Angela Lanfranchi, MD FACS

Presidente

Breast Cancer Prevention Institute (BCPI)

(Instituto para la Prevención del Cáncer de Mama)

4 de mayo de 2018

La “Píldora” se refiere a los fármacos de uso frecuente que están constituidos por una combinación de estrógeno y progestina. Según los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) del gobierno de EEUU, el 82% de las mujeres de ese país ingiere este tipo de fármacos para controlar la natalidad. La Agencia Internacional de la ONU para la Investigación del Cáncer ha reconocido que estos fármacos pertenecen al Grupo 1 de los carcinógenos. [Recordemos que la ONU es una organización proaborto y pro-anticoncepción.]

Como nuestros lectores ya saben, el BCPI tiene un tríptico que describe cuatro maneras por medio de las cuales la Píldora mata: (1) La formación de coágulos sanguíneos que causan ataques cardiacos, infartos y embolias pulmonares; (2) el aumento de infecciones letales con el VIH (el virus que causa el SIDA) y el VPH (el virus que causa el Papiloma Humano); el aumento de los riesgos de contraer los cánceres de mama, cervical y del hígado; y (4) el aumento de la probabilidad de morir de manera violenta a manos de un compañero íntimo.

En noviembre pasado (2017), el American Journal of Psychiatry (“Revista de Psiquiatría de EEUU)”, traducción libre) publicó un estudio de gran alcance de casi 500,000 mujeres danesas que tomaron anticonceptivos hormonales y que fueron objeto de seguimiento por parte de los investigadores durante un promedio de 8.3 años. El estudio, “Association of Hormonal Contraception with Suicide Attempts and Suicides” (“El vínculo entre el uso de anticonceptivos hormonales y el intento de suicidio y el suicidio”, traducción libre), arrojó un aumento estadísticamente significativo del 97% de intentos de suicidio y un aumento también estadísticamente significativo de más del 200% de riesgo de suicidio. Este vínculo entre estos anticonceptivos y el primer intento de suicidio alcanzó la cúspide apenas dos meses después de comenzar el uso de los mismos. Los anticonceptivos hormonales que fueron objeto de estudio incluyeron la Píldora, el parche, el anillo vaginal (Neuva), el dispositivo intrauterino (DIU) Mirena y las píldoras de solo progestina. El hecho de que la Píldora cause alteraciones del estado de ánimo y que a menudo cause depresión ha sido ampliamente documentado.

El estudio tuvo grupos de control de estados psiquiátricos previamente diagnosticados y de otros factores afectantes desde el punto de vista estadístico. Sin embargo, el aborto provocado no fue considerado un factor afectante, es decir, un factor que pudiera causar un erróneo análisis estadístico. Es posible que el estudio haya considerado que el aborto no fuese un factor afectante de importancia, debido a que más de la mitad de las mujeres que quieren abortar han usado la anticoncepción durante el ciclo en el cual quedaron embarazadas y también debido a que un estudio de mujeres finlandesas previamente publicado por Mika Gissler arrojó un aumento del triple de suicidios en mujeres con un historial de abortos. Gissler recomendó supervisar a las mujeres que han abortado debido a los posibles desórdenes de salud mental que puedan sufrir para así poder impedir que se suiciden.

Fuente: Breast Cancer Prevention Institute Report, abril de 2018, p. 1.                                           BCPI, 531 US Highway 22 East, Suite 170, Whitehouse Station, NJ 08889, USA. Tel. (línea de ayuda gratuita) 1-866-622-6237. Email: info@bcpinstitute.org; www.bcpinstitute.org.

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