11 de octubre de 2017

 

“Yo he venido para que todos tengan vida” (Juan 10:10)

 

A medida que se acerca el otoño en Norte América, es bueno volver a la primavera, cuando Vida Humana Internacional (VHI), la sección hispana de Human Life International (HLI), fue instrumental en el inicio de un programa piloto con el objetivo de capacitar a 250 voluntarios de diecisiete parroquias de la diócesis de Maturín en el estado de Monagas, Venezuela. Ubicado en el corazón oriental del país, la iniciativa tomo cuerpo con la aprobación y la invitación del Obispo Mons. Enrique Pérez Lavado. El curso continuará hasta diciembre de este año. Cuando un equipo de VHI regresará para participar en las ceremonias de graduación y también dar conferencias sobre estrategias a favor de la vida y la familia, en enero de 2018.

 

El curso es coordinado por Nancy Tosi, Asesora de VHI, existe una gran diversidad entre los participantes. Las condiciones económicas actuales en Venezuela, dejan mucho desear. Nancy entrena a los voluntarios a través de Skype, pero a menudo el Internet tanto en casa como en las parroquias es bastante lento, que puede tomar hasta cuatro horas y varias llamadas para presentar el programa mensual de 2 horas a cada grupo! Adicionalmente, las condiciones de seguridad en la noche en Venezuela están muy complicadas, por lo que este limitante debe tenerse en cuenta al llevar a cabo las reuniones de capacitación.

 

En el curso participan un grupo variado de sacerdotes, seminaristas, profesionales en Derecho, Salud y Educación, y muchos jóvenes, quienes estaban adormecidos ante la invasión ideológica de la Cultura de la Muerte. Este tipo de formación trae consigo un despertar de la conciencia. Por ejemplo, la Dra. Mauricia participa activamente en el foro y muy agradecida dice: “Para mí como médico con muchos años de experiencia, estas sesiones son totalmente diferentes a lo que una vez estudié. Este acercamiento y comprensión de la vida que comienza desde la concepción, me hace dar cuenta que gran parte de lo que estudié era parte de la Cultura de la Muerte. ¡Me siento usada! Pero pido perdón a Dios por todas mis acciones, me comprometo a remediar el pasado, y proclamar y defender el Evangelio de la Vida”.

 

Despertar la espiritualidad

 

Las buenas noticias ya están empezando a resonar al ver a los amigos venezolanos abrazando la vida. Por ejemplo, una señora de los 250 voluntarios que toma el curso, que llamaremos “Ana”, dijo lo siguiente: “Para mí la formación provida ha sido un despertar hacia el mundo, un alejamiento de todas esas mentiras que nos hacían creer que era aceptable destruir a un ser humano, claramente es una vida desde el momento mismo de la concepción. Ahora, como cristiana, tengo las herramientas que me permiten hablar con claridad, basada en el Evangelio de la Vida. También tomamos conocimiento de las organizaciones internacionales que dicen ayudar al mundo, pero todo lo que hacen es contribuir a su destrucción.

 

Roxaida López es miembro de ProVida Monagas y dice: “Cuanto más avanzamos en la formación, más continuamos un proceso de conversión, renovación, sanación interior y reafirmación de la Fe, siempre asistido por el Espíritu de la Verdad que guía sabiamente a su comunidad de creyentes. Los sacerdotes redescubren la belleza y la verdad contenida en los documentos de la Iglesia, los médicos lamentan el sesgo y la formación viciosa que actualmente reciben en las universidades y congresos médicos donde se han entrenado, los educadores toman conciencia de la educación sexual hedonista que resulta en embarazos adolescentes, abortos inducidos, padres y jóvenes reflexionan juntos sobre los desafíos que enfrentan en la cultura actual”.

 

Los ángeles salvan vidas

 

Gabriela es una de esas jóvenes y dice lo siguiente: “Sé lo que cada mujer siente cuando quiere abortar, no tienes ni idea de cómo odiaba mi embarazo y todo lo que hice para evitar el nacimiento…. Roxaida y todos ustedes han sido ángeles que dieron esperanza a mi vida porque me enteré de que a pesar de estar  enfrentando dificultades que muchas veces no entendemos, el Amor de Dios siempre nos apoyará. El milagro más grande es la vida… y lo sé cada vez que veo la sonrisa de mi hija, cuando veo la perfección de sus manos, sus ojos, siento su respiración o escucho su corazón latir. El versículo donde Dios lo dice es: “Él nos formó en el vientre de nuestra madre y eso incluso antes de que naciéramos” (Salmo 139). Es por eso que admiro el trabajo que hacen  en ProVida Monagas, porque hay cientos de mujeres en el mundo como yo que necesitan ángeles como ustedes para iluminar el camino y recordarles que no estamos solas, hay un Dios que nos ama a pesar de todos los errores. Dios les  bendiga.”

 

Este artículo fue elaborado por un voluntario de Vida Humana Internacional con apoyo del Pbro. Gerónimo Sifontes, Roxaida López y Johan Ojeda del Movimiento ProVida Monagas.

 

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