, no de política

 

En respuesta a la decisión del arzobispo Cordileone, los principales medios de comunicación previsiblemente acusaron al arzobispo de entrometerse en la política. Lo cual es, claramente, una tontería.

 

Como mujer adulta en una posición de inmenso poder, Pelosi ha elegido ser católica, y repetidamente y con frecuencia ha optado por llamar la atención sobre su fe católica en público al mismo tiempo que defiende su apoyo al aborto.

 

A principios de este año, por ejemplo, Nancy Pelosi mencionó de manera voluntaria su fe católica mientras hablaba en apoyo de Roe vs. Wade, la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1973 que legalizó el aborto a pedido en toda la nación. “Este ha sido un precedente de la corte que debería ser confirmado por la corte”, dijo en marzo de este año de 2022.

 

Y continuó diciendo: “No se trata solamente de preguntarse: ¿Cuál es tu creencia religiosa? Se trata de: ¿Cuál es el derecho de las personas a tomar sus propias decisiones sobre el tamaño y el momento de tener una familia? Esto realmente me molesta, en caso de que no lo hayan notado, porque, de nuevo, soy muy católica. Devota, practicante, todo eso.”

 

No está claro qué pretendía transmitir Pelosi al invocar su fe católica aquí, aparte de protegerse de las críticas cubriéndose con el manto de una fe “devota”. La Iglesia Católica, sin embargo, es una institución que, como cualquier otra, tiene un cierto conjunto de principios a los que se espera que sus miembros se adhieran. La oposición al aborto es una de sus enseñanzas más inequívocas. Además, la oposición de la Iglesia Católica al aborto es muy publicitada, por lo que Pelosi difícilmente puede alegar ignorancia.

 

Sin embargo, a pesar de las múltiples advertencias a lo largo de los años, ha persistido en defender algo que la Iglesia Católica enseña que es gravemente malo y contrario al bien común. Es completamente natural que un (arzobispo) encargado de predicar y proteger la fe católica esté profundamente preocupado de que alguien en la posición de Pelosi esté sembrando confusión sobre lo que enseña la Iglesia y socavando los esfuerzos de la Iglesia para proteger el bien común. El arzobispo Cordileone simplemente está aclarando que Pelosi, que está apoyando un mal grave, no define qué es ser católico y qué es la enseñanza moral católica.

 

En lugar de involucrarse en política, el arzobispo Cordileone está de hecho haciendo lo necesario para proteger la fe católica, evitar el escándalo y actuar con el amor de un pastor hacia la misma Pelosi, quien, debido a su avanzada edad, pronto se encontrará con su Hacedor y deberá responder ante Él por sus faltas y la posición que ella asumió respecto del aborto (entre otras graves cuestiones morales). Su arzobispo también tendrá que responder por las medidas que tomó para sacarla de su camino erróneo, llamándola de regreso a la Verdad de Cristo.

 

“¿Qué significa politizar la Sagrada Eucaristía si uno está siguiendo y aplicando las enseñanzas de la Iglesia?” Cordileone dijo en una entrevista reciente con EWTN. “Uno tendría que demostrar que lo está haciendo con un propósito político”, agregó. “He sido muy claro todo el tiempo, mi propósito es pastoral, no político. No estoy haciendo campaña para nadie para un cargo. De hecho, preferiría que la presidenta Pelosi permaneciera en el cargo y se convirtiera en una defensora de la vida no nacida”.

 

También agregó, y con razón, opino yo, que puede haber una politización a la “inversa” de la Eucaristía, en la que uno podría “recibir la Comunión como un medio para promover una agenda política.” Ciertamente, uno puede ver esta politización a la inversa en los casos de políticos prominentes, como Pelosi y Biden, quienes llaman la atención sobre su asistencia a Misa o la recepción de la Eucaristía como una especie de prueba de su rectitud moral, incluso cuando se burlan de las enseñanzas de la Iglesia sobre numerosas cuestiones fundamentales.

 

La preocupación pastoral del arzobispo Cordileone por Pelosi se manifiesta claramente en la carta. “Sepa que estoy listo para continuar nuestra conversación en cualquier momento y continuaré ofreciendo oración y ayuno por usted”, escribió a la Presidente de la Cámara. También pidió a sus compañeros obispos que oren por todos los legisladores, y especialmente por aquellos legisladores católicos que apoyan el aborto.

 

Una falsa separación entre la fe y la política

 

En nuestro país, trágicamente, dos de los políticos más poderosos, nuestro Presidente y la Presidente de la Cámara, se describen a sí mismos como católicos “devotos” y al mismo tiempo apoyan la postura más radical que pueda haber a favor del aborto. Ambos han pedido que Roe vs. Wade se convierta en ley por vía legislativa y se oponen a casi todas las restricciones al aborto, incluidas las restricciones a la financiación gubernamental para este crimen contra la humanidad.

 

El hecho de que estos dos políticos (y muchos otros políticos católicos a favor del aborto) hayan seguido apoyando la matanza de niños por nacer con muy pocas repercusiones más allá de la declaración ocasional de un arzobispo, puede dar la impresión a mucha gente de que es posible ser proabortista y católico de buena reputación. Pero eso es completamente falso.

 

En una declaración de apoyo al arzobispo Cordileone, el obispo Liam Cary, de Baker, Oregón, resumió admirablemente la situación. “Nancy Pelosi combina con orgullo la práctica ‘devota’ de la fe católica en su vida personal con la promoción de alto perfil de la legalización del aborto en su vida política”, escribió. “La brecha escandalosa entre la creencia y el comportamiento por parte de la presidente de la Cámara engaña gravemente a sus hermanos creyentes sobre la enseñanza católica sobre la justicia social y obstaculiza seriamente los esfuerzos católicos para defender la vida no nacida”.

