Una de las raíces ideológicas de la “cultura” de la muerte es el “humanismo” secularista. Este falso “humanismo” se distingue del verdadero humanismo cristiano en que reduce al hombre a la dimensión inmanente y rechaza su dimensión trascendente: Dios. El humanismo cristiano centra su visión del hombre en Dios, pues reconoce que Dios es el fundamento de su ser y de su dignidad.

El “humanismo” secularista, por el contrario, erróneamente ve en Dios o en la religión un “obstáculo” para el “progreso” del hombre, sobre todo el progreso científico. De hecho, el “humanismo” secularista pone todas sus esperanzas en el hombre, en su ingenio científico y tecnológico y en esta vida terrenal, rechazando o restándole importancia a la vida eterna con Dios.

Esa es la ideología del “humanismo” secularista, tal y como se ha plasmado en los dos Manifiestos humanistas que se han publicado en EEUU, en 1933 y 1973.

Uno de los firmantes del I Manifiesto Humanista fue John Dewey, considerado el padre de la educación estadounidense. Los malos frutos de esa ideología se están cosechando hoy en la “cultura” de la muerte.

El II Manifiesto Humanista tuvo una larga lista de signatarios, todos ellos personas muy influyentes – intelectuales, académicos, científicos y educadores. Es importante destacar que entre esos firmantes estuvieron el Dr. Alan F. Guttmacher, que en esos tiempos fue presidente de Planned Parenthood, la organización más abortista de EEUU; el Dr. Henry Morgentaler, un tristemente famoso abortero del Canadá; Betty Friedan, pionera del feminismo antivida; y Julian Huxley, de Gran Bretaña y ex director del organismo antivida de la ONU, la UNESCO, y presidente de la Sociedad de Eugenesia de Gran Bretaña  [1].

Las siguientes citas que hemos seleccionado del II Manifiesto Humanista revelan, por sí mismas, la ideología agnóstica, relativista y antivida del “humanismo” secularista.

No podemos descubrir ningún propósito divino o providencia para la especie humana. Aunque hay muchas cosas que desconocemos, los seres humanos somos responsables de lo que somos o de lo que seremos. Ninguna deidad nos va a salvar; tenemos que salvarnos a nosotros mismos” [2].

Este rechazo de Dios lógicamente lleva a un rechazo de los principios morales objetivos y absolutos y la aceptación de una “moral” relativista:

Afirmamos que los valores morales se derivan de la experiencia humana. La ética es autónoma y situacional, no necesita ninguna aprobación teológica o ideológica. La ética surge de las necesidades humanas y del interés humano” [3].

La conclusión de todo ello es que los más fuertes impondrán su “moral” o sus “valores” sobre los más débiles e indefensos. Es lo que está ocurriendo, por ejemplo, con el aborto y la eutanasia. Los que tienen voz y voto deciden en una falsa e hipócrita “democracia” aprobar estas prácticas criminales para su propia conveniencia y egoísmo. Sólo una moral objetiva, absoluta y universal, fundada en la bondad y la justicia de Dios, puede garantizar que los derechos y los deberes de todos sean respetados y promovidos.

En el área de la sexualidad, creemos que las actitudes intolerantes, a menudo cultivadas por las religiones ortodoxas y las culturas puritánicas, reprimen indebidamente la conducta sexual. El derecho al control de la natalidad, al aborto y al divorcio debe ser reconocido… Las distintas formas de exploración sexual [¿homosexualismo?] no deben ser consideradas malas en sí mismas… Para acrecentar la libertad y la dignidad, el individuo debe experimentar un ámbito completo de libertades civiles en todas las sociedades. Ello incluye…la eutanasia y el derecho al suicidio” [4].

Obsérvese que los signatarios del Manifiesto tildan a sus oponentes de tener “actitudes intolerantes” y de ser “puritánicos”. Esa es una estrategia típica de los promotores de la “cultura” de la muerte, ridiculizan a los que se les oponen y evitan el diálogo abierto, sincero y fundado en sólidos argumentos científicos y éticos.

Notas:

[1]. Humanist Manifestos I and II, ed. Paul Kurtz. Amherst, New York: Prometheus Books, 1973. Cf. págs. 24-31.

[2]. Docs: Handouts: “Humanist Manifestos.doc” Pág. 4\7, en Clowes, “Anti-Life Quotes”, pág. 41, en HLI Pro-Life CD Library, 2015.

[3]. Ibíd., págs. 4\7 y 4\8.

[4]. Clowes, pág. 5\7.

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