Según la doctrina de la Iglesia, hay varios principios “no negociables” que podemos resumir en los siguientes:

 

  • La defensa de la vida humana ante el aborto y la eutanasia en todas sus formas.
  • La defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer, y la familia que surge de él.
  • La defensa de los padres de ser los primeros y principales educadores de sus hijos.
  • La defensa del derecho de conciencia y la libertad religiosa [1].

 

Basados en estos principios, Human Life International ha determinado que los principales temas de su labor provida sean los siguientes:

 

  1. “Educación” sexual y anticoncepción – raíces de la “cultura” de la muerte.
  2. El aborto – la trágica consecuencia del fracaso de los anticonceptivos.
  3. El matrimonio y la familia – establecidos por Dios y manipulados por el hombre.
  4. Eutanasia y suicidio asistido – Ataques a las personas enfermas o al final de la vida.
  5. Tecnología reproductiva y destrucción de embriones.

 

En estos temas están implícitas las respuestas a los males que representan. Por ejemplo, en relación con el tema “Aborto” tenemos los temas de “Centros de Ayuda a la Mujer (CAMS)”, “Ayuda Post-Aborto”, etc.

 

Algunos podrían preguntarse por qué no abordamos otros temas, como la pena de muerte y la guerra. La respuesta es que es imposible abordar todos los temas que tienen que ver con la defensa de la vida. Sin dejar de valorar la importancia que tienen los dos ejemplos mencionados, tenemos que reconocer que los ataques contra la vida humana no nacida o enferma son los más numerosos. Además, tristemente no reciben la atención que merecen. De hecho, la mayoría de los medios los ignoran e, incluso, no pocos de ellos son hostiles a la causa de su defensa y a los que los defienden. Los bebés no nacidos y también las víctimas en potencia de la eutanasia ni siquiera tienen el amparo de la ley en muchos países del mundo. Si los temas del aborto y la eutanasia los incluimos dentro de una marea de otros temas, por importantes que sean,  diluiremos su importancia particular, nueva y urgente en la actualidad. Como lo ha expresado elocuentemente San Juan Pablo II:

“Nuestra atención quiere concentrarse, en particular, en otro género de atentados, relativos a la vida naciente y terminal, que presentan caracteres nuevos respecto al pasado y suscitan problemas de gravedad singular, por el hecho de que tienden a perder, en la conciencia colectiva, el carácter de ‘delito’ y a asumir paradójicamente el de ‘derecho’, hasta el punto de pretender con ello un verdadero y propio reconocimiento legal por parte del Estado y la sucesiva ejecución mediante la intervención gratuita de los mismos agentes sanitarios. Estos atentados golpean la vida humana en situaciones de máxima precariedad, cuando está privada de toda capacidad de defensa. Más grave aún es el hecho de que, en gran medida, se produzcan precisamente dentro y por obra de la familia, que constitutivamente está llamada a ser, sin embargo, santuario de la vida” [2].

 

Notas:

[1]. Congregación para la Doctrina de La Fe, Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, 24 de noviembre del 2002, números 3-4. Véase también El Evangelio de la Vida, números 401-522.

[2]. El Evangelio de la Vida, no. 11.

 

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