By Wendy Wright

 

NUEVA YORK, 25 de abril (C-FAM) Los periodistas llamaron al programa «x-rated » («clase x»). Apodaron a otro «kindergarten sex ed» («educación sexual en el jardín»). Una versión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) condujo a una espectacular derrota en el Parlamento Europeo.

 

Los delegados de la ONU lo rechazan por considerarlo de un ataque a sus culturas.

 

La “educación sexual integral” a menudo avanza incuestionada (hasta que la gente descubre lo que enseña). Ahora un nuevo trabajo expone las políticas detrás del plan de estudios y por qué tantas personas están disgustadas.

 

Un equipo de especialistas dirigidos por el profesor Jokin de Irala descubrió que la “educación sexual integral” que se autodenomina «basada en pruebas» está plagada de ideología y opiniones que se hacen pasar por hechos. Y de total falta de respeto hacia los padres, con un programa que declara que la autonomía sexual es un «derecho» que «fortalece al individuo en contra de las intrusiones de la familia o de la sociedad».

 

«La política de la “educación sexual integral”» analiza las tácticas de lo que los autores denominan Establishment de la “Educación” Sexual, un conjunto de organizaciones poderosas como el Fondo de Población de la ONU, la Organización Mundial de la Salud, Usaid y Planned Parenthood.

 

El Establishment de la mal llamada “Educación” Sexual elabora pautas de políticas y subvenciona iniciativas para llevarlas a cabo, presentando su producto como «buenas prácticas» neutrales. Pero las recomendaciones de este grupo no distinguen hechos de opiniones y su trayectoria es cuestionable. Términos que parecen inofensivos, como «género» y «evolución de las facultades», ocultan enseñanzas y prácticas cuestionables.

 

En 2004, la revista Lancet publicó una declaración conjunta de expertos que definen a la estrategia ABC (siglas en inglés para Abstinencia, Ser Fiel y Condón) como la mejor forma de evitar riesgos. [Nota de VHI: El condón es un engaño, como está ampliamente demostrado, su uso y su promoción son gravemente inmorales. Véase más abajo.]

 

No obstante, el Establishment de la “Educación” Sexual no «toma con seriedad que la implementación de A [abstinencia] o B [ser fiel] es posible», y en contadas ocasiones reconoce que la actividad sexual constituye un riesgo para los adolescentes, señalan los autores.

 

«El Establishment de la “Educación” Sexual tiende a asumir que la mayoría de los menores son sexualmente activos, y sus programas hacen muy poco para proteger a la mayoría de jóvenes que no ha iniciado su actividad sexual», escriben.

 

Poco tiempo atrás, una funcionaria del Fondo de Población expuso este deficiente modo de pensar. Se oyó a Kate Gilmore ridiculizar la idea de la abstinencia en más de una oportunidad al dirigirse a grupos de activistas en una conferencia de la ONU.

 

No obstante, la gran mayoría de jóvenes menores de 18 años no son sexualmente activos, informan los autores. Promover los condones como sexo “seguro” puede «de hecho fomentar una sensación falsa de seguridad en los jóvenes y conducir, paradójicamente, a un aumento en las conductas de asunción de riesgo», fenómeno conductual conocido como «compensación de riesgos».

 

El equipo del profesor de Irala descubrió que los programas centrados en la abstinencia son efectivos, presentan hechos y suponen la capacidad de los adolescentes de tomar decisiones ideales, sin tratar a los jóvenes con condescendencia al suponer que incurrirán en actividades sexuales de riesgo. La educación sexual no puede estar completamente basada en la experiencia puesto que muchos conceptos y términos importantes son debatibles, y adquieren su sentido del contexto en el que se usan (como ser la palabra «amor»).

 

Los autores sostienen que los programas de educación sexual, en especial cuando están financiados con fondos públicos, deberían empoderar a los padres para que sean los educadores, y, de todas maneras, no deberían promover una agenda que fuera incompatible con los valores de las comunidades en las que se implementan.

 

Los autores recomiendan a los expertos del sexo que busquen aportaciones (y reflejen los valores) de la gente que más conoce y ama a sus hijos: los padres. Ellos son los mayores responsables de la educación y bienestar de sus hijos, son sensibles a su madurez en desarrollo y deberían tener el derecho legal de protegerles de mensajes nocivos.

 

Otros estudios avalan las conclusiones del trabajo y revelan que las adolescentes cuyos padres les ponen límites y supervisan esperan hasta el matrimonio, independientemente de factores socioeconómicos, como el barrio en el que viven.

 

La política de la «educación sexual integral» es un trabajo publicado por la agrupación

 

International Organizations Research Group, división de C-FAM, que edita Friday Fax.

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano

 

Fuente: http://c-fam.org/en/espanol/volumen-17/7822-nuevo-trabajo-expone-la-agenda-encubierta-del-establishment-de-la-educacion-sexual.

 

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