El Dr. Bernard Nathanson, de EEUU, cuando se convirtió de abortista en provida, dijo: “La ingeniería semántica siempre precede a la ingeniería social”. Esta manipulación del lenguaje consiste en una serie de eufemismos – frases atrayentes y ambiguas (pueden incluir en su significado cosas buenas y cosas malas – que los promotores de la “muerte” utilizan para que la gente crea que se refieren a cosas buenas, cuando en realidad estos promotores quieren avanzar su propia agenda de muerte.

Los dos términos más usados por los promotores de la “cultura” de la muerte para manipular el lenguaje y avanzar su agenda son “perspectiva de género” y “salud sexual y reproductiva”. Aunque en realidad, la “perspectiva” o “equidad de género” es toda una ideología. Es decir, es un conjunto de ideas que pretende y aparenta ser una explicación correcta de los problemas sociales y sus soluciones, cuando lo cierto es que se trata de una sarta de falsedades para promover la muerte de manera encubierta.

La ideología de “género” niega que las diferencias entre los hombres y las mujeres se basen en sus diferencias biológicas, y postula que son fruto de una “construcción social”. Se trata de una disparatada deconstrucción antropológica que intenta justificar el homosexualismo, el lesbianismo, el bisexualismo y el transexualismo (de ahí las siglas LGBT), entre otros males. Esta mega ideología es como un enorme paraguas bajo el cual se albergan toda una plétora de estrategias abortistas, incluyendo la de la “salud reproductiva”, que veremos a continuación.

El eufemismo “salud reproductiva” y sus derivados – como “derechos sexuales y reproductivos”, “salud sexual”, etc.- fue definido en el Programa de Acción de la Conferencia sobre Población y Desarrollo (CIPD), que el abortista Fondo de Población de la ONU (UNFPA, por sus siglas en inglés), llevó a cabo en El Cairo en 1994 con la colaboración oficial de la también abortista Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés). La definición de “salud reproductiva” de la CIPD incluyó, entre otras cosas, la “planificación de la familia”, que para el UNFPA, la IPPF y otras organizaciones internacionales abortistas significa el uso de los anticonceptivos, incluyendo los que son abortivos [1].

Aunque la definición de “salud reproductiva” de la CIPD no incluyó explícitamente el aborto convencional, sí le dejó la puerta abierta a su posterior inclusión. Ello quedó demostrado cuando, en el 2000, la OMS publicó en el editorial de su boletín oficial, cuyo número completo fue dedicado precisamente a la “salud reproductiva”, una ampliación del significado de este término:

“Desde que el concepto de salud reproductiva fue impuesto en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo en 1994, se sigue debatiendo cuáles son sus límites. Claramente la salud reproductiva se refiere a la prevención y el tratamiento de las enfermedades, pero también a las funciones normales, como el embarazo o el nacimiento…  Pero pensamos que esto no abarca el ámbito completo de este nuevo concepto, por ello en uno de los artículos de este Boletín, presentamos algunos de los componentes básicos de la salud reproductiva: la planificación familiar, el aborto, la morbi-mortalidad materna” [2].

Para la OMS, y para las demás organizaciones abortistas, extraoficialmente la “salud reproductiva” incluye el aborto quirúrgico y legal, y no sólo el aborto convencional.

Sin embargo, aunque es cierto que la CIPD le abrió sutilmente la puerta a la posterior inclusión del aborto en la “salud reproductiva”, el hecho es que el texto oficial no dice eso, sino lo contrario: la “salud reproductiva” no debe incluir el aborto convencional [3]. Ello es importante para cualquier debate provida en torno a documentos oficiales de la ONU.

Se debe insistir siempre en que ningún documento oficial de la ONU obliga a ningún país a legalizar el aborto y menos aún el de El Cairo, ni con el slogan de la “salud reproductiva” ni con ningún otro eufemismo.

Sin embargo, este es el lenguaje que constantemente utilizan las organizaciones de la “cultura” de la muerte para esconder el aborto y engañar a la gente.

No debería sorprendernos que la “cultura” de la muerte utilice un lenguaje engañoso para promover el aborto. De hecho, la estrategia fundamental de la “cultura” de la muerte es mentir astutamente y su objetivo es matar, física y espiritualmente. Todas las estrategias y argumentos de la “cultura” de la muerte se basan en la mentira y el engaño.

Jesús nos enseña que Satanás es padre de la mentira y asesino desde el principio: “El diablo ha sido un asesino desde el principio. Nunca se ha basado en la verdad, y nunca dice la verdad. Cuando dice mentiras, habla como lo que es; porque es mentiroso y es el padre de la mentira” [4].

Ello quiere decir que desde que el diablo les presentó la tentación de la soberbia de ser “como dioses” [5] a los primeros padres de la humanidad, su objetivo ha sido destruir al ser humano, tanto espiritual como físicamente.

Ahora bien, para mentir con eficacia, el diablo y los que lo siguen, usan con mucha astucia y habilidad las medias verdades, los eufemismos, los slogans y la manipulación del lenguaje. Es decir, usan mentiras disfrazadas de verdad y de bondad. Al respecto, San Pablo nos dice lo siguiente: “Satanás mismo se disfraza de ángel de luz; por eso resulta muy natural que sus servidores también se disfracen de personas de bien” [6].

Debemos aclarar que no estamos diciendo que estas personas están poseídas por el diablo. Lo que estamos diciendo es que estas personas son influenciadas por la ideología diabólica de mentir y destruir, pensando erróneamente que el aborto y la eutanasia son “soluciones” a los problemas de la humanidad. Nuestra lucha no es contra personas, sino contra ideas y actividades antivida, y contra las fuerzas malignas que las impulsan [7].

Notas:

[1]. FNUAP, Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Naciones Unidas sobre Población y Desarrollo (CIPD), El Cairo, 13 de septiembre de 1994, parágrafos, 7.2., 7.6. y 8.25, http://www.unfpa.org/spanish/icpd/icpd_poa.htm#ch7. El énfasis es nuestro. IPPF Corporate Brochure, págs. 20-21. Disponible (en inglés) en archivo PDF en http://www.ippf.org/about/corporatebrochure/index.htm, haciendo “click” en el enlace “IPPF Corporate Brochure (PDF, 1631 KB)”.

[2]. J. Patrick Vaughan and Carla AbouZahr, Editorial, “Reproductive Health: Widening Horizons,” Bulletin of the World Health Organization, 2000, 78 (5), pág. 569, disponilbe (en inglés) en: http://www.who.int/docstore/bulletin/tableofcontents/2000/vol.78no.5.html. El énfasis es nuestro.

[3]. Véase: CIPD, par. 8.25.

[4]. Juan 8:44.

[5]. Génesis 3:5.

[6]. 2 Corintios 11:14-15.

[7]. Véase: Efesios 6:12-13.

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