En 1974, el Departamento de Estado de EEUU preparó el Informe Kissinger, un documento secreto, desclasificado en 1989, que afirma que el crecimiento demográfico de los “países menos desarrollados” (PMD) pone en peligro la economía y la seguridad nacional de EEUU. El documento propone como “solución” los programas de control demográfico en dichos países. Las siguientes citas muestran estas intenciones:

  • “La economía de EEUU exigirá grandes cantidades de minerales del extranjero, especialmente de los PMD. Esto hace que EEUU tenga un gran interés en la estabilidad política, social y económica de los países suministrantes. Donde quiera que una disminución de las presiones demográficas…pueda aumentar las posibilidades de dicha estabilidad, la política demográfica se hace relevante para los suministros de recursos y para los intereses económicos de EEUU” (p. 43).
  • “Existe también el peligro de que algunos líderes de los PMD vean las presiones de los países desarrollados a favor de la planificación familiar [anticonceptivos y abortivos], como una forma de imperialismo económico y racial” (p. 106).
  • “EEUU puede ayudar a minimizar las acusaciones de tener un movimiento imperialista…afirmando repetidamente…el derecho del individuo a determinar libre y responsablemente el número y el espaciamiento de sus hijos…y el desarrollo fundamental, social y económico, de los países pobres” (p. 115).
  • “Los programas obligatorios pueden hacer falta, debemos considerar esas posibilidades ahora” (p. 118).

La Sra. Magaly Llaguno, quien fuera en vida Directora Ejecutiva de VHI, expresó: “Los latinoamericanos se sienten ofendidos ante la imposición — por parte del gobierno de EEUU y de otros ‘países desarrollados’– de programas que ellos consideran inmorales y una violación de sus valores familiares. Las consecuencias de las políticas demográficas de EEUU han sido catastróficas para la familia. Se trata del holocausto más grande de la historia: entre 40 y 60 millones de abortos al año en el mundo, sin contar los cientos de millones más causados por los anticonceptivos abortivos. Si a este genocidio le añadimos el daño físico y psicológico a la mujer, la destrucción de la inocencia infantil a través de programas inmorales de ‘educación’ sexual, así como la destrucción del matrimonio y la familia, nos daremos cuenta de que este imperialismo demográfico no tiene paralelos en la historia” [1].

Nota:

[1]. Sra. Magaly Llaguno, “Hispanics Speak to the U.S. Congress,” 12 de abril de 1994.

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