1) El “desarrollo” demográfico. Algunos dicen que existe una “explosión demográfica” que ha inducido a muchos a preguntarse si son necesarios los métodos anticonceptivos para controlar el crecimiento “desmedido” de la población, evitando así los problemas del hambre y la escasez de otros bienes indispensables para la vida. Conviene señalar que la presunta “explosión demográfica” es un mito sin fundamento científico alguno, pero que ha servido de pretexto para que ciertos gobiernos poderosos e instituciones internacionales lleven a cabo políticas de imperialismo demográfico contra los países en desarrollo. (Véase, bajo el tema “Cultura de la muerte”, el subtema “Desarrollo sostenible y control demográfico”.)

 

2) El papel de la mujer en la sociedad. Muchos dicen que a la mujer se le  reconoce en la actualidad su papel, no sólo en la familia, sino también en la sociedad. Por lo tanto, ella necesita verse libre de las “ataduras” de la procreación, para poder realizarse como persona en otros ámbitos de la vida. La Iglesia reconoce que el hombre y la mujer tienen la misma dignidad e incluso que la mujer tiene mucho que aportar a la sociedad. Pero la anticoncepción no va a ayudarle a lograr esto, al contrario, contribuirá más aún a su explotación.

 

3) ”Mayor” conciencia del amor conyugal. Otros dicen que en la actualidad existe una “mayor” conciencia del amor conyugal en el matrimonio y que éste no es sólo para la procreación. Dicen que los anticonceptivos les permitirán a muchos esposos continuar teniendo relaciones sexuales sin preocuparse del nacimiento de un nuevo hijo al cual no podrían mantener. El Papa responderá que, lejos de ayudar al amor conyugal, los anticonceptivos lo destruirán. La Iglesia Católica condena la anticoncepción no sólo porque va en contra de la procreación, sino también porque va en contra del amor conyugal.

 

4) El avance científico-técnico. Finalmente no pocos dicen que si el hombre ha logrado un avance científico-técnico tan beneficioso en otros ámbitos de la vida, ¿por qué no le está permitido también lograrlo en la reproducción humana? El Papa responderá que la Iglesia Católica es la primera en alegrarse con el avance técnico-científico, pero está en contra de aquellas tecnologías que, en vez de beneficiar al ser humano y a la sociedad, los destruyen, y tal es el caso de la anticoncepción.