La población disminuye rápidamente, pero la ONU sigue publicitando el “Día Mundial de la Población”.

El 11 de julio de 2015, la ONU celebró la edición no. 26 del Día Mundial de la Población. El objetivo de este evento anual es recaudar dinero reciclando el mensaje alarmista sobre los peligros del crecimiento de la población mundial y luego usarlos para promover el aborto, la esterilización y la anticoncepción entre las mujeres pobres y vulnerables de países en desarrollo.

El problema con este discurso es que, en muchas regiones del mundo, la población no crece sino que incluso está disminuyendo. Alrededor de la mitad de la población mundial vive en países de baja fertilidad, donde las mujeres en toda su vida tienen menos de 2,1 hijos en promedio, que es la tasa mínima para el reemplazo demográfico. Los países de baja fertilidad incluyen ahora toda Europa (excepto Islandia), América (17 países), y la mayor parte de Asia (19 países). En la lista de países de baja fertilidad están China, EEUU, Brasil, la Federación de Rusia, Japón y Vietnam.

Las tasas de crecimiento demográfico han disminuido drásticamente desde la década de 1960, cuando la población mundial creció a un ritmo de 2,1% cada año. Esa tasa es ahora aproximadamente un 1% al año. La proyección de la variante baja de la ONU (históricamente la más precisa) indica que llegaremos a un pico máximo de alrededor de 8,300 millones de personas en 2050. Incluso la variante de proyección media muestra que el crecimiento demográfico disminuirá a 0,1% a finales de siglo, y se volverá negativo más allá del 2100. En cualquier caso, la población del mundo nunca volverá a duplicarse.

Las tasas de fertilidad han caído a sus mínimos históricos. La variante de proyección media de la ONU estima que las mujeres tienen ahora un promedio de 2,45 hijos durante su vida reproductiva, mientras que la variante baja la fija en tan solo 2,05. El promedio global fue 4,97 hace sólo 60 años. Bajo cualquier variante, estas cifras estarán muy por debajo del reemplazo antes de fin de siglo. Después de todo, la tasa global de fecundidad necesaria para reemplazar a la generación actual es de 2,23 hijos por mujer y con ello se evitaría el declive de la población.

Muchos países desarrollados ya están sufriendo los efectos de la disminución de la población. Las poblaciones en muchas áreas están envejeciendo rápidamente y las cohortes más jóvenes son cada vez más pequeñas. Los sistemas de seguridad social están al borde del colapso con cada vez menos trabajadores luchando para sostener a un creciente número de personas de edad avanzada.

En Japón, el aumento de la urbanización junto a la caída de las tasas de fecundidad ha dado lugar a un drástico despoblamiento de muchas ciudades y pueblos rurales. El crecimiento económico está en serio peligro, ya que la oferta de trabajadores es cada vez más pequeña. Las personas de la tercera edad están siendo abandonadas por sus hijos únicos que a su vez han decidido no tener hijos en absoluto. Se trata simplemente de que hay muy pocos miembros de la generación más joven para cuidar de los ancianos.

Europa también se está recuperando de los efectos de la disminución de la población. En Italia, Portugal, Polonia, Rusia y la mayor parte de Europa meridional y oriental, las tasas brutas de mortalidad superan las tasas brutas de natalidad. La tasa de fecundidad para toda Europa es de 1.58, muy por debajo de la tasa de fecundidad de reemplazo de 2,1, receta contra el desastre demográfico.

Las tasas de crecimiento también han disminuido en muchos países en desarrollo. Tailandia, Myanmar y Túnez están todos por debajo del nivel de reemplazo de la fertilidad. Incluso en la que alguna vez fue fértil, Bangladesh, se prevé que caiga por debajo del umbral de reemplazo en 2020. La variante de proyección media de ONU predice que la población de Bangladesh comenzará a contraerse después de 2060, si consideramos la variante baja esto sucedería algunos años antes.

La política de planificación de nacimientos de China (un niño en las ciudades; dos en el campo) ha llevado su tasa de fecundidad a un insostenible 1,66, muy por debajo del estimado 2.22 que necesita en su situación particular para estabilizar su población. Las niñas siguen siendo abortadas o asesinadas al nacer en proporciones impactantes. Hay 116 niños nacidos en China por cada 100 niñas, una de las proporciones más sesgadas del mundo. Millones de hombres chinos nunca se casarán.

