Gladys Buitrago de Amaya

Presidenta

Fundación Cultura de la Vida Humana

Afiliada y Representante de VHI en Colombia

 

27 de septiembre de 2017

 

¿De dónde somos?

 

El repique de las campanas de la Catedral Primada de Colombia, al medio día del 29 de mayo de 2017, anunció el surgimiento de Vida Por Colombia, que tiene como propósito, promover y defender ante el Congreso de la República y demás autoridades, la vida humana, la niñez, el matrimonio, la familia y la libertad religiosa.

 

Nos encontrábamos reunidos en ese momento en el salón de la Presidencia de la Cámara de Representantes en el Capitolio Nacional, varias de las múltiples vertientes que desde mediados del pasado siglo han confluido en la defensa del país contra el colonialismo demográfico, con el fin de apelar la decisión del Congreso de la República que impedía a todo un pueblo, manifestarse democráticamente sobre la adopción de niños por parejas del mismo sexo. Una batalla más que libramos en favor de la protección de la familia monogámica, vulnerada por una sentencia de la Corte Constitucional, proferida en contra del artículo 42 de la Constitución.

 

Estas vertientes han salvado a Colombia de tres catástrofes en el último año impulsadas mediante estratagemas parlamentarias y siguiendo una agenda oculta pero muy eficaz, que se ha instaurado para desvertebrar las estructuras de la sociedad civil en el campo de la vida, la familia y la libertad religiosa:

 

La primera pretendía imponer a través de la reglamentación del artículo 130 de la Ley 1753 de 2015 (Plan Nacional de Desarrollo), una política pública mediante la cual en Colombia se cambiaría el concepto de varón y mujer por las “opciones” que presenta la Ideología de Género: lesbiana, gay, bisexual, transexual, e intersexual. Este proyecto de decreto pretendía imponer la enseñanza de la ideología de género desde el preescolar, para que cada niño, escogiese su “opción de género”. Cuando se informó, gran parte de la ciudadanía colombiana se manifestó, inundó las calles en el histórico 10 de agosto de 2016, reclamó protección y respeto para sus niños y el derecho de los padres a ser los primeros en decidir la educación de sus hijos.

 

En la segunda, el proyecto de ley N° 56 de 2016, autorizaba la creación de empresas comerciales que tuvieran por objeto la reproducción humana extracorpórea para lo cual podrían establecer centros de acopio de gametos humanos (espermatozoides y óvulos) adquiridos por compra encubierta denominada de forma engañosa como una “donación”. Estos gametos que se ofrecerían en venta a parejas, uno de cuyos miembros fuera estéril o a mujeres mayores de dieciocho años, cerrando el negocio por un precio convenido. De esta manera se convertiría al ser humano en objeto de comercio, susceptible de ser traficado. La empresa se encargaría de la fertilización in vitro para producir el embrión, gestarlo en vientre alquilado hasta que naciera, y enviarlo al comprador. Por último, el comprador debía registrar al niño, sin informar sobre su origen. Vida por Colombia hizo la denuncia ante la Comisión Primera del Senado, en donde se estaba tramitando este proyecto de ley, manifestando que era una “forma de esclavitud” peor a la que se empleó contra la raza negra. A pesar de que este proyecto inhumano fue aprobado casi por unanimidad en la comisión primera del senado, logramos hundirlo en el pasado 20 de junio de 2017.

 

La tercera catástrofe se evitó al impedir que se aprobara el Proyecto de Ley No 218 de 2016, que establecía el Código de Ética Médica, para reemplazar al vigente. Este Proyecto legalizaba el aborto, la eutanasia, el “cambio” de sexo y la manipulación genética. Pretendía sustituir el juramento hipocrático, principio universal del ejercicio médico y sometía a los médicos y facultades de medicina a las directrices de la Asociación Médica Mundial, entidad extranjera que se ocupa de tales aspectos de la cultura de la muerte, cuyo origen y composición no es clara.

 

Los acontecimientos mencionados, no son iniciativas aisladas. Corresponden a un proceso impulsado por organizaciones que, aun cuando dicen oponerse a la religión, en realidad constituyen a escala mundial una nueva religión, denominada religión atea. Su dogma de fe está fundado en la eternidad de la materia y en la evolución que la conduce hasta llevar al individuo a considerarse un dios sobre la tierra, definidor de lo que es el bien y el mal, lo que constituye el relativismo ético, que conduce ineluctablemente a la imposición del más fuerte ante la carencia de una verdad objetiva, que hoy en Colombia se ha constituido en la dictadura de las minorías.

Las personas que estamos constituyendo Vida por Colombia, firmamos el Acta de Independencia contra la Dictadura de las Minorías.

 

¿Quiénes somos?

 

Somos un grupo significativo de ciudadanos en comunión por la defensa y promoción de la vida, la niñez, el matrimonio, la familia y la libertad religiosa, para realizar el bien en común a través de la nueva evangelización de la política al suscitar una corriente vivencial de Vida, Verdad y Amor, sembradora de un nuevo sistema cívico-político que integre a la sociedad civil con el Estado, en el Congreso de la Republica.

 

En nuestra condición de grupo significativo de ciudadanos, estamos participando en el actual proceso electoral a través de una lista de candidatos para el Senado de la República cuyo objetivo es ser custodios de la Vida, la Niñez, el Matrimonio, la Familia y la Libertad Religiosa.

 

Nuestra misión

 

  1. Evangelizar la política llevando la vida de Dios al corazón de las personas y a las estructuras sociales.

 

  1. Suscitar una corriente vivencial de Vida, Verdad y Amor, a través de la Oración, el Testimonio, el Pensamiento y la Acción de Servir.

 

  1. Promover y Defender la Vida, la Familia y la Libertad Religiosa dentro de un Modelo Político de Comunión, que forjamos mientras agoniza el actual sistema político corroído por la corrupción que genera el estado que abandona a Dios, fuente suprema de toda autoridad.

 

  1. Aplicar la doctrina social de la iglesia para hacer respetar la dignidad del ser humano, como persona en comunidad y realizar el bien común.

 

Nuestros objetivos

 

En el corto plazo:

  • Seremos reconocidos como la fuerza ciudadana que lidera una renovación política que conducirá a un nuevo sistema cívico político en Colombia.

 

  • Seremos Custodios de la vida, el matrimonio, la niñez, la familia y la libertad religiosa en el Congreso de la República

 

  • Detendremos y haremos retroceder el ataque a la vida, la familia y la libertad religiosa en las normas e instituciones públicas y privadas colombianas.

 

En el mediano plazo:

 

  • Restauraremos en el Estado Colombiano los elementos esenciales que amparan y promueven la vida, la familia y la libertad religiosa.

 

En el largo plazo:

 

  • Generaremos y construiremos un sistema cívico-político de comunión, donde la sociedad civil, funcionalmente organizada en sus estructuras básicas (ético- religiosa, familiar, cívica, educativa y económica), realice el bien en común en sí mismas y en el Estado.

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