Brian Clowes, Ph.D.

Director de Investigación  y Capacitación Provida

Human Life International

Los intentos para resolver problemas éticamente difíciles solamente con la tecnología, sin la luz de la verdad divina, siempre cosecharán dañinos frutos. La anticoncepción es quizás uno de los ejemplos más paradigmáticos de esta importante verdad, porque de hecho conduce a más, no menos, abortos.

A primera vista, ello parece ser una contradicción, ya que la anticoncepción ha sido diseñada para impedir la concepción y, teóricamente, lograr que el recurso al aborto sea “innecesario”. Sin embargo, el uso de la anticoncepción requiere una visión desordenada de la vida humana y la sexualidad. Esta “mentalidad anticonceptiva”, que se basa en el egoísmo, en la falta de aprecio hacia el valor de la vida humana y la dignidad del matrimonio, siempre conduce a una creciente “necesidad” del aborto. Repasemos las dos razones del porqué la anticoncepción de hecho aumenta el índice de abortos.

La primera razón es que las parejas que practican la anticoncepción han albergado una actitud y una conducta que acepta una “solución” puramente antinatural y técnica al “problema” de la prevención del embarazo. Cuando el método anticonceptivo falla, la pareja fácilmente se siente con el “derecho” a recurrir a otra “solución” antinatural y técnica: el aborto. Toda la dinámica humana del amor dador de vida, en el contexto de la alianza matrimonial, se degrada, se mecaniza, se despersonaliza y se trivializa. Cuando surge un embarazo “no planificado”, la pareja siente que su “sistema” artificial le ha fallado y ve al bebé, no como un don de Dios, sino como un intruso que no es bienvenido. Entonces buscan otra “solución” mecánica y degradante a este “sistema fallido”, que es un ser humano.

Ésa es la “mentalidad anticonceptiva” en su aterradora y destructiva realidad. Aquí podemos darnos cuenta con toda claridad cómo la anticoncepción promueve la malévola actitud de que los niños son meros “objetos” o “mercancías” para que alguien los “desee” o “no los desee”, sujetos a la tiranía de los caprichos, “elecciones”, “estilos de vida” o conveniencia de sus padres, y que al “intruso” por nacer hasta se le puede eliminar (esto es, matar), si así se desea. Es fácil darse cuenta de por qué el egoísmo y el utilitarismo, tan profundamente arraigados en el interior de las personas que tienen una mentalidad anticonceptiva, constituyen una grave amenaza para el amor auténtico, el matrimonio y la sociedad. Esa mentalidad anticonceptiva con frecuencia desemboca en el aborto asesino. La mentalidad anticonceptiva también constituye una amenaza significativa para la paz en el futuro, la armonía y la sostenibilidad en cada nivel de cualquier sociedad donde eche raíces.

La segunda razón por la cual la anticoncepción conduce a un aumento del número de abortos es sencillamente porque ésta no funciona. En EEUU, por ejemplo, se ha documentado el hecho de que mucho más de la mitad de todas las mujeres que solicita un aborto estaba utilizando anticonceptivos cuando quedó embarazada. Cada año, en EEUU, hay dos millones de fracasos de anticonceptivos, principalmente entre las adolescentes. Y el número de abortos quirúrgicos anuales es precisamente más de un millón. También se sabe que casi el 67% de las mujeres que obtienen abortos en EEUU, estaban usando la anticoncepción cuando concibieron [1].

Cada una de las más de cien naciones que ha legalizado el aborto a petición comenzó legalizando la anticoncepción. Como la anticoncepción falla tan a menudo, automáticamente fomenta la exigencia del aborto, aun cuando éste es ilegal. Entonces entran en escena los grupos internacionales que se dedican al control demográfico. Estos grupos están motivados por una agenda antivida y cuentan con un enorme financiamiento, así como con el apoyo de los abortistas nativos. Fabrican una poderosa propaganda por medio de lamentables (y falsas) historias acerca de miles de mujeres que están, así dicen ellos, muriendo debido a los abortos clandestinos o ilegales. Luego estos mercaderes de la muerte exigen que se legalice el aborto. Desde luego, la misma gente que antes estaba practicando abortos ilegalmente, ahora los practica bajo el amparo de leyes inicuas.

Malcoml Potts, ex director del departamento de medicina de la abortista Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés), predijo con exactitud hace cuatro décadas que a medida que la gente utilice anticonceptivos, habrá un aumento, no una disminución, de la tasa de abortos [2].

Notas:

[1]. Stanley K. Henshaw y Jennifer Van Vort. “Abortion Patients 1994-1995: Characteristics and Contraceptive Use.” FamilyPlanning Perspectives, Julio/Agosto 1996, páginas 140-143; Rachel K. Jones, Jacqueline E. Darroch y Stanley K. Henshaw.“Contraceptive Use Among U.S. Women Having Abortions in 2000-2001.” Perspectives on Sexual and Reproductive Health, Noviembre/Diciembre 2002, páginas 294-303.

[2]. Véase: Malcom Potts, Peter Diggory, y John Peel. Abortion (Cambridge University Press, 1977), páginas 491, 496, 498 y 526.

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