Luis Martínez Guzmán

Presidente

Centro Jurídico Internacional de Derechos Humanos

En la página de la organización Women on Waves (“Mujeres sobre las olas”) se lee lo siguiente:

Women on Waves [WOW] navega un barco a países donde el aborto es ilegal. Con la utilización de un barco, se puede proporcionar abortos médicos en las primeras semanas del embarazo (hasta las 6½ semanas del embarazo) de manera segura, profesional y legal. La aplicabilidad de la legislación penal nacional, y por lo tanto también de la ley del aborto, se extiende sólo a las aguas territoriales, fuera de ese radio de 12 millas (o 2 horas de navegación) la ley que se aplica a bordo del barco es la ley holandesa, lo que significa que todas nuestras actividades son legales.

Sin duda, en la web encuentra uno a diario páginas y dominios de seriedad o credibilidad altamente dudosas. Encontrar en cambio, páginas confiables y certeras en su información, sobre cualquier tema, es todo un arte. Es necesario refugiarse en bibliotecas virtuales, áreas de raíz www2./www3., etc. en búsqueda de información veraz. Ahora bien, cuando una página de internet te brinda información errónea sobre actividades relacionadas con tu salud, acciones que ponen en peligro tu vida, e incluso, presuntas facilidades para delinquir sin ser apresado, no es una cuestión menor.

En efecto, www.womenonwaves.com brinda información acerca de cómo abortar de forma “segura” con fármacos, leyéndose lo siguiente:

El mejor y más seguro de los modos en que una mujer puede provocarse un aborto a sí misma hasta las 12 semanas del embarazo es con el uso de dos medicamentos llamados Mifepristone y Misoprostol (Cytotec, Arthrotec, Oxaprost, Cyprostol, Mibete ou Misoprostol). Un aborto médico (aborto farmacológico o farmacéutico) realizado de este modo tiene una tasa de éxito de más del 97%.

Lo anterior es la primera –y gravísima- de las mentiras de esta organización. El misoprostol, combinado con la mifepristona conlleva gravísimos riesgos de hemorragia, que colocan a la mujer en peligro de muerte. Por cierto, al darse la muerte de una mujer en aguas internacionales –más exactamente aguas contiguas-, así como el asesinato de ese niño no nacido no podría ser penalmente perseguido, tampoco lo sería la negligencia médica, la desaparición de personas, el homicidio, la muerte asistida, la mal llamada “muerte digna,” etc. Es decir, la misma situación de indefensión y el efecto “triángulo de las Bermudas” que acompaña al niño no nacido en su travesía a ese barco de la muerte, es la misma indefensión que lleva en sí jurídicamente la mujer, que ancla en altamar para un tratamiento “médico” con misoprostol, que en realidad fue ideado para el tratamiento de úlceras gástricas y duodenales. El surrealismo pues, de una página no sólo poco confiable sino además mentirosa, se lleva a la realidad misma, sobre las olas, de actividades que inciden directamente con la salud y la vida de una mujer y su hijo.

Pero, ¿qué hay del aspecto legal y penal de la página?

Como leímos al inicio del artículo, la página habla de que dicha organización “navega a países donde el aborto es ilegal.” Está claro que el aborto en México no es legal, pues a pesar de que es legal en una sola de las numerosísimas localidades que tiene México, en el resto del país es ilegal, y lo dice clarísimo el artículo 329 del Código Penal Federal mexicano, al establecer que “el aborto es la muerte del producto de la concepción en cualquier momento de la preñez.”

Lo anterior, sin embargo, pareciera no afectar a las usuarias, quienes legalmente suben estando “protegidas jurídicamente.” Sin embargo, hay otras dos mentiras, sobre el status legal del barco pirata holandés –la definición legal de piratería está basada esencialmente en el daño que la embarcación hace a los tripulantes de ese mismo u otro navío. Estas otras dos mentiras sí la afectan directamente a ella, a la mujer que usa sus servicios.

En primer lugar, el delito que cometió la organización WOW, al realizar una rueda de prensa  en un hotel de Ixtapa, zona costera del Estado de Guerrero, donde el aborto es ilegal. Con dicha acción, y las declaraciones hechas por Rebecca Gomperts, de WOW, la organización incurrió claramente en una violación a los artículos 208 y 209 del Código Penal de México, que dicen:

Artículo 208.- Al que provoque públicamente a cometer un delito, o haga la apología de éste o de algún vicio, se le aplicarán de diez a ciento ochenta jornadas de trabajo en favor de la comunidad, si el delito no se ejecutare; en caso contrario se aplicará al provocador la sanción que le corresponda por su participación en el delito cometido.

