El movimiento antivida ha decidido ejercer una presión falsamente “democrática” en los delegados de los países provida que acuden a los foros de la ONU y de la Organización de Estados Americanos (OEA). Se trata de su redefinición del término “sociedad civil”. Para los grupos abortistas, la “sociedad civil” incluye las ONG, cuya influencia en las conferencias de la ONU y de la OEA se está reconociendo cada vez más.

El problema está en que la ONU y la OEA son las que acreditan a las ONG que desean adquirir estatus para participar  en los foros de ONG que se celebran previamente a esas conferencias.  Dada la ideología antivida de la ONU y de la OEA, no es de sorprenderse que la mayoría de las ONG acreditadas sean las propias filiales de la IPPF, así como de otras organizaciones abortistas.

Cuando se convocan las conferencias de la ONU, las ONG provida encuentran innumerables trabas burocráticas y a veces hasta una franca hostilidad para participar plenamente [1]. De esa manera, la ONU y la OEA presentan al mundo una falsa fachada “democrática”, para que la gente crea que las conclusiones de sus documentos han recibido el influjo de la sociedad civil y no sólo el de los gobernantes o delegados oficiales de los países miembros.

Nota:

[1]. Austin Ruse, “UNICEF Moves to Restrict Pro-life Lobbyists at Child Summit,” Friday Fax, 15 de diciembre de 2000, Vol. 3, No. 52, http://www.c-fam.org.

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