A pesar de este panorama desolador, todavía hay quienes usan un lenguaje alarmista para abogar por los programas de control de la población.

Bajo la administración de Obama, el control de la población sigue siendo un objetivo clave de la ayuda exterior. En 2014, varias agencias del gobierno de EEUU se gastaron $2,770 millones en “planificación familiar y salud reproductiva” [aborto], una suma de dinero que hace casi ridículos los otros gastos en salud, nutrición, abastecimiento de agua y saneamiento, paludismo, enfermedades pandémicas y cuidado de la salud en general.

La lucha contra el VIH / SIDA recibió 3,420 millones de dólares, y gran parte de este dinero también fue a las organizaciones de control de población para fines controlistas. Los mismos dispositivos que supuestamente “impiden” la propagación del SIDA [pero que en realidad no lo logran] evitan la “propagación del embarazo”.

Los gastos en salud materno-infantil llegaron a unos míseros 497 millones de dólares. A pesar de que una de las maneras más seguras de reducir la fertilidad es bajar las tasas de mortalidad infantil.

La USAID [agencia del gobierno de EEUU para la ayuda internacional] no exagera cuando dice que “ha sido el donante principal de la planificación familiar internacional desde hace más de 40 años… casi todos estos años ha contribuido con el 40-50% del total de los fondos aportados por todos los donantes.”

Dado que las tasas de natalidad están cayendo más y más rápido de lo que nadie imaginó que era posible hace tan solo un par de décadas, ¿qué es lo que viene haciendo ONU para que EEUU s y el resto del mundo puedan seguir poniendo dinero en combatir la superpoblación?

Cambiar el tema, eso es lo que hacen.

El discurso del “Día Mundial de la Población” de este año no es por supuesto sobre la “sobrepoblación”, sino sobre las “poblaciones vulnerables en situaciones de emergencia”. Esto no es nada más que un intento de explotar las condiciones trágicas y desesperadas de los millones de desplazados o amenazados por la guerra, los desastres o el extremismo violento para recaudar fondos y usarlos después para el control de la población.

Por supuesto, es cierto que el UNFPA [Fondo de Población de la ONU] no tiene reparos en promover anticonceptivos [incluyendo los que son abortivos] y abortos en poblaciones vulnerables en su momento de mayor necesidad. Citando sus propias palabras: “El UNFPA trabaja en situaciones de emergencia en todo el mundo para responder a los derechos y las necesidades de las mujeres y las niñas,… asegurar… la restauración de su acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva” [aborto]. http://www.un.org/es/events/populationday/.

Los refugiados tienen una necesidad de extrema urgencia en casi todo. Por lo general, carecen de un lugar para vivir, alimentos, acceso a agua potable, atención de la salud y… la lista podría ser interminable.

Pero para el “Día Mundial de la Población” de este año, lo que ONU quiere darles es… control de la natalidad.

Fuente: 14 de julio de 2015, http://www.lapop.org/boletines/569-prohibido-decir-sobrepoblacion-la-poblacion-mundial-decrece-dramaticamente-y-onu-sigue-publicitando-el-dia-mundial-de-la-poblacion.

Steve Mosher es el Presidente del Instituto de Investigación en Población (Population Research Institute), una organización sin fines de lucro dedicada a desmontar la falacia de la “sobrepoblación en el mundo”. El Instituto también se dedica a terminar con los abusos contra los derechos humanos cometidos en nombre de la “planificación familiar” y acabar con los contraproducentes paradigmas sociales y económicos derivados de la falacia de la “sobrepoblación”.

Visite: www.lapop.org. Para suscribirse a este prestigioso boletín, diríjase a Carlos Polo Samaniego, Director de la Oficina en América Latina, carlospolo@lapop.org. Tel. (511) 4365835.

Nada de lo que publica el Instituto debe ser interpretado como un intento de ayudar u obstaculizar la aprobación de un proyecto de ley en el Congreso de EEUU o en ningún otro parlamento de país alguno en el mundo. El objetivo de las informaciones del Instituto es informativo.

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