 

La convicción de Pelosi de que puede apoyar públicamente el aborto siendo una buena católica se basa en última instancia en una versión extremista de la idea de la “separación de la Iglesia y el Estado”, como si las dos cosas no tuvieran absolutamente nada que ver entre sí. Sin embargo, la Iglesia ha enseñado consistentemente que no puede haber tal separación absoluta. Las exigencias morales son vinculantes en todas partes y no pueden suspenderse o dejarse de lado simplemente porque uno es un político.

 

La Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) destacó específicamente el aborto en una declaración de 2002 sobre las responsabilidades de los católicos en la vida política. “Cuando la actividad política choca con principios morales que no admiten excepción, compromiso o derogación, el compromiso católico se vuelve más evidente y cargado de responsabilidad”, escribió la CDF. “Ante las exigencias éticas fundamentales e inalienables, los cristianos deben reconocer que lo que está en juego es la esencia de la ley moral, que concierne al bien integral de la persona humana. Este es el caso de las leyes sobre el aborto y la eutanasia…”

 

En su documento, Formando Conciencias para ser Ciudadanos Fieles (núm. 14), los Obispos de los Estados Unidos reiteran una enseñanza similar. “Como ciudadanos, debemos guiarnos más por nuestras convicciones morales que por nuestro apego a un partido político o grupo de interés”, escribieron. “Cuando sea necesario, nuestra participación debe ayudar a transformar el partido al que pertenecemos; no debemos permitir que el partido nos transforme de tal manera que descuidemos o neguemos verdades morales fundamentales o aprobemos actos intrínsecamente malos. Estamos llamados a unir nuestros principios y nuestras opciones políticas, nuestros valores y nuestros votos, para ayudar a construir una civilización de la verdad y el amor”.

 

Desafortunadamente, políticos como Biden y Pelosi han permitido que su relación con el Partido Demócrata guíe su postura sobre cuestiones morales fundamentales más que su pertenencia a la Iglesia Católica. Podemos ver eso dramáticamente en el progreso del apoyo del presidente Biden al aborto. En los años 70 y 80, claramente se sentía incómodo con el aborto, pero a medida que el Partido Demócrata se volvió más extremista respecto de este tema, él también lo hizo. ¡Eso es lo que llamamos prioridades al revés! “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero y perder su alma?” (Marcos 8:36).

 

El arzobispo Cordileone ha recibido el apoyo de sus hermanos en el episcopado

 

En los días transcurridos desde que el arzobispo Cordileone emitió su declaración, varios de

sus compañeros obispos emitieron declaraciones apoyándolo. En las cercanías de Oakland, el obispo Michael Barber se dirigió a Twitter para escribir: “Apoyo al arzobispo Cordileone en la postura heroica y compasiva que tomó hoy en la protección y defensa de la vida humana”.

 

El obispo Robert Vasa, en cuya diócesis, según se informa, la presidente Pelosi asiste a misa con frecuencia, declaró que le ha informado al párroco de la parroquia a la que asiste Pelosi que, si ella se presenta allí para la Comunión, se le debe negar.

 

Otros obispos que han apoyado públicamente al Arzobispo Cordileone incluyen a los arzobispos de Denver, Springfield, Kansas City, Lincoln, Oklahoma City, Baker, Fort Worth, Tyler, Spokane, Green Bay, Madison y Arlington.

 

En comparación con el número total de arzobispos en el país, esto todavía es solo una pequeña porción. Sin embargo, es alentador ver a estos pastores dispuestos a ponerse en pie frente a la abrumadora oposición de los medios de comunicación para apoyar a sus hermanos arzobispos y aclarar de manera similar la enseñanza de la Iglesia sobre este tema tan importante.

 

En su entrevista con EWTN, el arzobispo Cordileone lamentó que muchos católicos simplemente no entienden la enseñanza de la Iglesia sobre la Eucaristía y la disposición adecuada para recibirla. Agregó que quiere ayudar a los católicos a entender “el grave mal del aborto y lo que significa cooperar con el mal en los diferentes niveles”. Y agregó: “Quería ser claro al exponer esa enseñanza”.

 

El coraje y la claridad del arzobispo son bienvenidos y oportunos en este momento en que Estados Unidos está, si hay que creer en los informes, al borde del amanecer de una nueva era posterior a Roe vs. Wade. En este momento, necesitamos el apoyo valiente y sin cortapisas de la Iglesia y de nuestros hermanos católicos para enfrentar una nueva etapa en la batalla para proteger la vida.

 

Hace unos meses, el arzobispo Cordileone lanzó una campaña de oración, llamada Rosa y rosario por Nancy Pelosi, orando para que el corazón de Pelosi cambiara sobre el tema del aborto. Espero que se una a esa campaña, rezando durante su rosario nocturno por la conversión de Pelosi y por la conversión de todos nuestros políticos católicos a favor del aborto, incluido el presidente Biden.

 

Y, por supuesto, oren por el arzobispo Cordileone, cuya postura ha provocado la ira de los medios de comunicación y muchos políticos poderosos. Oren para que Dios lo proteja espiritualmente, para que Dios le siga dando valor y también el apoyo de sus compañeros arzobispos, y que su postura cambie muchos corazones y salve muchas vidas.

 

Como dijo el obispo Michael Olson de Fort Worth, Texas, en un tuit: “Únase a mí para orar por el arzobispo Cordileone para que Dios lo proteja durante estos tiempos mientras pastorea a todo su rebaño con perseverancia y fortaleza. Oren por la conversión en curso de la Presidente de la Cámara, Nancy Pelosi, y por otros [políticos católicos] que se oponen al Evangelio de la Vida”.

 

VHI agradece a José A. Zunino la traducción de este artículo.

 

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