Cecilia Rodríguez Galván

Asesora de VHI

Temas Educativos

 

En 2008, 26 Ministros de Educación y 30 Ministros de Salud se reunieron en la Ciudad de México en la cumbre de la XVII Conferencia Internacional sobre el SIDA y adoptaron la Declaración Ministerial “Prevenir con Educación” (“la Declaratoria” o “la DM”). Con esta declaración se creó uno de los compromisos más ambiciosos para los grupos que implementan “educación” sexual genitalista en todo el mundo y que se dirigió específicamente a América Latina como un área de “educación” integral en sexualidad (EIS).

 

Tras la firma de la DM, se han realizado evaluaciones de su implementación por parte del gigante abortista Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés). La IPPF ha detectado cómo en gran parte de la región, tanto en materia legislativa como en el desarrollo de programas y contenido curricular, han logrado alcanzar los objetivos de la declaración. En 2015 el promedio de avance general para los 17 países evaluados fue de 69% [1].

 

Entre las acciones programáticas de la IPPF está el asegurar la implementación de “consejería” amigable a los jóvenes, que va acompañada de la eliminación de la patria potestad para la toma de decisiones de salud [2].

 

Entre las estrategias, los recursos y el marco legal de la IPPF, está el imponer los “derechos sexuales y reproductivos, así como el establecimiento de recursos, marcos legales para lograr introducir en educación y salud campañas que han demostrado ineficacia a nivel mundial [3].

 

La “educación” sexual de la IPPF planteada a partir del sistema educativo y de salud en todo el mundo reclama ser “promoción de la salud sexual”. Sin embargo, podemos evidenciar que NO está enfocada en dar información veraz respecto al uso de la sexualidad sino en informar que a cualquier edad la libertad sexual es un “derecho” [4].

 

La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo que la ONU llevó a cabo en El Cairo en 1994 (CIPD), donde intentó implantar el aborto como un “derecho” internacional, supuso la creación de nuevos currículos que dejó al derecho soberano de cada país su implementación [5]. Sin embargo, a través de los años el supuesto bien de incluir “servicios sexuales y reproductivos” ha dado como resultado el mal que constituye el fomento de las relaciones sexuales en los jóvenes, como veremos a continuación.

 

Por ejemplo, en Inglaterra, una meta-análisis, que incluyó 30 estudios en 9,642 chicas adolescentes, demostró que los programas no logran que las jóvenes retrasen las relaciones sexuales. Otros 11 estudios en 7,418 jóvenes llegaron a la misma conclusión, en este caso, de varones. Se estudió la incidencia de las campañas y programas escolares impartidos durante 30 años con vistas a lograr el retraso de la actividad sexual, el aumento del uso de anticonceptivos y la reducción de embarazos en adolescentes. Los autores concluyen que la educación sexual que se ha impartido desde 1970 no ha conseguido ninguno de esos tres objetivos [6].

 

Otro estudio que cubrió los años de 1998 a 2007, arrojó que las clínicas de salud diagnosticaron casi 250,000 casos nuevos de infecciones de transmisión sexual (ITS) en 1998 y que esta cifra se elevó a casi 400,000 en 2007. En cuanto a otros casos de ITS, las clínicas registraron casi 150,000 en 1998 y casi 250,000 en 2007. Y en cuanto a los casos de ITS en las clínicas de medicina genitourinaria (GUM clinics), se registraron 300,000 casos de ITS en 1998 y 350,000 en 2007 [7].

 

El fracaso de la “educación” sexual en EEUU lo hemos documentado en el artículo “Resultados de la ‘educación’ sexual hedonista en EEUU”, bajo el subtema “La ‘educación’ sexual hedonista en EEUU”.

 

En los próximos artículos abordaremos la ideología de la “educación” sexual hedonista en varios países de América Latina y el fracaso de los programas que intentan implantarla.

 

Notas:

[1]. Cf. El documento completo en PDF con todas sus gráficas y fuentes, 15 de julio de 2016, pág., 3 en:

[2]. Cf. Íbid., pág. 4.

[3]. Cf. Íbid., pág. 5.

[4]. Cf. Íbid., pág. 10.

[5]. Cf. CIPD, par.

[6]. Cf. British Medical Journal (324: 1426; 2002). Citado en Ibíd., pág. 12.

[7]. Cf. “Sexualy Transmitted Infections”. Health Protection Agency Centre. TOI Infections. 18 de marzo de 2009. Gráfica citada en Ibíd., pág. 13.

 

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