 

Artículo 209.- El que pudiendo hacerlo con su intervención inmediata y sin riesgo propio o ajeno, no impidiere la comisión de uno de los delitos contemplados en el Título VIII, Libro Segundo, de este Código o en la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas se le impondrá la pena de seis meses a tres años de prisión y de cincuenta a doscientos días de multa. Las mismas penas se impondrán a quien, pudiendo hacerlo, no acuda a la autoridad o a sus agentes para que impidan un delito de los contemplados en el párrafo anterior y de cuya próxima comisión tenga noticia. Dichas penas se impondrán a las personas relacionadas o adscritas a cualquier institución, asociación, organización o agrupación de carácter religioso, cultural, deportivo, educativo, recreativo o de cualquier índole y tengan conocimiento de la comisión de los delitos a que se refiere el primer párrafo del presente artículo, cuando no informen a la autoridad competente o protejan a la persona que lo cometa, ya sea escondiéndola, cambiándola de sede o de cualquier otra forma le brinde protección.

Es decir, al haber hecho invitación a realizarse un aborto, en un estado donde es ilegal, y además haberlas transportado, cambiándolas de sede, la organización WOW estaba cometiendo múltiples delitos, pero además, arriesgando jurídicamente a las casi cien mujeres que abortaron mientras la embarcación permaneció en México, del 21 al 23 de abril [de 2017], en que realizaron dos viajes fuera de aguas territoriales mexicanas, para asesinar a alrededor de 90 bebés mexicanos. La organización WOW, con toda intención estaba colocando en serio riesgo jurídico a casi cien mujeres, pues las llamadas para organizar el aborto ilegal fueron hechas en territorio guerrerense, sobre suelo mexicano, al igual que el punto de contacto y la ayuda para realizar el delito (encubrimiento, asociación delictiva, complicidad, etc.).

Por si fuera poco, el desconocimiento, ignorancia o cinismo de la organización, en lo jurídico, llegó al extremo, al presumir como posible, cometer los anteriores delitos y luego permanecer a tan solo 12 millas. Conforme a los artículos 2 y 33 de la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar, así como los artículos 4 y 5 de la Ley de Navegación y Comercio Marítimo, y los artículos 42 a 45 de la Ley Federal del Mar, estas dos últimas de México, al encontrarse a menos de 24 millas, y haber cometido delitos en aguas nacionales, el Estado Mexicano pudo haber intervenido por estos, aún en aguas contiguas. Si bien, no podrían ser perseguidos por la comisión directa del aborto, en aguas contiguas, sí podría la embarcación haber sido detenida y sometida a proceso, en dicha zona, por los delitos e infracciones mencionados arriba, cometidos en la rueda de prensa, por vías de comunicación celular, y en el punto de encuentro en el puerto.

Lo anterior no es solo una tesis. La misma vocera de WOW, Leticia Zenevich, lo confirmó ante los medios, al afirmar, el 24 de abril, que “no importa cuál es la ley, ellas tienen derecho a la salud y pueden hacer un procedimiento seguro.” Si la salud es legal, ¿a qué se refería entonces?

En conclusión, realmente a WOW lo que menos le importó fue la salud de las mujeres y su condición legal, pues en ambos casos las puso en serios riesgos. Es posible que por ello el Estado Mexicano, aun cuando no hubiera hecho un pronunciamiento, haya tenido que ver en que el barco solo haya permanecido tres días en zona contigua a territorio mexicano. Ciertamente algo estaba mal, cuando a pesar de recibir tantas solicitudes, según ellas afirmaron, era necesario huir.

Ya tendremos noticias sobre el siguiente paradero; lo cierto es que por lo pronto este barco pirata sigue burlándose de la comunidad internacional, que hasta el momento calla. Si el mismo barco, amparándose en aguas internacionales, promoviera la desaparición de personas, o el homicidio de personas que, secuestradas con engaño, son llevadas a altamar, ¿seguiríamos pensando en una actividad pura y creativa, como hasta ahora este “inocente” barco nos la ha pintado? Pues en México, el aborto aún es homicidio, y el transportar a esas mujeres, diciéndoles que es legal, es un engaño. La justicia, en ello, está ausente.

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